No nos cansamos de decirlo: Xbox Game Pass es uno de los mejores servicios de suscripción de videojuegos del momento. Microsoft ha logrado establecer una plataforma extremadamente popular que mantiene la atención de sus miles de usuarios con la adición bimensual de nuevas entregas, lo que supone una oportunidad de descubrir títulos de lanzamiento o aventuras destacadas de los últimos tiempos. Sin embargo, la iniciativa de los de Redmond también dispone de varios títulos que, aunque tienen varios años a sus espaldas, no hacen más que nutrir el catálogo de experiencias excelsas: los juegos que creíamos muertos.
Sí, sabemos que la presencia de esta clase de títulos en Xbox Game Pass no supone una sorpresa para los suscriptores, pero se trata de uno de los temas menos comentados a la hora de enumerar las bondades de la plataforma. Por ello, y reiterando su habilidad para ofrecer aventuras para todos los gustos, hoy queremos recordar la importancia de este detalle en el servicio de Microsoft al realizar una gran labor tanto por la preservación de videojuegos como por sus usuarios, quienes tienen acceso a un buen puñado de obras atemporales.
Tesoros en un mar de videojuegos
Xbox Game Pass también oculta joyas antiguas que garantizan un buen puñado de horas de juego.
Crimson Skies: High Road to Revenge (lanzado para la primera Xbox), Banjo-Kazooie (Nintendo 64, remasterizado más tarde para Xbox 360), Perfect Dark (remasterización para Xbox 360)... Son varias las entregas disponibles en Xbox Game Pass que pueden ayudarnos a realizar un viaje al pasado. Lo que, en resumidas cuentas, garantiza un buen puñado de horas de diversión a aquellos usuarios que desean revivir parte de la historia del videojuego.
Porque, por un lado, la presencia de estos juegos en la plataforma de Microsoft cumple exactamente la función que te imaginas: recuperar un pedacito de la infancia de muchos jugadores ofreciendo experiencias que, aunque antiguas y quizás poco conocidas, han marcado a miles de usuarios en todo el mundo. Por ende, vale la pena recorrer el extenso catálogo de Xbox Game Pass por si encontramos una de esas experiencias que, por el tiempo y el lanzamiento de cientos de títulos posteriores, han quedado relegadas a un segundo plano.
Pero la cosa no se centra únicamente en ser un gancho para los más nostálgicos. Porque, por otro lado, estas aventuras se esconden en el servicio de los de Redmond como tesoros en un mar de videojuegos. Ciertamente es difícil conectar con experiencias de la época de la primera Xbox o Xbox 360, pues muchas de sus mecánicas se han quedado atrás a comparación de las funcionalidades actuales del medio. Pero, teniendo en cuenta que entregas como Quake, DOOM o el primer Fallout se han establecido como algunas de las aventuras más influyentes de la historia, no nos sorprendería saber que en pleno 2023 hay alguien interesado en disfrutar de dichas experiencias.
La preservación de los videojuegos
La implementación de juegos antiguos en el servicio se observa como una opción adicional para el usuario.
Como último punto, es importante destacar que la selección de juegos de Xbox Game Pass hace un gran trabajo por la preservación de videojuegos. Como ya hemos visto en el cierre de la eShop de Wii U y 3DS, caso reciente que ha generado mucha indignación en las redes, la comunidad está más que abierta a tener una opción legal para acceder a títulos de corte más clásico. Y aquí no hablamos únicamente de juegos retro con varias décadas a sus espaldas, sino también de entregas cuyo lanzamiento se ha producido durante la séptima generación de consolas de videojuegos (actualmente vamos por la novena).
La idea de Microsoft no es, ni por asomo, la primera iniciativa de una gran empresa en pos de la preservación de videojuegos. Sin embargo, se trata de una estrategia que no busca exprimir la cartera del usuario para ofrecerle un breve viaje al pasado. Esta industria nos ha presentado iniciativas tales como las Consolas Virtuales o la criticada idea de relanzar una entrega retro a precio completo; todas ellas con más o menos detractores. De este modo, se agradece la posibilidad de acceder a varias experiencias de antaño sin la necesidad de pasar por caja de forma reiterada o pagando por un servicio más caro.
Y sí, somos plenamente conscientes de que ésta no es la mejor manera de preservar el medio. De hecho, es posible que Microsoft sea capaz de llevar a cabo un trabajo todavía más completo con los recursos de los que dispone, siempre y cuando se centrara exclusivamente en guardar una copia de todos los videojuegos a los que tuviera acceso. No obstante, nos es imposible desdeñar una alternativa que, aunque bebe de los estudios que tiene en su haber (con toda la saga Fallout disponible gracias a la compra de Bethesda o algunas de las más grandes entregas de Rare por el mismo motivo), sirve para nutrir un catálogo ya de por sí excelente. Lo que, en resumidas cuentas, se traduce en un servicio que gana enteros tanto por su precio como por el abanico de opciones que se ofrece al usuario.
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