Bethesda Softworks –Oblivion, Fallout 3- nos trae Wet, lo último de los irregulares creadores de Indiana Jones and the Staff of Kings. Su protagonista, la sexy Rubi, es una suerte de Altair con pistolas, un Max Payne acróbata, una Lara Croft justiciera… Un olvidable conglomerado de referencias a cámara lenta.
Por fin está entre nosotros Wet, una de las propuestas más obvias que el mercado nos deparará en esta inminente recta final del año 2009. El título de los siempre irregulares A2M peca, precisamente, de lo que sufre todo su catálogo como estudio, de una falta de chispa alarmante.
El videojuego parece tener un concepto medianamente atractivo, especialmente debido al carisma de su protagonista, pero por lo demás el resultado es sólo moderadamente interesante. Un puñado de horas de acción descerebrada con la que pasar un rato sin complicaciones, pero que deja la indefectible sensación de que con un plus de esfuerzo podrían haberse logrado resultados mucho más interesantes.
¡Sexploitation Power![/t]
En Wet seremos [b]Rubi Malone, la clásica heroína sexy y altiva que parece directamente sacada del papel de La Novia interpretado por Uma Thurman en Kill Bill. La Rubi que nos ocupa no tiene los complejos planes de venganza de Beatrice Kiddo, pero es una efectiva asesina reclutada por la mafia para llevar a cabo sus encargos, al igual que la heroína ideada por Quentin Tarantino.
Sin embargo pretender que Wet nos enganche por su historia es una utopía de enormes proporciones, pues ni el título lo intenta ni nosotros haremos grandes esfuerzos por conseguir sentir empatía alguna por ninguno de los personajes que la protagonizan. Por lo demás el videojuego es un poco sentido homenaje a las películas de los años sesenta y setenta que inundaban los cines de la época, y que con poco presupuesto, menos ideas y nulo estilo conseguían convertirse en taquillazos.
Rubi tiene un poco de Matrix, algo de Ninja Gaiden, mucho de Max Payne y todavía más de la funky Blacksploitation de los años setenta. Sin embargo con todas estas referencias el cóctel que se obtiene es algo indigesto, en buena medida porque el tratamiento psicológico del personaje es plano cual tabla de planchar. Tía dura, bebedora de campeonato, experimentada gimnasta, asesina nada piadosa, experta en artes marciales… nuestra heroína es una poca afortunada amalgama de clichés, pero por suerte no hay un gran esfuerzo por exponerla con lo cual el daño es ciertamente un mal menor pues no lo sufriremos en demasía.
Por lo demás el título únicamente incluye campaña individual, y carece por completo de cualquier experiencia de corte multijugador por sorprendente que parezca a estas alturas en un lanzamiento de estas características. Esto nunca ha sido un problema si los modos off-line demuestran estar a la altura, pero el Modo Historia y los Desafíos de Wet son una oferta más bien escasa.
Acción por Acción
Wet es un juego de acción en tercera persona sin demasiados problemas o consideraciones paralelas que llevar a cabo. El mayor problema que tiene el título pese a incorporar algunas mecánicas jugables de interés es lo repetitivo que acaba resultando a corto plazo. Los diferentes niveles que recorreremos son tremendamente lineales, y las posibilidades de variar con diferentes tácticas entre unos y otros son muy escasos, de modo que en poco tiempo nos daremos cuenta de que estamos haciendo lo mismo, sensación que no desaparecerá hasta el final del juego.
Nuestra protagonista siempre tendrá dos armas en la manos, y el gatillo derecho del pad disparará una espectacular cámara lenta siempre que estemos saltando, corriendo por paredes o deslizándonos por el suelo y haya enemigos en las inmediaciones. No hay límite a la hora de accionar este “bullet-time”, y tampoco lo hay para otros detalles como el de cargar las armas, por ejemplo. Así pues la interacción del jugador en este sentido es mínima, y es que no tenemos por qué apuntar –autoapuntado muy generoso y automático con una de las armas-, tampoco tenemos por qué vigilar la munición ya que es ilimitada, y tampoco debemos recargar…
Esto que podría sonar accesible y divertido acaba siendo otro de los responsables de que la experiencia sea tan repetitiva, y es que exige poquísimo por parte de un usuario que verá cómo la posibilidad de llevar a cabo una táctica o un acercamiento algo planificado a la acción, por mínimo que sea, queda reducido a la mínima expresión.
