Análisis de Dead Rising 3. Locura Zombi

Análisis de Dead Rising 3. Locura Zombi
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El Apocalipsis ya ha llegado. Enfrentémoslo con un buen puñado de armas. Y si son mortalmente locas, ¡mejor que mejor! Así podríamos resumir la orgía de muerte y destrucción que nos propone el notable Dead Rising 3, que tras su paso por Xbox One ahora ha extendido su infección zombi al PC con buenos resultados.

Cuando una compañía nipona se propone adaptar al PC cualquiera de sus juegos de consolas nos echamos a temblar. Y con razón. Son ya demasiadas las calamitosas adaptaciones con las que nos hemos topado. Por fortuna Capcom parece haber aprendido la lección, y con Dead Rising 3: Apocalypse Edition nos ha dejado con un gran videojuego de acción zombi que se aprovecha del superior potencial tecnológico de los compatibles, aunque sin excesos y con alguna que otra pega.

Nada grave, eso vaya por delante, aunque sí nos decepciona un poco el que los nipones no hayan mejorado aspectos como la estabilidad de la tasa de imágenes por segundo, que en algunos momentos puntuales de la acción se resiente del mismo modo en que lo hacía en Xbox One, ni que se hayan introducido mejoras gráficas perceptibles como un aumento en el número de enemigos en pantalla, o texturas de mayor calidad. Aunque también es verdad que en este caso la resolución de pantalla ha aumentado hasta los 1080p, y también se ha trabajado de manera notable el sistema de control con teclado y ratón -demasiadas veces olvidado en esta clase de adaptaciones-.

Nota: Si ya leíste en su momento el análisis original de Dead Rising 3 para Xbox One, encontrarás en este artículo pequeños retoques relacionados con el sistema de control y otros detalles de importancia relativa, pero puedes consultar directamente en la última sección, "Apocalypse Edition", para comprobar las más importantes diferencias con respecto al original.

Nick of the Dead

La historia de Dead Rising 3 no es la de una epidemia zombie, y sólo es parcialmente la de un grupo de supervivientes... Sobre todas las cosas es una parte de la vida del mecánico Nick Ramos, un joven afincado en la ciudad de Los Perdidos, que tiene la desgracia de vivir en primera persona una infección de muertos vivientes y que hace todo lo posible por subsistir en unas condiciones insoportables. No se nos explica cómo comienza todo, pero por los diálogos que presenciaremos da la sensación de que todavía estamos en los primeras fechas de la plaga, a pesar de que la ciudad entera está poblada por miles (literalmente) de estas peligrosísimas criaturas.

El protagonista no es el tipo más carismático del mundo, y tanto en su físico como en su personalidad está a bastante distancia del icónico periodista Frank West del original, algo que provoca que en ocasiones parezca más la marioneta del resto de personajes a los que va ayudando que un héroe con ideas propias. No obstante las situaciones que protagoniza se siguen con interés, principalmente debido a que la troupé de secundarios vuelven a tener ese carácter absurdo e histérico que tan bien ha venido dibujando Capcom en entregas precedentes. Y es que en nuestro camino vamos a ir conociendo a muchos "actores de reparto" de todo tipo de perfil, pero siempre se caracterizan por tener un aspecto muy cuidado y una personalidad bien trazada cuando tienen un rol importante.

Así pues la experiencia del nuevo Dead Rising vuelve a ser la de contar ante nosotros con un mundo abierto para poder hacer lo que queramos en él, más grande y completo que nunca, por cierto, y tenemos a modo de guía una serie de misiones que podemos ir cumpliendo si lo deseamos y que son las que de veras hacen avanzar la historia y dan sentido a la verdadera carnicería que vamos a protagonizar. Los no-muertos moran las calles como almas en pena, pero casi nunca es necesario matarlos para acabar las misiones. Eso se traduce en que podemos acabar el juego con una cifra récord de muertes de zombies o, por el contrario, hacerlo sólo con unos pocos en nuestro contador.

De este modo las misiones son bastante rutinarias, y casi siempre es más interesante todo lo que podemos hacer por el camino que el propio encargo en sí. La mayoría tratan sobre recuperar un objeto para alguien o escoltar a un determinado personaje desde el punto A al B, sin embargo la cantidad de alternativas y de vías para alcanzar nuestros objetivos dan sentido a la experiencia sandbox que propone el programa. Las cinemáticas, por si fuera poco, están cuidadísimas, con un estilo fantástico y con un tratamiento de los rostros de los personajes fantástico. Lástima que todo ese mimo cosmético que exhiben no se haya visto acompañado de algo más de contenido narrativo.

