Análisis de Rise of the Tomb Raider. Viaje a la madurez

Análisis de Rise of the Tomb Raider. Viaje a la madurez
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El ascenso de Tomb Raider. El título no engaña. Una vez realizado el reinicio de la saga, llega el momento lógico de mejorarlo. Rise of the Tomb Raider es la madurez de Lara Croft para convertirla en el personaje que todos conocemos. Pero también es la madurez de Crystal Dynamics dentro de la saga. Os contamos cómo ha sido el salto desde la inocencia a la confianza en sí mismos.

El reinicio de Tomb Raider (2013) ha sido probablemente una de las mejores noticias que hemos recibido en la industria del videojuego… y no es exageración. Como icono que es, Lara Croft merecía volver al lugar que se merecía. Lo hizo gracias a Crystal Dynamics, con una aventura espectacular cargada de acción, aventuras y emoción, la de una arqueóloga que daba sus primeros pasos. Fue el momento perfecto para conocerla, con su inocencia, miedos y al mismo tiempo ganas de adentrarse en lo desconocido.

¿Qué hacer tras una entrega tan brillante? La respuesta es clara: superarse. La presentación de una Lara más madura y con todo bajo control coincide con la sensación que nos ha transmitido la desarrolladora californiana en esta secuela. El estudio se enfrentó no sin dudas a esta venerada franquicia, dando lo mejor de sí mismos hasta obtener una gran aventura. Ahora ya tienen el dominio, saben cómo hacer las cosas y por eso se lucen mejorando todos y cada uno de los aspectos del videojuego original.

Si antes el ritmo era genial, echa dos cucharadas más de adrenalina. Si la exploración os sorprendió porque tenía partes abiertas, ahora se multiplica esa sensación. Si los combates ya nos parecieron contundentes, la entrada de la infiltración añade una capa de profundidad. La duración, la sensación de progresión, los gráficos… Obviamente no significa lo mismo que el anterior a nivel de sorpresa, y puede que le hayan faltado nuevos ingredientes para considerarlo como un producto más innovador, pero es un "más y mejor" en toda regla. Saltamos junto a Lara para descubrirlo en profundidad.


El secreto de la inmortalidad

Buscar el secreto de la inmortalidad. Menuda misión, ¿verdad? La selección del tema es otro ejemplo de lo magnificada que queda esta entrega con respecto al anterior título. Si en el primer juego luchábamos por sobrevivir, en Rise of The Tomb Raider ya actuamos completamente como la Lara que conocíamos, esa arqueóloga aventurera que daría todo por encontrar ese sitio al que jamás ha llegado nadie. Partimos de esa base, y Crystal Dynamics lo hace obviamente con su propio estilo, uno que nos deja una narrativa más compensada, metiéndonos en la acción desde el primer momento.

La sensación de descubrimiento es uno de los aspectos más brillantes del videojuego, cómo pasamos de un entorno a otro maravillándonos por la magnífica representación gráfica.
La sensación de descubrimiento es uno de los aspectos más brillantes del videojuego, cómo pasamos de un entorno a otro maravillándonos por la magnífica representación gráfica.


El ritmo es uno de los mejores que podemos encontrar en un juego de acción y aventuras, con una fuerte presencia de la trama, aliados y villanos muy bien dibujados, así como unas interpretaciones que nos han sorprendido por su calidad y sobresaliente doblaje al español. Pero por encima de todo está la jugabilidad, convirtiéndose la narrativa en articuladora perfecta de las secciones de exploración, escalada, tiroteos, puzles y un largo etcétera.

Por tanto, la trama es simple aunque perfecta para la propuesta. Pero destacamos sobre todo la sensación de viaje, de pasar de un escenario a otro con una velocidad pasmosa (o al menos eso es lo que nos parecerá). Es magnífico. Estar de pronto en un entorno nevado para atravesar una gruta de hielo, investigar unas ruinas y posteriormente encontrarnos ante una bellísima pradera. Es la Siberia de Crystal Dynamics, una versión que es un auténtico encanto a los sentidos.

Viaje a la madurez


La Siberia de Crystal Dynamics es un auténtico encanto a los sentidos

Tomb Raider (2013) hizo un trabajo sensacional, con estampas que parecían increíbles para consolas de la pasada generación. En Rise of the Tomb Raider no hay un gran salto, pero sí el suficiente como para dejarnos maravillados, y buena parte de la culpa la tienen los detalles. La nieve volando violentamente de un lado a otro, el movimiento de la vegetación, los animales pululando. En Xbox One corre a 1080p y unos 30 "frames" totalmente estables, con un acabado absolutamente pulido y unos efectos de iluminación que ya le gustaría tener a muchos videojuegos.

