Rubén Márquez
Editor - TriviaEl paso del tiempo evidencia cada vez más que el pozo de la situación financiera de la Generación Z no arroja algo de luz en el horizonte. Estudios recientes destacan que, ante la falta de sueldos que les permitan vivir con la dignidad y solvencia que experimentaron generaciones anteriores, a menudo los jóvenes tienen que recurrir a saquear lo poco que han ahorrado para solventar imprevistos, saltarse comidas para llegar a fin de mes, e incluso vender sus pertenencias para poder cubrir el alquiler. El pozo es cada vez más negro.
Tal y como recogía recientemente Mein-MMO, el término de soft saving se ha convertido en una mezcla de querer ahorrar pero sin dejar pasar las pocas oportunidades que tienen de disfrutar de la vida. Aunque el 72% de los jóvenes de la Gen Z busca mejorar su salud financiera reduciendo deudas y guardando dinero, lo hacen con un enfoque centrado en el bienestar presente en vez de mirar hacia el futuro.
El gran error de la Generación Z
Es una estrategia destinada a superar su crisis actual centrándose en metas a corto plazo, en buscar la forma de llegar a poder permitirse pequeños caprichos hoy en día a costa evitar pensar en los problemas que puedan llegar a años vista o de cara a su jubilación. En otras palabras, hay un esfuerzo innegable por limitar gastos y apostar por el ahorro, pero tal y como recoge un estudio del Bank of America, el 55% no tiene suficiente colchón como para cubrir tres meses de gastos.
Con el costo de la vida aumentando significativamente durante los últimos años, con sueldos congelados que no se equiparan a la subida de los precios, y una estabilidad financiera que está lejísimos de poder hacer honor a su nombre; el esfuerzo por ahorrar está resultando ser más alto que el de otras generaciones, pero también crece en consonancia un error que no se presencia en otros grupos generacionales: acudir a influencers de finanzas en busca de solución.
Según apunta un estudio sobre el rol de las redes en este ámbito, el 45% de los jóvenes de la Generación Z reconoce haber tomado decisiones financieras en base al contenido de este tipo de influencers cada vez más en auge. Para sorpresa de casi nadie, sólo aquellos con cierta educación financiera no se ven impactados por los mensajes de riqueza rápida e inversiones arriesgadas que pululan por canales como Instagram o TikTok en forma de salvavidas de dudosa calidad.
Tal y como recogía el Financial Times, los llamados finfluencers aprovechan las imágenes de estilos de vida ostentoso plagado de lujos para captar a jóvenes en situaciones financieras peliagudas con contenidos que, según el World Economic Forum, a menudo plantean conflictos de interés para los creadores de contenido y, peor aún, se valen de información engañosa o fraudulenta para aprovecharse de esa vulnerabilidad.
El resultado son proyecciones de vida a todas luces irreales que han terminado provocando algo impensable hace unos años, que el 42% de los jóvenes de Estados Unidos confíe más en las redes sociales para tomar decisiones financieras que en expertos y asesores tradicionales. Frente a un escenario ya de por sí muy difícil para los jóvenes de la Generación Z, acudir en busca de ayuda a influencers que pueden estar motivados por acuerdos comerciales o comisiones es, a todas luces, el peor camino que pueden llegar a tomar.
Imagen | Azp86 en Midjourney
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