Hay algún golpe de efecto más o menos interesante que ayuda a dar algo de fuelle a una experiencia que en sus primeros compases es bastante desalentadora desde el punto de vista argumental, sin embargo quien haya venido aquí por el guión obviamente no va a quedar muy satisfecho puesto que se limita a hacer los deberes. Eso no es óbice para que haya concesiones al fan en forma de guiños a entregas anteriores, incluso el retorno de un determinado insecto de efecto devastador sobre los zombies, y un fuerte sentido del humor ya característico de la franquicia que está más presente por la frecuencia de las situaciones absurdas que por la presencia de gags premeditados.

Supervivientes, psicópatas, zombies... ¡El apocalipsis! Equípate con las armas más locas que puedas imaginar y prepárate para combatir. ¡Este no es lugar para débiles!
Supervivientes, psicópatas, zombies... ¡El apocalipsis! Equípate con las armas más locas que puedas imaginar y prepárate para combatir. ¡Este no es lugar para débiles!

Los Perdidos: Estado de Emergencia

Dead Rising sólo tiene unos minutos de cortesía para explicarnos cómo funciona la experiencia de juego, los primeros y también los peores, y acto seguido nos deja con todo su generoso mundo abierto. Si tenemos que definir a Los Perdidos por algo es por su amplitud de contenidos, puesto que si bien es sensiblemente más grande que lo que hemos visto en episodios precedentes, no es el clásico mapa de tamaño descomunal. De hecho si por algo se caracteriza la ciudad es por su intensidad, regalándonos por fin algo que los amantes de este género venían reclamando desde hacía tiempo, y es el ofrecer por fin la posibilidad de explorar los interiores de los edificios con propuestas relevantes. Hay tiendas, hay casas... hay todo lo que podemos imaginar de una ciudad, y lo bueno es que casi siempre conviene entrar a echar un vistazo.

Unas cosas, lógicamente, son más interesantes que otras, pero el que tenga afán coleccionista y guste de completar las experiencias al 100% tendrá horas y horas para dar con todas las sorpresas que esconde el mapeado y que abarcan actividades y descubrimientos de muy distinta índole. Lo que más veremos, seguramente, será a los supervivientes, personas que nos cruzaremos en nuestro camino y a las que podemos ayudar si queremos. Casi siempre están sitiados por decenas de muertos vivientes en una posición desde la que tratan de defenderse, habrá un tiempo limitado para salvarlos y de no conseguir eliminar a sus amenazas acabarán muriendo sin demasiada influencia para el transcurrir de la historia, aunque sí debemos dejar claro que hay varios finales para ésta.

Algo más de sustancia tienen otros civiles con los que nos cruzaremos y que nos pedirán ayuda con algún que otro cometido. Por ejemplo en el primer capítulo hay una joven oriental que pinta señales de advertencia en paredes como guía para otros, si damos con ella y nos interesa ayudarla tendremos que buscarle más botes de color para completar su tarea. Cuando lo haga se unirá a nosotros acompañándonos en todo lo que hagamos, y podrá equiparse con las armas que le demos para defenderse, puesto que como todos ellos en el juego pueden morir en cualquier momento. Como puede verse su misión es más compleja que la de los supervivientes comunes, pero la recompensa también es mayor puesto que siempre está bien tener compañía ante las dificultades que vamos a pasar. Este tipo de encargos secundarios, más profundos, se nos facilitan por teléfono a través de un misterioso interlocutor que nos estará brindando constantemente objetivos de carácter alternativo.

El combate cuerpo a cuerpo es fundamental para salir adelante. Eso sí, las armas se acaban estropeando con el uso así que hay que andar con ojo.
El combate cuerpo a cuerpo es fundamental para salir adelante. Eso sí, las armas se acaban estropeando con el uso así que hay que andar con ojo.

¿Más cosas? Por supuesto. También hay abundantes desbloqueables como figuritas de Frank West para coleccionar o, por ejemplo, los mucho más útiles planos. Con éstos podemos liberar el poder constructivo del mecánico protagonista, y fabricar cosas de lo más útil. Mezclar objetos para construir otros será una opción muy interesante para crear tanto armas de lo más divertido (y eficaz) como vehículos.

Es aquí donde tenemos algunos momentos muy graciosos de la campaña por las ideas absurdas que se ponen en marcha y la aparente total incompatibilidad de todos los elementos que se combinan para elaborarlas. Al principio el inventario estará limitado a muy pocos espacios para estos objetos, pero más adelante, conforme subamos de nivel, podremos potenciar este y otras facetas de nuestro superviviente.

Por otra parte Dead Rising 3 incluye un cooperativo on-line que nos permite disfrutar junto a otra persona, que ejercerá el papel de Dick, de los mismos entretenimientos de la campaña una vez superado el prólogo. El juego está dividido en capítulos, que podemos volver a probar siempre que queramos manteniendo nuestro progreso, y vuelve a apostar por poner un límite de tiempo a todo lo que sucede en algo que ha venido siendo sello de la serie, aunque de una forma mucho más generosa en esta ocasión. La reducción de la urgencia limita también la dificultad, que alcanzaba extremos deliciosamente disparatados en el primer videojuego y que se moderaba algo en el segundo.

