Muchos hemos dicho aquello de "moriremos con un mando en las manos", pero el tiempo es muy duro y los juegos se suben a mil y una modas que quizá, con la edad, no casan con nosotros. El videojuego no tiene edad más allá de la que demanda el PEGI, pero hay jugadores adultos que piensan que "se están quedando atrás", y es una dolorosa realidad.
Si echamos un vistazo a las estadísticas, los jugadores mayores de 50 años en Alemania constituyen nada menos que un tercio de toda la comunidad gamer del país. En España, según datos de 2022, el rango de edad dominante se concentra entre los 16 y 40 años, lo que se traduce en más de un 50%, mientras que el segmento de población superior a los 45 años apenas representa un 16%.
Echando un vistazo a estos datos, podríamos decir que no son malos, pero la realidad o cómo la perciben los jugadores de mayor edad, es diferente. Según recoge MeinMMO, la profesora Celia Pearce, de la Universidad Northeastern en Boston, ha investigado los problemas que enfrentan los jugadores mayores en su vida cotidiana.
Lejos de los más obvios y que giran en torno a los reflejos o su rapidez con mando, o teclado y ratón en caso de PC, algunos argumentan que los tutoriales son un obstáculo. Éstos, si bien deberían ser una clase rápida y directa que ayude a interiorizar mecánicas, movimientos o botones, son poco comprensibles y difíciles de entender o leer en muchos casos.
Pero, ¿qué tipo de videojuegos consumen los jugadores de mayor edad? El gaming y la comunidad de jugadores es de todo menos homogénea. Sin embargo, la compañía Arkadium, desarrolladora de juegos casuales para adultos, adelanta que muy pocos jugadores estadounidenses quieren entrenar su cerebro, sino deleitarse con una buena historia.
Por su parte, la AARP, o la Asociación Estadounidense de Jubilados, ha demostrado en un informe reciente que los jugadores mayores se sienten en desventaja y rara vez encuentran juegos adecuados para ellos. Algunos que disfrutaban de juegos de franquicias importantes, se han visto relegados a un segundo o tercer lugar frente a las comunidades de jugadores más jóvenes. Algo que, sin duda tiene sentido económico, no hace sino frustrar a los veteranos.
De hecho, Maura White, directora de juegos en AARP, añade que a pesar de las complicaciones y "zancadillas" que se ponen a los jugadores de más de 45 años, el videojuego puede ser una parte saludable de envejecer. "Pueden aliviar el estrés, desafiar a los jugadores mentalmente, conectarlos con otros y, simplemente, ser un divertimento como otro cualquiera".
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