No queremos lanzar las campanas al vuelo, ¿de acuerdo? Pero Pro Evolution Soccer podría empezar a ser lo que era. De hecho PES 2015 no es un videojuego sobresaliente, está lejos de serlo, sin embargo por fin sí resulta divertido... y al fin y al cabo eso es lo que importa, ¿verdad? Cálzate las botas, súbete las medias y calienta… ¡El fútbol comienza ya!
La historia de Pro Evolution Soccer en la pasada generación de consolas es la de una saga que, sin duda, no supo adecuarse a los nuevos tiempos. Podemos coincidir que algunos episodios como el de la temporada futbolística 2013-2014 estuvieron a una altura más que notable y hacían presagiar un futuro de optimismo para la franquicia, sin embargo la cosa siempre acababa cambiando de un año para otro con una Konami que no supo encontrar una hoja de ruta coherente.
¿Qué nos depara la entrega de este año? Una que, nuevamente, invita a pensar en un futuro mejor para la saga, aunque mirando al pasado tampoco nos permite ser tajantes en este sentido. La compañía nipona, tras el interesante pero al mismo tiempo fallido juego precedente, ofrece una producción que no sólo se mueve más dignamente que aquella en términos tecnológicos, sino que además da con la tecla en términos de ritmo y estilo. Un cierto retorno a las raíces para un lanzamiento con un mayor tono arcade para un estilo en el que tanto el estudio como la propia experiencia jugable parecen sentirse más cómodos.
La Senda del Triunfo
Lo prometido es deuda. O al menos eso ha debido pensar Konami. Tras unos años de travesía en el desierto han decidido que para comenzar un nuevo ciclo de consolas, en el que han entrado con un año de retraso por cierto, merece la pena hacerlo con un retorno a los orígenes. Tras coquetear con una serie de dinámicas de juego que no han terminado de funcionar, el estudio nipón ha decidido mirar hacia el pasado y tratar de ofrecer algo a los aficionados en lo que, sin duda, se sienten más cómodos. Atrás quedaron los experimentos con el tempo de los partidos y los problemas de retardo en la respuesta de entregas como PES 2014. La obra de este año es compacta, efectiva y destina todos sus esfuerzos a ser divertida y funcional. ¿Brillante? Todavía no. ¿Notable? Desde luego que sí.
¿Cómo ha logrado Pro Evolution Soccer comenzar a caminar por el camino de la victoria? Apostando por lo que sabe hacer y sin complicarse la vida. Las sensaciones son positivas esta vez con el mando en las manos, y eso es lo primero que tenemos que pedirle a un videojuego deportivo. El aroma de los viejos tiempos es innegable, y así se construye una propuesta que está fundamentada en el fútbol espectáculo, en unos partidos donde hay espacio para ser directos y buscar la portería con velocidad y premura, pero en los que también hay sitio para quienes gustan de "manosear" la pelota y construir una telaraña de pases para llegar al área rival.
Si un título de estas características no transmite con precisión milimétrica y sin retrasos de ningún tipo nuestros deseos a los futbolistas fracasa, y esfuerzos como el resto de ideas que se pusieron la temporada pasada sobre la mesa quedan reducidas a ser un discreto consuelo. En esta ocasión no hay nada que temer, el videojuego funciona adecuadamente en términos de control, y a partir de ahí sí puede construirse un esfuerzo más que notable por recuperar el pulso del pasado. Sobre los pilares de un buen control se puede edificar algo tan interesante como lo que brinda PES 2015, con un ritmo trepidante que no confunde la intensidad con las prisas. Siempre podemos, como siempre en la saga, alterar la velocidad de los encuentros manualmente desde el menú de opciones para acelerar o ralentizar todo lo que sucede sobre el verde, sin embargo si en otras ocasiones hemos realizado recomendaciones sobre modificaciones para mejorar la experiencia en esta ocasión hay poco que objetar en este sentido.
