Análisis de Bloodborne. Llevamos el desafío en la sangre

Análisis de Bloodborne. Llevamos el desafío en la sangre
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Bloodborne por fin llega para convertirse en uno de los mejores títulos de la actual generación. La obra de Hidetaka Miyazaki conserva todo el espíritu del original, pero renovando muchas ideas para hacerlo único en su especie. Más rápido y directo, pero con la profundidad de la que hace gala esta saga. Bienvenidos a Yharnam: un nuevo y desafiante universo donde la sangre es la protagonista.

Estamos hechos polvo. Este ha sido un hueso duro de roer, y eso que ya no deberíamos estar tan sorprendidos después de tres Souls a nuestras espaldas. Pero Miyazaki ha jugado con nosotros una vez más. Tras todas las entregas bailando detrás de un escudo, las primeras horas con Bloodborne te devuelven a esa primera vez donde la sensación de indefensión es constante. Muchas muertes por errores de novato. Muchas sorpresas detrás de cada nuevo enemigo y jefe final. Hemos salido de nuestra zona de confort. Hemos vuelto a amar el dolor.

Yharnam y sus alrededores son lugares únicos. No hay nada igual. Su geometría es perfecta y no sólo por la cantidad de callejones que desembocan en enormes áreas, atajos que te hacen la vida más fácil, no. Cada una de sus zonas es una estampa que se podría enmarcar, recargada hasta lo grotesco, brillante, terrorífica. Muchos juegos han construido mundos increíblemente detallados, pero sólo gracias al "backtracking", esa necesidad de volver a pasar una y otra vez por los mismos lugares, hace que adores cada uno de los rincones de esta ciudad maldita.


La noche del cazador

Sorprendentemente, no hemos encontrado tantos retazos de historia como en anteriores juegos. Ni siquiera la presentación de Bloodborne deja las cosas claras. Sabemos que una terrible maldición de la sangre ha caído sobre los habitantes de la zona, y los pocos que han sobrevivido se encierran con candado en sus casas sin dejar pasar a nadie. Los pocos habitantes que responden a la llamada en sus puertas no dejan las cosas claras, pero sabemos lo suficiente: somos cazadores de bestias, y a lo largo de esta noche infinita tendremos que abrirnos paso por la ciudad para anular la maldición.

Llevamos el desafío en la sangre


El Sueño del Cazador es el único lugar tranquilo, donde podremos mejorar nuestro personaje y acceder a los mundos.
El Sueño del Cazador es el único lugar tranquilo, donde podremos mejorar nuestro personaje y acceder a los mundos.


Ayudan, de nuevo, los objetos y sus descripciones para profundizar en algunos detalles de la trama, pero sigue siendo una tarea opcional para quien quiera empaparse bien de esta lúgubre ambientación. Nosotros, de alguna forma, estamos también malditos, y cada vez que morimos en el mundo de lucidez llegamos al Sueño del Cazador, una zona similar al nexo de Demon’s Souls, que nos permite acceder a los distintos mundos y mejorar a nuestro personaje. Se pierde quizá ese paralelismo que había en anteriores juegos entre las almas que pierden la esperanza y el propio jugador desesperado por no poder avanzar, pero es que esta canción ya nos la sabemos.

Bloodborne es un juego más directo. No excluye a nadie, pero supone que quien más, quien menos, se ha dejado los pulgares en alguna otra obra del estudio. Por tanto, su labor principal no es repetir, sino intentar renovar en todo lo posible. Dadas las similitudes con las anteriores obras de Miyazaki, es complicado no hacer algunas comparaciones, y es ahí donde va a radicar la opinión de muchos respecto al juego. Para algunos, el hecho de que se obvien estadísticas, como el peso, la clase mágica o la variedad de armas, puede suponer un gran handicap, pero por esas razones Bloodborne se antoja único y especial.


