Que las pantallas se han comido buena parte de nuestras vidas es una realidad que, le pese a quien le pese, arrastra suficientes cosas negativas como para tenerlas en cuenta. El phubbing, el acto de mirar el móvil cuando estás en una conversación con tu pareja, lleva desde hace años siendo una de ellas. Una molestia de la que somos conscientes pero de la que no sabemos discernir hasta qué punto. Un estudio ha demostrado que el problema no es el phubbing en sí, sino la percepción recibida.
Hasta ahora, la idea general que todos teníamos en mente era que mirar el móvil mientras nos hablan es un error que raya la mala educación, y los estudios planteados sobre el fenómeno hablaban de una causa de insatisfacción en la relación. Según un análisis reciente, el problema está en la evaluación que hace cada una de las partes de la pareja. Dicho de otro modo, el cómo percibimos esa acción dentro de la dinámica de la relación.
No es un problema del móvil, es de empatía
No era difícil pensar que mirar el móvil mientras nos están hablando podía derivar fácilmente en una conducta tóxica. La otra persona se siente ignorada limitando la sensación de tiempo compartido y, con ello, la parte que está mirando el móvil pierde la sensación de atención que le estaba aportando su pareja. Un círculo vicioso que, según estudios relacionados, demostraba que ese rechazo simbólico que derivaba en frustración, conflictos y, en el peor de los casos, despertaba una insatisfacción con la relación.
Lo que el último estudio demuestra es que, en esta acumulación de problemas en los que se plantea si es más importante la pareja o la atención al teléfono, la clave no se limita a una cuestión de no mirar tanto el móvil como solución, sino que sin importar si es algo que se alargue durante minutos o dure apenas unos segundos, está estrechamente ligado a la percepción que cada parte tenga.
Mientras que para uno puede ser "he mirado el móvil un segundo porque ha sonado una notificación" y no le va a importar, para la otra persona puede suponer una privación de afecto. Pero dentro de lo evidente, de saber atender a tu pareja cuando te está hablando como un pilar de cualquier relación, lo demostrado por el estudio es que a menudo es un simple problema de comunicación.
Si hay unas reglas establecidas de forma previa o dentro de la conversación, explicando debidamente por qué tienes la necesidad de mirar el móvil en ese momento, por ejemplo porque estás esperando un aviso importante, la percepción de la otra parte cambia por completo y se vuelve más empática. De la misma forma, hablar sobre la molestia por parte de la persona afectada, también ayuda a ver la situación de otra manera.
Incidir en cómo se evalúa ese comportamiento por cada una de las partes termina siendo más importante que el hecho en sí pero, en cualquier caso, lo crucial en relaciones en las que el móvil es parte de su día a día es entender hasta qué punto el estar juntos no sólo requiere de una presencia física, sino de una atención recíproca.
Imagen | Declan Sun
En 3DJuegos | Tu madre decía que pasar media hora en el WC con el móvil te pasaría factura. Un estudio ha decidido darle la razón
En 3DJuegos | En la promesa de trabajar menos horas y olvidarnos del móvil fuera del trabajo hay un problema: una sentencia de Madrid
Ver 0 comentarios