Ya juguemos solos o acompañados la inteligencia artificial tiene una importancia capital en cualquier videojuego deportivo de carácter colectivo, y como no podía ser de otro modo éste no es una excepción. Para este lanzamiento se prometía un gran avance, y las sensaciones son de una mejoría general en la naturalidad de la toma de decisiones pero también de una cierta actitud excesivamente frívola en los marcajes y la anticipación que crea unos espacios demoledores para explotar con pases en profundidad. La utilidad, e incluso en algunos episodios el abuso, de este tipo de desplazamientos de balón en la franquicia que se llevan a cabo con el botón Y o triángulo siempre ha sido de sobras conocida, sin embargo la apertura de las líneas que tan relativamente sencillo resulta desarbolar con un par de paredes facilita todavía más las cosas. No se trata únicamente del excesivo celo de algunos defensas centrales a la hora de perseguir a los puntas adelantándose en exceso y dejando huecos a sus espaldas, sino también de una cierta tendencia a la anchura en horizontal de centrales y laterales que los separa en exceso.
En todo lo ofensivo el comportamiento es muy superior, trazando con efectividad desmarques pero también permitiéndonos desde el menú de opciones hacerlo por nosotros mismos. Los porteros, por su parte, también observan palpables mejorías. No tanto por la presencia de nuevas animaciones, sino más bien por su comportamiento y su capacidad de alcanzar balones que antes eran lógicos en un guardameta de cierto nivel pero que por deficiencias en su agilidad no alcanzaban. Siguiendo con todo lo que tiene que ver con el desempeño sí que notamos un tratamiento de la fatiga mucho más duro que antaño, lo que impide que podamos convertir los partidos en una carrera constante de una a otra línea de fondo.
Locos por el Balón
El esférico siempre ha sido uno de los puntales de Pro Evolution Soccer, y es que buena parte del factor deliciosamente imprevisible del transcurso de sus partidos tenía que ver con el comportamiento de éste. En el episodio que nos ocupa las conclusiones siguen siendo las mismas porque la base se mantiene y eso es una buena noticia, desde luego. Hay cierto componente de balón bombeado en muchos de los chuts y la frecuencia con la que los disparos van a acabar en los postes o el larguero es tan excesiva que en ocasiones roza lo cómico, sin embargo en líneas generales hablamos de un más que satisfactorio comportamiento de una pelota que sigue haciéndose con un merecido rol de protagonista con todavía algunas contraprestaciones pero con mucha dignidad.
Todo lo que tiene que ver con la defensa se mantiene tras la introducción el año pasado de una nueva mecánica. Entonces se tomó esa decisión para tratar de acercar el nivel de profundidad del juego en este ámbito, hasta entonces el patito feo, al de la "Defensa Táctica" de la competencia. Poco a poco esta faceta del programa va ajustándose y afinando, pero las carencias de la IP en términos como la adopción de un motor de físicas apropiado para el año en el que vivimos provoca que los forcejeos o entradas no resulten naturales. Por otra parte también hay una línea continuista en cuanto al esquema de pases o disparos y sus posibilidades de personalización, seguimos pudiendo utilizar. La mejor noticia es lo que se gana en fluidez y ritmo de juego gracias a la ya mencionada mejoría en la respuesta, sin embargo cuando lo juntamos con la posibilidad de definir el grado de asistencia en todas estas posibilidades y manteniéndose la aparatosa retícula para definir la dirección y distancia del pase en profundidad en caso de no contar con asistencias para éste. Como siempre con la saga PES la IA a la hora de definir la dirección de los movimientos asistidos del balón, algo deficiente, nos invita a recomendar a los aficionados optar por los controles manuales. Más difíciles en primera instancia, sí, pero más gratificantes a largo plazo.
