Del frente de batalla a la calidez del hogar. Nunca hay descanso en Champions of Anteria, una divertida aventura de acción y rol en la que no todo es combatir. Obra de los autores de Anno y algunos episodios de la serie The Settlers, en este videojuego también debemos gestionar la economía de una aldea que crecerá en base a nuestras decisiones. ¿El resultado final? Bueno, aunque como veremos en este análisis, no tanto como esperábamos.
Fue algo que nos preocupó cuando probamos Champions of Anteria semanas atrás y por desgracia, no andábamos desencaminados. Esta aventura, con todo lo bueno que tiene y no es poco, adolece de una falta de variedad en su acción que a medio plazo, termina por afectar de forma notable a la experiencia de juego. Divierte y hasta cierto punto es adictivo, durante horas querrás jugar “otro turno más”, pero rara vez el videojuego de Ubisoft y Blue Bytes alcanza las cotas de calidad deseadas. Potencial no le falta, inspiración en el diseño de misiones… eso ya es otro cantar. Uno con demasiadas notas discordantes. La partitura es buena, incluso la melodía suena bien, pero es extremadamente repetitiva. Por mucho que disfrutes batallando contra bandidos, monstruos y soldados de todo tipo, llega un punto en el que te cansas.
Duele decir esto cuando nos encontramos ante un videojuego que combina acertadamente la acción rolera con ciertos tintes de estrategia y gestión tan propios de una saga emblemática como es The Settlers. De ella precisamente nace este proyecto, aunque salta a la vista, sigue un camino muy distinto y, por qué no decirlo, también más simple. Tanto si hablamos de los combates, que tienen su miga aunque no tanta como imaginábamos, como especialmente en lo que se refiere a la administración de los recursos de nuestra aldea, a la que turno tras turno veremos crecer con nuevos edificios y estructuras militares con las que defendernos mejor de los enemigos. Al final, todo va de eso; de proteger a un grupo de inocentes de los malvados planes de conquista de un chiflado con un gran ejército bajo su mando. Y nada mejor que un grupo de cinco héroes para llevar a cabo esta misión.
Afinidad elemental
Tenemos al típico caballero armado con espada y escudo, a un orondo monje con ganas de lucha, una arquera implacable con las flechas, un pistolero, y una fiera guerrera capaz de blandir dos espadas de forma simultánea. Cada uno de ellos se especializa en un estilo de combate distinto, pero a la hora de la verdad, eso es lo que menos debe preocuparos. En Champions of Anteria manda la afinidad elemental; la fuerza de la naturaleza de la que los héroes extraen su poder, pues esta determinará contra qué enemigos son más efectivos y, claro, contra cuáles no conviene medir las fuerzas.
El Rayo vence al Agua y esta, al Fuego, que es a su vez fuerte contra el Metal, cuyo poder es superior al del elemento Naturaleza, y el de este, frente al Rayo. Así funciona un círculo de poder que lo es todo en esta aventura de acción y rol. Sí, cada héroe tiene sus propias habilidades especiales que desempeñan un papel crucial en las batallas, pero no al nivel de la afinidad elemental. Este es el punto que dota de algo de originalidad al título de Blue Bytes, que en sus peleas es mucho más estratégico de lo que cabría imaginar. Hay que gestionar con cabeza al equipo; usar al héroe adecuado contra el enemigo correcto sin perder de vista a sus aliados, que en cualquier momento pueden desatar su furia cambiando la naturaleza elemental de los implicados.
Razón de más por la que el videojuego incluye la opción de la Pausa Táctica. Es prácticamente imprescindible recurrir a ella; detener por unos instantes el combate, meditar las opciones y volver a la acción. Más si cabe teniendo en cuenta que hay varios tipos de pociones que usar, con efectos de lo más dispares más allá de las típicas de sanación, así como varios artilugios de guerra en forma de ballestas y trampa que bien utilizados, pueden decidir el curso de las batallas. La cuestión es que a pesar de todas estas opciones y lo atractivo del sistema de combate, las batallas nunca terminan de alcanzar su máximo esplendor. Hay peleas realmente divertidas, especialmente cuando mides las fuerzas contra un temible jefazo, pero son también algo simples y repetitivas. Los desafíos son siempre los mismos; no hay variables, no hay mucho que te haga cambiar la estrategia una vez has cogido el truco al juego. Y es una lástima.