La forma en que se representan escenas diurnas y nocturnas es magistral, destacando el tratamiento en grutas, ruinas y tumbas, entornos más lúgubres que sin embargo ofrecen contraluces de una factura artística envidiable. Es un juego vivo, de continuos descubrimientos, con una belleza paisajística que ya de momento nos dice: "quédate, tenemos lugares sorprendentes". Lo que venga detrás es otra historia, pero lo bueno es que también merece mucho la pena.

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Mejorandose a sí misma

Podríamos mencionar por ejemplo la exploración, potenciada con respecto a la anterior entrega. Los saltos ajustados ganan protagonismo, con secuencias de escalada que requieren precisión, pero también con secuencias de acción plataformera con el suelo yéndose abajo mientras avanzamos. De esto hay mucho, y la vertiginosidad es mayúscula. Pero donde lo nuevo de Crystal Dynamics se luce es en las zonas abiertas. Prácticamente todas las regiones del título, que no son pocas, poseen libertad para recorrerlas, ya sea para hallar tumbas secretas, cumplir misiones secundarias, cazar u obtener recursos.

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El videojuego nos pone apuntado manual por defecto, aunque es posible reducir la dificultad para hacerlo automático. En cualquier caso, la experiencia shooter es satisfactoria.
El videojuego nos pone apuntado manual por defecto, aunque es posible reducir la dificultad para hacerlo automático. En cualquier caso, la experiencia shooter es satisfactoria.


Para explicarlo bien, Rise of the Tomb Raider sigue siendo un juego de naturaleza lineal, pero con mucho margen para explorar en cada una de sus partes, que son independientes. Esto nos anima a perdernos, curiosear y, por qué no, disfrutar del entorno, que es de lo que se trata. Además, no es algo enteramente opcional, sino que necesitamos pararnos en cada zona para obtener puntos de experiencia y mejorar nuestro equipo. Sin ello, el juego se vuelve más difícil, incluso aunque nos encontremos en el modo de dificultad más asequible (hay cuatro en total).

Los modos de dificultad tienen varias particularidades: activan o desactivan el apuntado automático, mejoran la IA de los aliados, limitan la recuperación de salud… pero dejan intacto el instinto de supervivencia. Si jugasteis al anterior videojuego, sabréis perfectamente lo que es: una habilidad para resaltar los objetos clave. Munición, coleccionables, secretos… No nos parece mal, salvo cuando llegan los puzles y prácticamente se solucionan solos gracias a esta destreza. Por ello, os invitamos a usarlo lo menos posible (se puede desactivar desde opciones), en especial durante estos retos puzleros, que no son numerosos, pero cuando aparecen son una auténtica gozada.

En definitiva, tenemos ante nosotros un juego muy completo, pero una de las preguntas que nos hacíamos es si innovaría lo suficiente. No le pedimos una reinvención, eso ya lo hizo, elaborando una fórmula que nos encanta. Pero sí hacían falta más novedades para apoyar lo visto anteriormente. Lo cierto es que hay muchísimas cosas de vuelta, desde ciertos enemigos hasta el uso de técnicas, como la de usar el arco y las flechas para tender tirolinas entre postes. Solamente se podrían citar unos cuantos añadidos, y no lo haremos para que seáis vosotros mismos los que os sorprendáis.

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Ofrece una extraordinaria experiencia como videojuego de aventuras, tratando de mejorar cada uno de los aspectos de su predecesor

Lo que sí estamos obligados a contar es el avance conseguido en términos de combate. O más bien, deberíamos decir que esta vez no estamos tan obligados a combatir. La infiltración gana protagonismo hasta el punto de que ciertas zonas podemos superarlas pasando de largo de los enemigos. Hay situaciones que tienden más al enfrentamiento (siendo inevitable) y otras al sigilo (unas pocas), pero lo bueno de Rise of the Tomb Raider es que parece que nos está dando la posibilidad de decidir, de sentir una cierta libertad a la hora de abordar las distintas situaciones.

