Los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams partieron hace dos meses en una misión de prueba a bordo del Boeing Starliner, pero aunque deberían haber vuelto a la Tierra hace más de 50 días, ambos siguen varados en la Estación Espacial Internacional y no saben cuándo podrán volver a casa. Aunque las consecuencias del fallo apuntan a ser mucho menos catastróficas que las que vivieron Sandra Bullock y George Clooney en la película Gravity de Alfonso Cuarón, el problema vuelve a poner en evidencia hasta qué punto tenemos controlados los viajes al espacio.
Tal y como ocurrió con la compañía SpaceX de Elon Musk, en 2010 Boeing llegó a un acuerdo con la NASA para iniciar un programa mediante el que darían forma a su propio cohete, el Boeing Starliner. Tras una serie de misiones fallidas, retrasos y problemas adicionales, el pasado 5 de junio de 2024 se lanzó el primer vuelo tripulado con el objetivo de llegar hasta la ISS para volver poco después. No lo ha hecho.
Qué ha pasado con la Boeing Starliner
Por culpa de fugas de helio y fallos en los propulsores, que se apagaban de forma inesperada, ambos astronautas siguen en la Estación Espacial Internacional a la espera de que se les ofrezca una solución. Tanto Boeing como la NASA aseguran que las pruebas realizadas en el espacio son valiosísimas para el futuro del proyecto y que, tras probar 27 de los 28 propulsores, parece que el controvertido periplo pronto tendrá un final feliz. Sin embargo, aún no se ha establecido en qué fecha se producirá.
Desde Boeing apuntan que el término "varados" es inexacto porque, pese a los problemas de la Starliner, los astronautas cuentan con suficientes reservas de oxígeno y suministros para aguantar y que, si así lo desean, pueden tomar otra nave acoplada a la ISS para volver a la Tierra, pero lo cierto es que los problemas generados están poniendo en tela de juicio no sólo el proyecto, sino también el hecho de que la NASA tenga que agarrarse a otras compañías para poder financiar sus viajes.
Frente a un futuro en el que se planeaba que Boeing hiciese varios de estos viajes durante el resto del año para llevar y traer astronautas a la ISS con regularidad, el miedo a que fallos como estos puedan derivar no sólo en astronautas que se quedan más tiempo de la cuenta en la Estación Espacial Internacional, sino también en fallos mayores como los presenciados en la ciencia ficción de Gravity, ponen en entredicho hasta qué punto estamos preparados para dar ese paso en la conquista espacial.
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