Es también un título más directo por sus combates. Cada ataque es a vida o muerte y no deja de sorprender el hecho de que tengamos que ganarnos a pulso cada batalla en vez de crear un combate matemático a base de estadísticas favorables. Aquí tus reflejos tienen que estar más afilados que nunca. Pequeñas decisiones surgen espontáneamente de sus enfrentamientos, sopesando si es mejor gastar una poción o intentar recuperar vida frente al daño recibido.

Cuando empecemos a ver algunos lobos temibles y bestias cada vez más y más grandes, empezaremos a notar que Bloodborne tiene un punto casi de survival horror

Este sistema de combate ya justifica de por sí la existencia de este exclusivo de PlayStation 4. Es una evolución más que una revolución, sí, pero pone en tela de juicio la forma en que luchábamos en la saga Souls. Definitivamente, y sin llegar a ser nunca un Hack ’n’ Slash, es mucho más divertido el combate ofensivo, por mucho que nos gustara el anterior ritmo pausado por darnos más tiempo a reflexionar. Sin embargo, las dos fórmulas pueden (y probablemente lo hagan) coexistir en un futuro.

Llevamos el desafío en la sangre


El sueño eterno

Volver a un nexo con El Sueño del Cazador tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es una zona pacífica, que permite el acceso rápido a muchas áreas de una vez, manteniendo todos los aspectos de un menú interactivo. Puede no resultar tan cómodo cuando morimos y queremos cambiar de lugar, por la necesidad de pasar por este lugar y sus consecutivas cargas, pero aquí entra un elemento nostálgico al volver a apostar por una estructura tan de videojuego, tan de Mundo 1-1, como lo fue en Demon’s Souls.

A través de las piedras de sangre mejoraremos nuestras armas. No hemos visto ningún material especial, como en los Souls.
A través de las piedras de sangre mejoraremos nuestras armas. No hemos visto ningún material especial, como en los Souls.


Dentro de este sueño, podemos hablar con la Muñeca para subir de nivel a nuestros personajes. Las estadísticas son también más directas. Vitalidad, Aguante, Fuerza, Habilidad, Viveza de Sangre y Arcano, con efectos más centrales como el veneno, el frenesí, el fuego, el rayo y la misteriosa Bestialidad. Dentro de este nexo también podremos comprar y vender objetos, así como acceder a los cuatro mundos de la aventura principal, o crear mazmorras aleatorias del Cáliz. Un apartado que explicaremos más adelante en profundidad, porque se lo merece.

La forma de mejorar las armas es gracias al taller. Volvemos a tener un sistema de piedras (de sangre) con las que subir las estadísticas, aunque serán las gemas sangrientas las que nos permitan aumentar gratamente las estadísticas, creando interesantes efectos, como el poder envenenar o quitar más daño si nuestra salud está completa. Por último, tenemos las runas, que hacen las veces de los famosos anillos, y que nos permiten poder cargar con más pociones, más balas de mercurio o tener mejor resistencia a algunos efectos, por ejemplo.

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En nuestro viaje por Yharnam, además, encontraremos algunos pintorescos personajes. Algunos serán cazadores y otros habitantes de la ciudad que se esconden férreamente tras las puertas de las casas, a las cuales tenemos que llamar para poder hablar con ellos. Muchos nos ofrecen información, otros han perdido la cabeza y algunos nos propondrán pequeñas tareas secundarias que si las realizamos nos ayudarán a conseguir algún efecto extra, objetos o simplemente, hacerlos salir de sus casas. Esta es la forma más diferente de encontrar todos los secretos de Bloodborne, ya que algunas fórmulas clásicas, como los muros ilusorios, parecen haber desaparecido (o al menos nosotros no los hemos encontrado tan fácilmente).

