Cuando algo es gratis, volver al punto en el que toca pagar por ello se convierte no sólo en un engorro, sino también en una excusa para criticar el servicio como el de, en este caso que nos ocupa, los aviones que ofrecen Wi-Fi gratuito a bordo de sus vuelos. Para intentar que eso no ocurra, varias aerolíneas están apostando por el Starlink de Elon Musk para mantener contentos a sus clientes.
Starlink ha encontrado su lugar a kilómetros del suelo
La noticia, parte de una larga lista a la que se sumaba recientemente Air France anunciando su colaboración con el internet satelital de Elon Musk, pone sobre la mesa que la colaboración con las compañías de vuelos con capacidad intercontinental se ha convertido, además del servicio a usuarios, en la principal fuente de servicios de Starlink y sus satélites.
Sin embargo, frente a la posibilidad de ofrecer Wi-Fi tal y como lo hacían hasta ahora mediante servicios más convencionales, u otros servicios de internet satelital, la apuesta por Starlink por parte de las aerolíneas se ha convertido en una bola de nieve que, irremediablemente, empuja al resto a hacer la misma apuesta.
Cuentan quienes se han sumado al servicio que lo hacen porque parte de esa inversión, de unos 150.000 dólares por cada terminal instalada en un avión, va destinada a mejorar el servicio, lo que en cierto sentido les garantiza no sólo una cobertura cada vez mayor, sino también la certeza de que se seguirá mejorando en el futuro para cubrir esa demanda.
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