A esto influye sobremanera el pobre diseño de misiones. Atacar a los enemigos, conquistar y defender zonas, escoltar un carromato… hasta hay tareas que en cierto modo recuerdan a los juegos de defensa de torres. ¡Cuánta variedad! Pensaréis. Y sí, sobre el papel pinta bien, pero las sensaciones que transmite no son tan positivas. Le falta épica, un mayor ritmo de la acción y desafíos más originales porque sin todos estos elementos, el videojuego entretiene, pero nunca pasa de ahí, de ser un simple divertimento para un par de horas. Luego, aunque seguirás interesado en continuar la partida para poner fin a la historia que se cuenta, lo harás a desgana, tomándote estas misiones como un suplicio en lugar de esa gran oportunidad para vivir mil y una aventuras. Las ideas, las herramientas para lograrlo están ahí, pero rara vez Champions of Anteria recurre a ellas.
Pasa lo mismo cuando hablamos de la gestión de la aldea. Nos encanta el modo en el que se ha integrado dentro de la aventura y, sobre todo, la importancia que tiene a la hora de potenciar las habilidades de los héroes. Sin un pueblo fuerte, con sus tiendas, su herrería, su mercado y demás construcciones, nada podremos hacer frente a unos enemigos que turno tras turno, se moverán por un gran mapa estratégico conquistando territorios. A nosotros nos toca hacer lo mismo. El cómo nos gusta mucho, pues Champions of Anteria se convierte aquí en una especie de juego de puzles. Cada parcela de tierra por la que nos extendemos ofrece bonificaciones a ciertos recursos y cada edificio, a su vez, presenta algunas peculiaridades que conviene tener en cuenta para maximizar su funcionamiento. Un ejemplo. Crear dos cabañas de cantero en un mismo terreno reducirá su eficiencia; del mismo modo que hay manufacturas que funcionan mejor lejos de las casas de los colonos.
Edificios los hay a montones, también armaduras, equipo de combate y pociones a las que acceder poco a poco, conforme desbloqueamos mejoras y nuevos recursos con el prestigio que adquiriremos al conquistar nuevas tierras. De estas, además, podemos obtener dinero y otros beneficios; más todavía si instalamos atalayas, fortines y zonas comerciales lejos de la ciudad. En definitiva, hay opciones para aburrir. No hasta el punto de equipararse a un The Settlers tradicional, tampoco busca eso, pero sí como para motivarnos a seguir adelante ampliando las fronteras de la aldea.
El videojuego de Ubisoft es capaz de lo mejor pero su gran problema es que pocas veces lo demuestra con hechos. El potencial está ahí, las horas de diversión también las tenéis garantizadas, así que si apostáis por él disfrutaréis de una buena aventura de acción y rol con algo más que simples combates. Champions of Anteria muestra además un buen acabado artístico con escenarios coloridos, bien detallados y un elenco de personajes protagonistas con gracia. El humor es importante aquí, pues es uno de los motores que guía al argumento hasta el desenlace de una historia que incluye alguna que otra sorpresa. A algunos puede agotar el tono socarrón del comentarista, pero en líneas generales los chistes, sus comentarios irónicos y la descripción que hace de las heroicidades de los protagonistas tienen gracia. Todo ello en perfecto inglés pero con textos en español.
Algún tipo de opción multijugador le habría sentado bien a esta aventura que una vez completamos, aunque da la opción de repetir todo con un mayor nivel de dificultad, poco incentiva a hacerlo. Como decíamos, una pena, porque es un universo de fantasía en el que da gusto perderse, aunque sea por unas horas.
Muy divertido por momentos, pero también repetitivo en exceso, Champions of Anteria os hará pasar buenos momentos delante del PC gracias a su atractivo sistema de combate, la gestión de la aldea y su gran sentido del humor. Pero no pasa de ahí, de ser un mero divertimento que ciertamente aspiraba a mucho más. La falta de variedad en su acción y la simpleza de algunas de sus mecánicas de juego alejan a esta obra de Ubisoft y Blue Bytes del nivel de excelencia esperado.
- Una aventura divertida que combina bien la acción rolera con la estrategia
- El sistema de afinidad elemental. Dota a los combates de mayor profundidad
- Gestionar tu propia aldea y ver cómo crece turno a turno
- Misiones muy repetitivas y un sistema de batalla al que no se saca todo su partido
- En algunos aspectos es una aventura algo simple. Se echa en falta un multijugador