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Armamento y Bestiario

Se ha discutido mucho sobre el número de armas que posee Bloodborne. De nuevo, comparando con la saga Souls, se trata de un número menor, aunque todas y cada una de ellas son únicas en su especie. Nosotros hemos encontrado un total de 14 armas principales en la aventura, más una de la que conocemos su existencia, pero que todavía no hemos conseguido. Queda claro que muchas de ellas están bastante escondidas y va a ser todo un reto acceder a ellas y poder mejorarlas. El hecho de poder activar su función especial las hace el doble de útiles, pues ninguna tiene nada que ver en su forma normal como en su especial. Un martillo puede convertirse en una espada sacando su mango. Una espada ligera en un espadón con su funda. Una hoja dividirse en dos. Es una gran forma de utilizar varios estilos en una misma partida, ya que por el precio de una, tienes dos armas principales que están reforzadas. Tenemos que admitir que, aunque echamos de menos, por el simple placer visual, el variado diseño de las armas de un Souls, hemos utilizado de forma útil más armas en Bloodborne, y por ende más estilos de lucha, gracias a esta capacidad. Aun así, es una decisión de la que no se puede sacar una conclusión fija, ya que habrá muchos jugadores que prefieran un mayor número y variedad donde elegir.

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Hemos perdido nuestro preciado escudo para el arma izquierda, pero hemos ganado las armas especiales y de fuego. Encontraremos fácilmente un andrajoso escudo de madera, pero es imposible de utilizar cómodamente y, en la práctica, se trata de una nueva forma de jugar con nosotros por parte de Miyazaki. Las armas de fuego se adaptan mucho mejor a lo que propone Bloodborne. No sólo nos ayudan a restar ese punto más de vida que le falta al enemigo para no jugarnos el tipo, sino que permiten detener ataques enemigos o incluso realizar la función de contraataque para realizar un demoledor Ataque Visceral, rompiendo su defensa y acabando con ellos de un plumazo. Están los ya consagrados trabuco y pistola de cazador, pero también hemos descubierto extraños y victorianos fusiles, y hasta lanzallamas.

Bloodborne es una evolución más que una revolución, pero pone en tela de juicio la forma en que luchábamos en la saga Souls

Es probable que el uso más nominal sea el de los trajes. Hermosos en su concepción aunque muy similares entre sí, nos ayudan más a frenar algunas arremetidas o disminuir el efecto que provocan en nosotros los estados alterados como el veneno o el frenesí. Más interesantes si cabe son el uso de objetos, muy potenciados y que premiarán a aquellos jugadores que decidan potenciar la habilidad de Arcano, con algunas muestras de magia bastante poderosas.

¡Esquiva sin miedo hasta encontrar el momento! Tu energía apenas se reducirá al usar el nuevo esquive.
¡Esquiva sin miedo hasta encontrar el momento! Tu energía apenas se reducirá al usar el nuevo esquive.


Los enemigos, por su parte, son increíblemente aterradores. Aquí ayuda mucho el salto generacional para que estos empiecen a ganarte las primeras batallas mentales gracias a su imponente presencia. Los primeros, ciudadanos de Yharnam, no darán mucho pavor, pero cuando empecemos a ver algunos lobos temibles y bestias cada vez más y más grandes, empezaremos a notar que este Bloodborne tiene un punto casi de survival horror, donde incluso podemos darnos más de un susto en algunas emboscadas.

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Todo para terminar de limpiar una zona y enfrentarte a uno de los jefes finales del juego. Algunas de las batallas más épicas de nuestra vida como jugadores se han producido en este juego, con momentos de auténtica presión y de completa tensión. Hemos gritado, de dolor y de alegría. Los jefes finales han vuelto, y cada uno de ellos está mimado hasta su máxima expresión, logrando ese correcto balance entre una lucha desafiante, sin truquitos raros ni "glitch bosses" y, sobre todo, con una estrategia casi de puzle, que nos incita a planear siempre nuestra jugada en vez de atacar sin ton ni son.

Se puede echar de menos algunas de las escalas de jefes finales de anteriores juegos (con excepciones), como ese Dios Dragón de Demon’s o ese Dragón Boquiabierto de Dark Souls. Hay algunos grandes, pero en general se ha apostado más por el frenetismo y el combate a base de demostrar nuestra habilidad esquivando y midiendo los tiempos adecuadamente. Además, a lo largo de la aventura principal puede que no nos encontremos a tantos jefes finales, pero si les sumamos los que haremos frente en las Mazmorras del Cáliz, su número es bastante parejo a las obras anteriores.

