Dino Dini y su equipo tenían dos opciones a la hora de traer de vuelta su clásico Kick-Off: intentar rentabilizar la fórmula y nombre para sacar unos ingresos a costa de los pobres nostálgicos o construir un homenaje a los videojuegos de fútbol de antaño, los que se disfrutaban en los microordenadores de finales de los ochenta y principios de los noventa. Kick-Off Revival es a los videojuegos de fútbol lo que a España lo de Tassotti y Luis Enrique en el 94.
Sony nos invitó el pasado febrero a la PlayStation Network Showcase 2016 de Londres, lugar en el que tuvimos nuestro primer contacto con Dino Dini's Kick-Off Revival y su autor, con el que hablamos sobre el devenir del juego. Cuando lo vimos en su momento, francamente, nos alegramos de que recuperase la tónica clásica del fútbol virtual y la adaptase a los nuevos tiempos y sistemas. Si bien es cierto que a lo nuevo del mítico desarrollador se le veían las costuras entonces, su lanzamiento aún estaba lejos y se daba por sentado (y nos aseguraron) que el videojuego no iba a llegar así a las tiendas. ¿Veredicto? Creemos que ha llegado peor.
Permitidnos comenzar por lo bueno: la base sigue siendo exigente y divertida, con un control muy estricto con un solo botón con el que dominar cada movimiento. Se ha sumado una acción que te permite pisar el balón para regatear más fácilmente y poder controlar algo la situación, aunque es algo que en el pasado no estaba y que nunca hizo falta. Revival funciona con ciertas garantías en línea y tiene su propio ranking, pero ahí acaban los halagos hacia el videojuego de PlayStation 4: todo lo demás acaba siendo un galimatías balompédico de mucho cuidado y de difícil justificación, y en la presentación es vulgar y simple como no se ha visto en todo el catálogo de la consola de Sony. Un Renaldo hecho videojuego.
Por no alargarnos mucho, Dino Dini's Kick-Off ha llegado al mercado digital de PlayStation siendo un juego de fútbol sin fueras de juego, sin tarjetas amarillas o rojas, sin tandas de penaltis al acabar un encuentro empatado de eliminatoria y con una serie de problemas delirantes que ningún seguidor del deporte rey puede pasar por alto. Ejemplo práctico: hemos visto a los jugadores del equipo contrario hacerse una falta a sí mismos y que el árbitro (probablemente Iturralde González) acabe señalando un lanzamiento directo a favor de... ¡ellos mismos! Lo mejor es el murmullo del único (y espantoso) estadio del juego y su ingrato y prácticamente inmóvil público, que parecen ver un partido de la tercera división tailandesa.
Tampoco hay que ser injustos, no todos los videojuegos clásicos ponían en práctica el fuera de juego, pero lo que sí hacían los títulos pretéritos era no dar ventaja a los jugadores adelantando las líneas de ataque sobre las defensas rivales, justo lo que hace Dino Dini’s Kick-Off. Es un problema de colocación de jugadores surrealista e indigno; el no tener órsay provoca catastróficos e imposibles contragolpes de tres atacantes contra el portero que, con un mínimo de pericia, acaban anotando. A no ser que seas Higuaín y tengas pánico al uno contra uno, pero como en Kick-Off no está Argentina, un problema menos para el Pipa y Messi.
Lo de las tarjetas tiene fácil explicación: el sistema de faltas está tan roto que los desarrolladores parece que decidieron quitar las amonestaciones para evitar males mayores. Cortita y al pie. Con toda la amalgama de problemas jugables que no disponga de licencias es lo de menos, claro. Se ha optado por la solución International Superstar Soccer: renombrar a los jugadores con nombres parecidos cambiando vocales y consonantes en sus nombres reales. ¿La estrella de la roja? Nelito, ex del Cilta de Vogo, nuevo y flamante fichaje del Minchester Cety de Pip Gairdiole. Clásico humor de los noventa.
El resultado nos da igual
Si Dino Dini y su equipo no tuviesen idea alguna de fútbol y no tuviesen la estela de una de las franquicias más reconocidas de hace casi tres décadas podría llegar a entenderse algunos de los errores, pero su desgana y desidia ha sido la nota habitual en todo el producto y su acabado. La colocación de los jugadores sobre el verde es de categoría prebenjamín, y se ve a la legua que son problemas que tenían localizados pero que al final decidieron no arreglar. Que sea un videojuego de 10 euros en formato digital (20 en físico) no justifica las muchas decisiones amateurs que se han tomado en el acabado del título.