Por eso tenemos acciones como subirnos a árboles y desde allí sorprender a los enemigos mediante una ejecución aérea. Por eso podemos escondernos entre los arbustos y preparar una ejecución silenciosa. Por eso existe la opción de generar distracciones, lanzando un objeto para que vayan justo donde queremos. Si todo esto falla, ya sabéis… a tiro limpio. No es el aspecto más sobresaliente del título, pero dada su naturaleza heterogénea (que toca varios géneros) el desempeño es satisfactorio. Nos gusta que por defecto el apuntado sea manual, añadiendo dificultad a una aventura en la que moriréis, ya sea por disparos, trampas o saltos desafortunados.

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Con mucho por explorar

La IA mejora con respecto a la anterior entrega. La vida es recuperable, pero de forma lenta para añadir reto. Tenemos oportunidades de asalto, desde los barriles explosivos a partes destructibles del decorado. ¿Armas? Unas cuantas: arcos, pistolas, rifles… Y todo, absolutamente todo, se puede mejorar. La personalización se potencia, con incluso una tienda para comprar. El árbol de habilidades igualmente se multiplica en opciones, permitiendo que Lara sufra menos daño al caer de ciertas alturas, lance flechas venenosas u obtenga más experiencia al acabar con sus rivales, entre multitud de opciones.

No hay muchos puzles, pero sus apariciones se realizan en el momento justo. Otorgan variedad, y además resultan gratificantes. Eso sí, no os recomendamos abusar del instinto de supervivencia.
No hay muchos puzles, pero sus apariciones se realizan en el momento justo. Otorgan variedad, y además resultan gratificantes. Eso sí, no os recomendamos abusar del instinto de supervivencia.


La lectura de documentos, recolección de reliquias y aprendizaje de lenguas (como el ruso) a través de murales completan un conjunto que explica por qué estamos ante un juego largo teniendo en cuenta sus características: del orden de 12-15 horas en una partida normal, y más de 20 horas si intentamos ir a por todo. Por ello se incluye el viaje rápido, para volver a zonas anteriores y así terminar de encontrar todos los coleccionables, así como completar misiones secundarias.

¿Hay multijugador? No. En su lugar tenemos varios modos, como los retos de puntuación, consistentes en ganar puntos matando enemigos y cumpliendo determinados objetivos.
¿Hay multijugador? No. En su lugar tenemos varios modos, como los retos de puntuación, consistentes en ganar puntos matando enemigos y cumpliendo determinados objetivos.


Mencionar que el juego no incluye multijugador en esta ocasión. En su lugar, nos propone un modo expediciones que consiste en repetir misiones para, por ejemplo, obtener la máxima puntuación y compararla con nuestros amigos a través de una tabla de puntuaciones. También tenemos la opción de crear nuestros propios retos, escogiendo aspectos como escenario, tipos de enemigos u objetivos prefijados por la máquina. Lo vemos como un detalle, un añadido bienvenido, puesto que la aventura individual en sí ya justifica plenamente el videojuego.

En definitiva, un juego no difícil de completar, pero que sí ofrece una extraordinaria experiencia, dando igual cómo lo consideremos, como secuela o como videojuego que probamos por primera vez: es excepcional. Un viaje ya no tanto de supervivencia, pero sí de descubrimiento, que nos acerca la otra visión sobre Lara Croft que queríamos ver por parte de Crystal Dynamics: la de su madurez como arqueóloga y personaje de videojuegos. Esta chica vuelve a estar donde se merece.

Magnífico

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Viaje a la madurez

Rise of the Tomb Raider

Por: El equipo de 3DJuegos
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Rise of the Tomb Raider es viaje, acción, emoción, belleza, aventura… Todo lo que vimos en el anterior juego pero magnificado, con una Lara y una Crystal Dynamics que han alcanzado la madurez. La exploración muestra gran libertad, el ritmo contiene decibelios de intensidad y los gráficos maravillan con una sensación de aventura y descubrimiento formidable. No supone lo mismo que el videojuego anterior, es algo continuista y le faltan sorpresas, pero como secuela y juego de aventuras es espectacular: el ascenso de Tomb Raider.

Comprar Rise of the Tomb Raider
  • Una secuela formidable a todos los niveles, mejorando la experiencia
  • Ritmo espectacular, ampliando la duración con respecto al anterior
  • Libertad, tanto de exploración como a la hora de abordar combates
  • Increíble sensación de viaje: un desfile bellísimo de escenarios
  • Cuidadísimo a nivel gráfico y sonoro, con una deliciosa ambientación
  • Bastante continuista. Le faltan novedades incluso a pesar de hablar de una secuela
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 12-15 horas (mínimo)
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