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Belleza Victoriana - Tecnología y Diseño, unidos

Yharnam es algo mágico de contemplar. Su diseño es atronador, no sólo inspirándose en ese aire gótico y victoriano de finales del siglo XIX, sino retorciéndolo y recargándolo hasta su máximo esplendor. Sus callejones son siniestros y aprovecha la verticalidad para darle un toque único y muy realista. Pero cuando la ciudad ha dado de sí todo lo que puede ofrecer, la abandonamos para adentrarnos en sus alrededores más naturales, igual de tenebrosos e inquietantes.

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Pueden sufrir de ser demasiado oscuros en su concepción, por lo que se llega a apreciar cada pequeño rayo de luz que baña la imagen, y en algunos momentos casi echaremos de menos ese momento "Anor Londo" donde exclamar un "bendito sea el sol", pero a medida que vamos superando enemigos finales clave, la noche empieza a clarear para conseguir unos colores de ensueño. Igual ocurre con algunas de las fases más avanzadas del juego, donde Bloodborne echa el resto y se aleja de este estilo arquitectónico tan característico para dejarse llevar por el imaginario único del que siempre ha hecho gala FromSoftware, ahora unido de nuevo al Japan Studio de Sony.

Como contrapartida, hemos encontrado algunos momentos donde la tasa de imágenes por segundo no termina de ser todo lo suave que nos gustaría. No llega en ningún momento a ser demasiado abusiva, por lo que no encontraremos ningún ejemplo tipo "Ciudad Infestada", pero no hay duda de que están presentes hasta el punto de que algunas veces el sonido, por microsegundos, se queda hasta atorado.

Mayor problema presentan las cargas, tanto después de una muerte como cada vez que nos transportamos a una zona, con tiempos de carga que llegan a rozar los 40 segundos y que suponen un verdadero dolor, sobre todo cuando tenemos que repetir varias veces un mismo jefe. También desesperan si tenemos que hacer algunos tránsitos entre zona-nexo-zona. Comparándolos con los 20 segundos aproximados de Dark Souls II en PlayStation 3, nos parecen algo excesivos. Un detalle que podría haberse pulido más.

Hemos gritado de dolor y de alegría. Con Bloodborne los jefes finales han vuelto, y cada uno de ellos está mimado hasta su máxima expresión

No podemos olvidarnos tampoco del doblaje. Por primera vez tenemos ante nosotros un juego de este estilo doblado en nuestro idioma, y la verdad es que lo hace con una calidad más que aceptable, intentando captar esa voz neutra y esas risotadas de algunos personajes. Pero, para los más puristas, el juego viene con un selector de hasta cinco idiomas, por lo que podremos jugar perfectamente como siempre lo hemos hecho en su doblaje en inglés, el cual nos ha parecido más redondo, y subtítulos en español. Sin duda, una grata noticia que se haya decidido incluir este selector, un modo eficaz para acabar cualquier debate instantáneamente.

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La noche es oscura y alberga horrores

La aventura principal de este Bloodborne puede ser algo más corta de lo que estamos acostumbrados en este tipo de juegos. Es lógico, también, teniendo en cuenta que los combates son más rápidos y frenéticos. Aquí cualquier batalla dura escasos segundos, mientras que con algunos enemigos anteriores podíamos llegar incluso al minuto. Así, tenemos una duración aproximada de unas 40 horas, que se alarga mucho por dos vías. La primera, las zonas secretas y hasta mundos enteros ocultos, que sólo descubrirán los que miren bien cada rincón del escenario y de su inventario.

Los jefes finales no te lo pondrán fácil. Nos tendrán en tensión en todo momento, esquivando sus demoledores ataques.
Los jefes finales no te lo pondrán fácil. Nos tendrán en tensión en todo momento, esquivando sus demoledores ataques.