La parsimonia en el desarrollo es tal que las animaciones del inicio del encuentro es la misma que la de la segunda parte: los jugadores entran, se ponen cara a cara y forman en el campo. En las reanudaciones reales, las del fútbol real y los videojuegos serios, no hay nada ceremonioso: los jugadores salen del vestuario y se colocan en el campo para empezar, cosa que aquí no ocurre; los futbolistas vuelven a saltar al campo, ponerse cara a cara y colocarse sobre el terreno. La lectura es obvia: cuesta menos programar una entrada al campo y repetirla en cada parte, por estúpida que parezca, que hacer una segunda por simple que sea. Para disimularlo lo han acompañado de una tonadilla funky de dudoso gusto.
Hablando de música, hay tres pistas en total: una al empezar el encuentro, otra al acabar cada parte (que es tétrica) y una última para los menús. La de navegación parece que se dejaron puesto el sintetizador con una tecla pulsada varios segundos. A los encargados de sonido les debió parecer estupenda, pero es molesta y chirriante. La suerte es que no hay que escucharla mucho, ya que la gestión entre modos no da para muchos segundos; partido amistoso, multijugador local y en línea y el campeonato europeo, o lo que es lo mismo, jugar la Eurocopa de Francia con sus 24 equipos clasificados. Como decíamos, en caso de empate en las eliminatorias no hay penaltis: se vuelve a repetir el partido como en las eliminatorias que veía tu abuelo hace 50 o 60 años.
Si consigues alzar la copa, no literalmente, aparecerá un mensaje (en inglés) que reza que España ha ganado la competición y te rebotará a la pantalla de inicio sin más. Es una suerte que disponga de un muy necesario modo entrenamiento que te ayudará a comprender cómo funciona el control de los jugadores, sus disparos y pases, pero resulta paradójica la construcción del modo: parece el menú de un videojuego en una muy temprana fase de desarrollo y cuadra con lo que ha ofrecido The Digital Lounge con el presente y disparatado proyecto. Para qué engañarnos: es una verdadera lástima y hay motivos más que suficientes para lamentar el resultado.
Dino Dini’s Kick-Off Revival podría haber sido un producto muy competente si hubiese tenido detrás un equipo de desarrollo serio y consciente de su trayectoria. Su editora nos ha confirmado que se añadirá la ronda de penaltis, las tarjetas, colegiados y nuevas selecciones en el futuro, pero eso no va a arreglar un despropósito técnico y jugable que no parece llegar, siquiera, a trabajo hecho por estudiantes de desarrollo de videojuegos. Tomar las bases que convirtieron en mito a la serie, añadir elementos básicos de cualquier videojuego de fútbol y cuidar las formas habría sido suficiente para haber hablado hoy de un resultado muy diferente, pero era más fácil apelar a la nostalgia más rancia.
Tristemente estamos ante un galimatías balompédico de mucho cuidado y de difícil justificación
Aunque soy un gran seguidor de la actualidad de FIFA y Pro Evolution Soccer, la realidad es que echo mucho de menos poder jugar a fútbol de otra forma más desenfadada. Sensible Soccer, Super Sidekicks, World Cup Italia 90, Hat-Trick Hero, Virtua Striker o Tehkan World Cup planteaba cada uno su forma y estilo de representar el fútbol de forma totalmente lícita, divertida y funcional sin tener que acudir a la simulación. ¿Ya no hay lugar para ellos? Kick-Off Revival podía aspirar al reencuentro con "el otro" fútbol virtual, pero en su lugar se ha quedado en un ejercicio cutre de ego para su creador. Ahora solo pueden enorgullecerse de tener uno de los peores juegos de PlayStation 4.
Decepcionante, vago y pobre ejercicio de nostalgia. Kick-Off no merecía un homenaje así, y menos por parte de su creador. Un producto indigno que necesitaba más horas en el taller. Una colocación de jugadores lamentable en el campo que, sin fuera de juego y con faltas discutibles, provoca situaciones del todo delirantes que acaban en gol contrario. Su nula preocupación por hacer un producto competente se nota hasta en la selección de las fuentes de texto en sus menús. Una pena.
Comprar Dino Dini’s Kick Off Revival- Un ejercicio de nostalgia que puede deparar algún partido interesante con amigos
- Control exigente, pero dominable con un poco de entrenamiento
- Su multijugador puede ser lo mejor de la obra: dejando de lado los problemas del título, funciona
- Errores garrafales para cualquier aficionado al fútbol y los videojuegos
- Presentación amateur, indigna de una obra comercial
- Más allá del amistoso y el online, un solo modo de juego con conclusión totalmente decepcionante
- Ambientación inexistente en el campo y música delirante