De acuerdo en que la última intención de Wet es la de ofrecer acción sesuda, pero por descerebrado que sea su planteamiento, que de hecho lo es, un mínimo de interacción por parte del jugador en estos detalles tan nimios le hubiera hecho mucho bien al videojuego. En el formato actual del título la única alternativa que le queda al usuario es la de ser muy rápido llevando a cabo las acciones, y con ese factor tendrá suficiente para superar la campaña individual del título que sólo dura unas 5 horas.
El videojuego, por otra parte, contiene abundantes guiños a diferentes obras recientes de la industria del videojuego, del cine, etcétera. Algunas ya las hemos mencionado antes, pero al empleo de la katana al más puro estilo Kill Bil hay que sumar otros no mucho más sutiles como el homenaje Killer 7 del modo furia de Rubi. Cuando entremos en este modo todo se vuelve rojo, blanco y negro con un estilo artístico muy interesante, y no sólo nos convertimos en una brutal máquina de matar, sino que los multiplicadores por puntos obtenidos se disparan.
¿Para qué sirven estos puntos? Según avance la aventura desbloquearemos nuevas armas que podremos utilizar, y para las que nos deberemos familiarizar con concisos tutoriales en forma de flashback. También podremos comprar nuevas habilidades para la protagonista, como ataques inéditos con espada o mejoras para las nuevas incorporaciones del arsenal que hayamos adquirido.
No todo son arenas en las que acabar con los enemigos, y es que hay dos elementos que intentan insuflar una dosis de aire fresco al conjunto de Wet. La primera son los pequeños intervalos de plataformas que hay en determinadas partes de los niveles. No resultan divertidas sino más bien torpes, y demuestran de forma clara lo poco preciso del control que tenemos sobre Rubi.
Por último, y como segundo elemento, hay secuencias de acción que tienen un aire cinematográfico francamente disfrutable. Se trata de cortes marcados por el empleo de QuickTime Events que tienen un poderío visual sencillamente sensacional.
WetWork… Estilizado
En lo visual Wet es un título que cuenta con una dirección artística muy interesante, pero con un acabado general algo pobre. Es inevitable sentir que los chicos de A2M han sentido un profundo apego por el videojuego que han desarrollado, y eso se nota en infinidad de aspectos como las cinemáticas, los momentos de rabia de Rubi, los cuidados tiempos de carga o el diseño de algunos personajes.
Sin embargo estas buenas ideas sobre el papel no se han visto acompañadas de una ejecución a la altura. La protagonista, por ejemplo, cuenta con un exquisito diseño, pero una vez en movimiento algo falla. Las animaciones cumplen, pero a menudo parecen inconexas y desencajadas… Y si esto es atribuible a la heroína, que ha recibido mucha más atención en términos de diseño que el resto, todavía peor sensación transmiten los demás miembros del casting.
Idénticas conclusiones se pueden extrapolar de los escenarios. Los diferentes niveles se suceden en sitios originales, aunque el reciclaje acaba pesando a medio plazo. Sin embargo todo da una cierta sensación de cartón-piedra, y los elementos interactivos están tan “pegados” al decorado que parecen querer transmitir al usuario con carteles de neón el mensaje de que puede destruirlos.
En lo más puramente técnico el título no tiene demasiados problemas para mantenerse estable en una tasa de imágenes por segundo alta, pero es fácil detectar por qué. Las texturas son flojas, hay algunos defectos de clipping y en líneas generales da la sensación de que con una mayor tasa poligonal a sus espaldas, Wet tendría un aspecto netamente superior.
En lo que se refiere al sonido el título llega a nuestro país traducido y doblado a nuestro idioma con un nivel bastante aceptable. La voz de Rubi en nuestro idioma es bastante irritante, pero su dramatización es adecuada con lo cual no hay demasiado que objetar. La música adopta el clásico estilo que se podría esperar de las producciones cinematográficas a las que homenajea de modo que pese a su discutible calidad es exactamente lo apropiado para el título.
Wet es atractivo a simple vista, pero la sensación de desencanto nos invadirá cuando lo probemos a fondo. Es demasiado corto para su precio, y la jugabilidad acaba pecando de repetitiva a corto plazo. Una verdadera lástima, puesto que con una protagonista carismática y acción a raudales el cóctel parecía prometedor.
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