Dead Rising 3 es un título mucho más agradable de jugar en el sentido literal de la palabra, y es que ya no nos pone con ese sentido de la tensión máximo como hacía en el pasado y, por si fuera poco, la presencia de checkpoints y auto-guardado nos permite también bajar la guardia en algunos momentos. De hecho para los que echan en falta la experiencia de desafío brutal de, por ejemplo, el original, existe el denominado como Modo Pesadilla en el que el tiempo que tenemos antes de que se acabe es más reducido, los zombies multiplican su ferocidad y, además, sólo podemos guardar en las zonas seguras.

La posibilidad de construir armas y vehículos con planos y los elementos que encontremos es muy interesante, y genera creaciones divertidas y absurdas.
La posibilidad de construir armas y vehículos con planos y los elementos que encontremos es muy interesante, y genera creaciones divertidas y absurdas.

Holocausto Zombie -La Acción-

La exploración tiene una fuerza de enorme importancia en el videojuego que nos ocupa, puesto que como buen título de supervivencia que es nos propone muchas cosas relacionadas con gestionar adecuadamente una salud no regenerativa que deberemos mimar para no morir en el intento. Hasta tal punto es así, y teniendo en cuenta el escaso interés que presentan las misiones principales, que acabaremos sintiendo más atracción por explorar su mundo que por andar cumpliendo objetivos. Sin embargo con toda la fuerza que tiene esto, los combates también tienen una relevancia capital y son realmente divertidos ya los llevemos a cabo cuerpo a cuerpo, con armas de fuego, de contacto o en vehículos, cuya presencia es mucho más variada y frecuente que en entregas anteriores para lidiar también con las distancias más largas que vamos a recorrer.

La escasez de armas y el hecho de que se desgasten con su uso hace que tengamos que tener mucho cuidado gestionándolas, así que el tratar el arsenal con cuidado va a ser nuestro primer deber en el programa. Prácticamente todo lo que encontramos puede ser utilizado a nuestro favor, y la presencia de los objetos responde a una lógica. Eso quiere decir que en un restaurante de comida rápida podremos dar con comida para restituir nuestra salud, y platos, sillas o incluso la caja registradora con lo que golpear a nuestros enemigos. Al igual que en el pasado las opciones son las del golpe normal, el golpe fuerte o el disparo a distancia, lo que se traduce en hilarantes combates en los que un cono de obra, una papelera o incluso un peluche pueden ser útiles objetos contundentes o armas arrojadizas en función de lo que requiera la situación.

Como ya hemos dicho matar a los no-muertos no es, ni mucho menos, una obligación, pero es tan sencillo y divertido que cuesta mucho no hacer una parada de vez en cuando para destrozarlos y después seguir nuestro camino. Si no nos entretenemos es difícil que suframos muchos daños puesto que los "caminantes" son muy lentos y torpes, pero las enormes cantidades en las que aparecen y la facilidad que tienen para rodearnos pueden provocar más de un momento de angustia. Alcanzaremos números de muertes estratosféricos, principalmente gracias a los atropellos, puesto que pasaremos con los vehículos literalmente por encima de centenares de ellos, pero tanto los coches, motos, camiones tienen un desgaste al igual que el del arsenal, lo que supone que si no tenemos cuidado acabarán estallando en el peor momento.

Las cinemáticas son muy impactantes desde el punto de vista estético. Surgen a menudo durante la campaña y nos presentan a secundarios muy interesantes.
Las cinemáticas son muy impactantes desde el punto de vista estético. Surgen a menudo durante la campaña y nos presentan a secundarios muy interesantes.

Así pues los grandes protagonistas, como no podía ser de otro modo, son los muertos vivientes, sin embargo también hay enemigos de otros perfiles. Los humanos que moran la ciudad se pueden dividir en dos grandes categorías, los supervivientes que tratan de salir adelante por un lado y los que no tienen escrúpulos y que nos pondrán las cosas muy difíciles. Por temor a crear innecesarios spoilers no podemos dar mucha información, pero sí podemos adelantar que hay grupos organizados de peligrosos enemigos y que también vuelven los psicópatas con aviesas intenciones y ganas de ponernos a prueba con duros combates. Siempre van armados, así que la forma de combatir con este perfil de adversarios ofrece una forma muy distinta de enfrentarnos a lo que ofrece el programa.

