El 6 de mayo de 1937 el dirigible Hindenburg completaba su vuelo transatlántico desde Alemania hasta Nueva Jersey con 97 personas a bordo. Era el medio de transporte a gran escala más revolucionario de la época, pero un destello de fuego de San Telmo acabó con esa línea alternativa de nuestra historia creando una nueva. Una en la que Marvel y sus superhéroes, desde Spider-Man hasta Lobezno, terminarían existiendo.
Cómo el Hindenburg cambió la historia de Marvel
A las 19:25 de la tarde, tras esperar varias horas a que la tormenta se desvaneciera para poder atracar en la Estación Aeronaval de Lakehurst, una chispa de electricidad estática provocada por la tormenta prendió la parte superior del dirigible extendiéndose rápidamente por toda la estructura. Apenas 32 segundos en los que el Hindenburg cayó hasta el suelo mientras algunos de los pasajeros saltaban de él desde alturas de 15 metros para intentar ponerse a salvo.
Tras la pérdida de 13 de los 36 pasajeros y 22 de las 61 personas que trabajaban en el dirigible, se descontinuó el uso de este tipo de transportes. La tragedia se había llevado a un tercio de los ocupantes, pero sólo la suerte de la rotura de unos depósitos de agua que cayeron sobre los supervivientes evitó que los 3.000 grados de temperatura que alcanzó el Hindenburg fuesen aún más fatídicos.
Con una cobertura mediática sin precedentes por lo espectacular de las imágenes, que fueron retransmitidas por todo el mundo gracias a una grabación de Pathé, una pareja vivía desde Alemania cómo se habían salvado por los pelos de aquél desastre. Martin Goodman, fundador de la editora Timely Comics que luego se convertiría en Marvel, estuvo a un asiento de tomar el trágico último vuelo del Hindenburg.
Durante aquella primavera había viajado con su esposa a Europa para celebrar su luna de miel y, cuando acudieron a comprar los billetes para volver a casa por todo lo alto, tuvieron la suerte de encontrar asientos libres. Sin embargo, el haber llegado demasiado tarde a la compra les obligaba a viajar en asientos separados y, descontentos con cubrir ese trayecto sin estar juntos, decidieron que lo mejor era volver a casa en avión.
Dos años después, Goodman fundaría Timely Comics y contrataría al primo de su mujer como asistente, un joven Stanley Martin Lieber que, tras dos años colaborando con su pariente, escribiría su primera historia bajo el pseudónimo de Stan Lee para no manchar su posible carrera como escritor. Una muestra más de hasta qué punto cinco minutos adelante o cinco minutos atrás pueden cambiar por completo el curso de la historia.
Ver 0 comentarios