En Barcelona puedes encontrar alrededor de 25, y otras ciudades como Madrid o Bilbao esconden entre sus muros alrededor de una decena. Un número bastante comedido si lo comparamos en el mapa de Dead Drops con los 300 que hay repartidos por toda Alemania, o los 131 que hay sólo en Nueva York, donde esta curiosa moda de incrustar un USB en una pared para que la gente se conecte a ellos dio sus primeros pasos.
Al fenómeno se le conoce como USB Dead Drops, y fue una creación del artista alemán Aram Bartholl que, allá por 2010, decidió crear una exposición de arte público bastante inusual. Su idea era tan simple como incrustar unidades flash por Nueva York para que la gente pudiese compartir y recopilar información de forma anónima. De los cinco USB iniciales, la lista ha ascendido ya hasta los 2.301 y los 72.734 GB en USB repartidos por los muros, postes y escalinatas de todo el mundo.
¿Qué hay en los USB incrustados en la pared?
El concepto gira alrededor de la defensa del anonimato en una época en la que todo funciona bajo un control exhaustivo, así que sin necesidad de disponer de internet, correo electrónico, o un usuario y contraseña que te permita comunicarte con otros, los Dead Drops son una suerte de nube anarquista frente a quienes viven preocupados por la privacidad en línea o la libertad de expresión.
A través de la página oficial de Dead Drops, los usuarios cuelgan la ubicación y objetivo de cada USB que añaden a la particular red de dispositivos, ofreciendo datos como las coordenadas, el tamaño del dispositivo en cuestión, o la intención con la que fue creado, que va desde compartir tus canciones favoritas hasta películas y documentales con fines activistas.
Textos literarios, documentos confidenciales, material educativo, software de código abierto… La lista de posibilidades es enorme, pero también lo es el riesgo de ver cómo esos archivos de origen desconocido resultan ser algo completamente distinto a lo prometido. La posibilidad de encontrarte con malware en forma de virus, troyanos o software de vigilancia es alta. La de cruzarte con contenido ilegal que pueda ponerte en aprietos legales, también.
Tal y como recogen nuestros compañeros de Genbeta, si algún día te pica la curiosidad y quieres sumarte a esta moda, asegúrate de seguir ciertos pasos de seguridad como mantener tu dispositivo y antivirus actualizado, evita abrir archivos sin verificar su contenido, utiliza entornos virtuales o cuentas con privilegios limitados, o cualquier otra medida de seguridad que permita que tu móvil o portátil no se vea afectado.
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