Pero donde más vamos a ver cómo sube el contador es gracias a las famosas Mazmorras del Cáliz. Según vamos avanzando en la aventura encontraremos unos objetos y cálices que nos permitirán acceder a mazmorras especiales. Estas tienen un componente aleatorio tanto en su concepción, distribución de salas como disposición de enemigos, donde tendremos que lograr activar la palanca que nos permita enfrentarnos al jefe de planta y seguir avanzando.

Como hemos dicho anteriormente, estos jefes son totalmente distintos a los de la campaña, pero no por ello su diseño no está a la altura. Es aquí donde pasaremos mucho tiempo recorriendo sus pasillos, avanzando poco a poco, y donde será más necesaria que nunca la ayuda de un amigo si queremos pasar por las zonas más peligrosas. De hecho, podemos compartir nuestra mazmorra con el resto de la comunidad para que podamos adentrarnos en ellas y explorarlas.

Si queremos acceder a una nueva Mazmorra del Cáliz, tendremos que conseguir los ingredientes y los Ecos de Sangre (las antiguas Almas) necesarios, pero una vez conseguidos, tenemos un título con posibilidades prácticamente infinitas, y de seguro guardarán más secretos de los que hemos podido desvelar en una sola partida.

Llevamos el desafío en la sangre


Cazando en Compañía

Poco a poco, el modo online se ha ido convirtiendo en un elemento tan importante en este tipo de juegos como lo es el offline. Bloodborne, de hecho, hace esta distinción desde el primer momento para que aquellos que no disfrutan de las invasiones puedan jugar perfectamente sin ningún peligro aleatorio de por medio. Pero para los que quieren adentrarse en la experiencia completa, tenemos el modo multijugador gracias a un sistema de campanas, que ha sido renovado, manteniendo la esencia del original.

Llevamos el desafío en la sangre


Con las campanas podemos adentrarnos en el mundo de otro jugador, bien para ayudarle o bien para invadirle y acabar con él, mientras que con otra campana distinta podemos atraer a jugadores a nuestro universo. Lo bueno del asunto es que tenemos un sistema de glifos y contraseñas con las cuales podemos encontrar a un jugador específico, o una Mazmorra del Cáliz concreta. De este modo el título se abre a la cooperación con amigos de una forma algo más común. Sigue siendo un sistema bastante extraño, ya que FromSoftware se niega a incluir un sistema que utilice nuestra lista de amigos de PS4 para este propósito, pero al menos podremos encontrar fácilmente a la persona con la que queramos jugar.

El resto de elementos siguen ahí presentes. Mensajes de otros jugadores -marca de la casa-, que podemos votar según consideremos la información útil o falsa. Fantasmas con las muertes de otros jugadores o que sencillamente andan por la misma zona que nosotros, mientras que las invasiones offline se han eliminado y sustituido por cazadores muy duros de roer controlados por la inteligencia artificial. Será interesante buscarlos todos, ya que algunos de ellos nos darán su equipo si los vencemos.

Para jugar online, además, necesitamos Lucidez. Funciona de alguna manera parecida a la Humanidad, pero en esta ocasión no cambia nuestro aspecto ni algunas estadísticas, sino que la gastamos para permitirnos jugar online. Vencer a jefes finales o encontrar ciertos ítems nos ayudarán a tener más lucidez. De nuevo, nos encontramos con un filtro para no abusar del modo cooperativo y tener que explorar por nuestra cuenta si queremos jugar online.


La sangre es fuerte

Bloodborne ha cumplido todas nuestras expectativas. Las comparaciones aquí son más necesarias que nunca, pero también son odiosas, porque en busca de la individualidad, Miyazaki ha tenido que sacrificar algunas de las características que hacían única a la saga Souls. Como todos los cambios, algunos se aceptan mejor que otros, pero una partida a anteriores títulos tras jugar a Bloodborne revela mucho de lo que ha mejorado la nueva obra de FromSoftware. Su combate más visceral nos ha vuelto mejores jugadores, más confiados, hasta el punto de que dudamos si volveremos a levantar un escudo en el futuro. Su ambientación es insuperable, demostrando por primera vez el poderío técnico de la máquina en esta saga, unido al increíble diseño visual que siempre ha poseído. Bloodborne se convierte así en un título con una personalidad única.