Dentro de esta gran categoría están también los jefes finales, que abundan y que los hay tanto para ejercer de cierre de capítulo como haciendo las veces de misiones de carácter secundario con suculentas ventajas que ofrecer. Los primeros son innegociables para hacer avanzar la trama, y los segundos aparecen situados en el útil mapa in-game con encargos que, una vez más, recibimos a través del teléfono. Todos, en cambio, tienen en común el hecho de que son pruebas más o menos duras, infinitamente más sencillas que en la primera entrega, y que sencillamente requieren de echar un vistazo al "modus operandi" del adversario en cuestión para actuar en consecuencia. No están resueltas con mucho ingenio y más allá del llamativo aspecto de los propios adversarios no ofrecen nada memorable.

Apocalypse Edition

Sin ser un portento visual, Dead Rising 3 ya lucía bastante bien en Xbox One, a pesar de lo limitado de su resolución en pantalla y de lo inestable de la tasa de imágenes por segundo. Dos aspectos que en esta adaptación al PC se han visto corregidos parcialmente, dotando al juego de una mayor espectacularidad. En este punto, conviene destacar que el juego se ha optimizado para funcionar a 30 fps, pero Capcom permite saltarse esta limitación. ¿Las consecuencias? Las caídas de imágenes por segundo pueden notarse más de la cuenta, ya que incluso a 30 imágenes por segundo esta edición especial también sufre de ralentizaciones en momentos puntuales de la acción.

La optimización de la Apocalypse Edition no es, por tanto, la mejor imaginable, aunque tampoco es catastrófica. El juego puede funcionar correctamente en una amplia variedad de equipos gracias a las diversas opciones de configuración gráfica que incluye el programa y, en líneas generales, la experiencia jugable es bastante buena. Lo malo es que al menos con la versión previa a la que hemos tenido acceso, el juego se bloqueaba en más ocasiones de las deseadas. Igualmente, también nos hemos topado con alguna que otra textura de bajísima calidad que contrasta con lo espectacular que resulta Dead Rising 3 cuando cientos de zombis bloquean tu paso.

Dado el gran tamaño del mapa, los vehículos son más necesarios que nunca. Pilotarlos es sencillo, pero cuidado con los zombies... ¡Se agarran como lapas!
Dado el gran tamaño del mapa, los vehículos son más necesarios que nunca. Pilotarlos es sencillo, pero cuidado con los zombies... ¡Se agarran como lapas!

En este sentido, habría estado genial que se hubiera aumentado el número de estas criaturas con su salto al PC, aunque los que presenta actualmente son más que suficientes para hacernos disfrutar de lo lindo mientras los masacramos. Los efectos de luces son buenos, las explosiones y demás también cumplen con nota, y la calidad de los desmembramientos de los enemigos resulta encomiable. También las secuencias cinemáticas rayan a un gran nivel, con especial mención para los rostros y animaciones faciales de los personajes. Sin olvidar tampoco que el juego está en español, tanto voces como texto.

Esta edición especial también trae consigo los cuatro packs de contenidos descargables publicados meses atrás en el original de Xbox One, con nuevas armas, personajes a controlar y vehículos por conducir, si bien es verdad de momento no está disponible el hilarante Super Ultra Dead Rising 3 Arcade Remix Hyper Edition DX Plus Alpha, que sigue siendo exclusivo de la consola de Microsoft. Una lástima, la verdad, teniendo en cuenta sus atractivas novedades.

Para terminar, hablando del multijugador, hay posibilidad por fortuna de personalizar la experiencia. Así unirse a la sesión de otros es posible, pero también lo es el ser el anfitrión con la posibilidad de buscar definir a los distintos perfiles de usuarios que queremos albergar como los que tienen ánimo de tomárselo con calma y recolectar todos los coleccionables por un lado, los que buscan superar el modo historia a toda prisa por otro, además de los casuales y los expertos. También podemos escoger que no se nos moleste y que no se pueda dar entrada a otro aficionado en nuestra partida optando por el modo Un Jugador.

Muy Bueno

Sin sello
Locura Zombi

Dead Rising 3 Apocalypse Edition

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Dead Rising 3 dista de ser una revolución jugable, y definitivamente le falta interés en las misiones principales, pero la gran cantidad de zombis en pantalla y lo divertido que resulta acabar con todos ellos de las formas más disparatadas posibles lo convierten en una compra muy recomendable. Las señas de identidad de la serie, con un componente sandbox más acusado y con un sentido del humor que nos brindará muchos momentos absurdos, siguen ahí, por lo que en este sentido no os decepcionará. Su salto al PC también se ha resuelto con buenos resultados.

Comprar Dead Rising 3 Apocalypse Edition
  • Literalmente centenares de zombis en pantalla.
  • Tan divertido como siempre, y cargado de situaciones absurdas.
  • Abre su propuesta sandbox aún más, y está lleno de cosas por hacer.
  • Algunas misiones son sosas.
  • Funciona bien en PC, pero podría estar mejor optimizado. Hay algunas ralentizaciones.
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 15-25 horas (mínimo)
Ver requisitos del sistema
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