Rubén Márquez
Editor - TriviaEn plena época de bonanza económica y tras una crisis que dejó la opción preferida de los jóvenes en la estacada, quienes antes veían en los trabajos de cuello azul la salida más fácil para su futuro laboral empezaron a mirar a las carreras universitarias con mejores ojos. Ahora, las tornas han cambiado y nos a enfrentarnos a un panorama muy distinto: que la Universitat de Barcelona tenga una carrera con un solo alumno es buena muestra de ello.
Frente al miedo a cómo las nuevas tecnologías ponen en entredicho ese futuro prometedor que aventuraban grados y carreras, aún quedan unos pocos valientes que se atreven a perseguir sus sueños. Para Roc Ángela Novella, un estudiante de Badalona que este año ha empezado un grado en la UB, el suyo eran las lenguas románicas.
La Universidad de Barcelona tiene una carrera con un solo alumno
Tal y como recogía RAC1 en una entrevista al estudiante, la citada carrera sólo cuenta con dos estudiantes en primer curso, él y una chica austriaca. El problema es que, por haber escogido itinerarios diferentes, algunas de las asignaturas que cursan sólo cuentan con un único alumno, lo que supone un problema para sus profesores cuando no asisten a clase por el motivo que sea.
Según apuntaban desde La Vanguardia, el estudiante asegura que "si un día falto a clase, tengo que avisar para que no venga el profesor". El privilegio de tener un profesor para ti solo es a todas luces un regalo para un estudiante, pero un problema para las universidades que ven cómo la caída de la población joven se les escapa entre los dedos.
En el caso de España, frente a una considerable bajada de las matriculaciones, las universidades empezaron a abrirse al extranjero para poder compensar un crecimiento del 30% de la mano de matrículas internacionales. Cuando se agotan las opciones para intentar darle la vuelta a la situación, llegan las fusiones de grados y las cancelaciones, una situación que, si la percepción de escasa salida laboral sigue creciendo, no hará más que aumentar.
Por su parte, el joven badalonés apunta que su grado tiene "prácticamente las mismas salidas laborales que el resto de filologías", apuntando por ejemplo a salidas profesionales como la enseñanza de idiomas, investigación histórica o asesoramiento en el mundo editorial, pero frente a un mundo en el que la tecnología está fagocitando buena parte de esas salidas, las dudas sobre el futuro de ciertos sectores universitarios son cada vez mayores.
Imagen | Philippe Bout
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