Todo jugador de Souls va a pasar su primera partida comparando, es algo inevitable. Te ofrecemos aquí algunas pistas: de momento, no hemos encontrado muros ilusorios; se aprovecha la idea de las antorchas para iluminar habitaciones oscuras, aunque sin piras que encender; hay mundos enteros, secretos, así que mira bien en cada rincón; todo jefe tiene su punto débil, si lo sabes encontrar. Los NPCs pueden ayudarte en algún momento, con información o con objetos, pero es más difícil que nunca hacerles salir. ¡Ah! Y a veces, hay que tener un poco de FE.
El diablo está en los detalles - Todo jugador de Souls va a pasar su primera partida comparando, es algo inevitable. Te ofrecemos aquí algunas pistas: de momento, no hemos encontrado muros ilusorios; se aprovecha la idea de las antorchas para iluminar habitaciones oscuras, aunque sin piras que encender; hay mundos enteros, secretos, así que mira bien en cada rincón; todo jefe tiene su punto débil, si lo sabes encontrar. Los NPCs pueden ayudarte en algún momento, con información o con objetos, pero es más difícil que nunca hacerles salir. ¡Ah! Y a veces, hay que tener un poco de FE.


Cada uno de los pequeños ajustes nos han jugado malas pasadas, pero hemos salido reforzados gracias a ellos. Levantarse del suelo, por ejemplo, es ahora una lucha a vida o muerte, porque los enemigos pegan duro si intentas machar el botón de ataque o esquive. Zafarse de ellos es una liberación, ya que esquivar ahora no cuesta prácticamente energía, pudiendo ser mucho más valiente y ágil.

Con todo, vemos en Bloodborne ese juego que se esperaba y que tanto se demandaba en la actual generación. Uno de los grandes y totalmente recomendable, sobre todo para los aficionados de la saga Souls. No lo tenía fácil, ya que es el cuarto de su género y es en este momento donde las cosas pueden empezar a acusar la falta de novedad. Pero gracias a las ideas innovadoras, en especial el nuevo sistema de combate, las mazmorras del Cáliz y un diseño que pocos títulos pueden igualar en un escenario tan abierto, Bloodborne logra destacar. Un título ejemplar, desafiante y divertido hasta las cotas más altas. Una obra para justificar la presente generación.

Imprescindible

Obra maestra
Llevamos el desafío en la sangre

Bloodborne

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

Miyazaki demuestra que tiene un estilo único a la hora de crear sus mundos. Bloodborne apuesta por la renovación de la saga Souls, con la que lo único que no comparte es el nombre. Si bien ya no cala tan hondo la novedad por tener tres juegos a nuestras espaldas, consigue la excelencia a base de un sistema de combate único, muy visceral y más eficaz que lo visto anteriormente. Sumándole un diseño colosal, tanto en poderío técnico como en logro artístico, estamos hablando de una de las obras más importantes de la actual generación. Sus posibilidades se expanden con un sistema online más preciso y unas mazmorras extra que añadirán un buen puñado de horas y desafíos a la campaña principal. Hemos sufrido y nos hemos alegrado en cada una de sus situaciones, pero lo mejor que se puede decir de él es que estamos deseando seguir jugando en sus nuevas partidas y descubriendo todos los secretos y armas que nos hayamos dejado por el camino. Da gusto volver a estar en casa.

Comprar Bloodborne
  • El nuevo combate, más ofensivo y frenético
  • El diseño y el espectáculo visual, por fin de la mano
  • Sus cambios son lo suficientemente importantes como para sentirse novato de nuevo
  • Las armas modificables, aunque escasas, son todo un acierto
  • Los tiempos de carga, de hasta 40 segundos de duración
  • Algunas ralentizaciones esporádicas que se dan a lo largo de la partida
  • En ocasiones, demasiado oscuro, algo que va variando poco a poco a medida que progresamos en la aventura
Jugadores: 1-3
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 40-60 horas (mínimo) + multijgador
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