El multijugador vuelve a estar accesible a través de una actualización de algo más de un giga que, por fortuna, en este episodio sí hemos podido descargar antes del lanzamiento del producto. Se elimina así la sensación de improvisación que transmitía el juego anterior, y asimismo se mejoran también las sensaciones en cuanto a acabado de esta vertiente muy lastrada entonces por el lag y las desconexiones constantes. Visto aquel ejemplo en 3DJuegos decidimos esperar un poco para detallar esta parte y comprobar de primera mano cómo rinden los servidores, el resultado ha sido bueno salvo algún problema muy puntual y exceptuando, así mismo, que Konami sigue sin luchar contra los usuarios que siembran de lag sus partidas en las rectas finales de los encuentros para obtener empates cuando su derrota parecía clara. Alegrará también saber a los aficionados que la alternativa de los partidos a través de internet de 11 contra 11 futbolistas está disponible de salida, y que no se ha retrasado como en el juego precedente.
Las modalidades, por otro lado, siguen siendo más o menos las mismas tanto en el off-line como en la vertiente multijugador. Un amplio abanico con muy pocos cambios en sus entrañas y donde brillan con luz propia alternativas como la Liga Master con pocos cambios, y que sigue delegando demasiadas responsabilidades en fichajes y otros temas sobre los ojeadores, pero que gana enteros cuando disputamos algunos de sus partidos a través de internet. Divisiones en Línea nos mantiene pegados a la pantalla con su dinámica y atractiva propuesta de ascensos y descensos, y Ser una Leyenda hereda dinámicas relativamente similares a lo que veíamos en su momento.
MyClub, por último, es el gran reclamo del videojuego en cuanto a novedades en red. La idea es la de edificar un equipo con jugadores de un nivel muy bajo y tratar de llevarlo hasta las cotas más altas haciéndole crecer y permitiéndole atraer a las más grandes estrellas del firmamento futbolístico. La idea es que todo se gestiona de una forma diferente a lo tradicional, con créditos y agentes, y que hay una serie de limitaciones muy importantes en cuanto al control sobre las tácticas que vienen delimitadas por la ideología del técnico escogido. Es una suerte de competidor de Ultimate Team al que todavía le queda mucho por mejorar para proponer una buena puesta en escena y una cierta complejidad jugable, pero que viene a rellenar un vacío que tenía la serie hasta la fecha.
Fútbol Directo
Las licencias nunca han sido el punto fuerte de Pro Evolution Soccer, pero tras algunos vaivenes la IP va asentándose. Con reclamos tan poderosos como la presencia completa de todos los logos e infográficos de competiciones como la UEFA Champions League, la UEFA Europa League o la Copa Libertadores entre otras, hablamos de un título que se hace fuerte en los torneos. En cuanto a ligas sigue habiendo notables omisiones como la de la Barclays Premiere League británica, que sigue ofreciendo nombres de equipos, escudos y equipaciones falsos, pero también hay buenas noticias como la LIGA BBVA o la brasileña al completo aunque con muchos rostros de futbolistas todavía sin representación real. Eso sí, el número de estadios disponibles sigue siendo bajo y a pesar de que no llegan ni a la veintena, la mayoría no son reales.
A nivel visual PES 2015 es una producción de contrastes. Por un lado no hay tanta evolución puramente cosmética como esperábamos a pesar de la asunción del potente FOX Engine ya por segundo año consecutivo, y de ser el debut de la serie en consolas de nueva generación. Por otro hay cosas muy interesantes en temas de animaciones y retrato de rostros para un abanico de movimientos que continúa mejorando y que cada vez muestra una mayor naturalidad en los chuts, carreras y su encadenado. Las versiones de consolas de nueva generación presentan un aspecto fantástico precisamente en cuanto a caras, con unas texturas muy detalladas para las caras de los futbolistas más conocidos del planeta que presentan ahora no sólo una brillante ejecución de sus rasgos faciales, sino que representan con enorme realismo todas las imperfecciones de su piel. Nos va gustando cada año más el césped, y nos agrada también todo lo que tiene que ver con la introducción de los partidos en competiciones como la Copa América con un ambiente muy logrado, con bengalas, humo y un público enfervorecido.
En cuanto a lo puramente tecnológico es innegable, y una verdadera bendición, que lo primero que llama la atención es la fluidez. Lejos queda el imperdonable frame-rate del episodio del año pasado. Si en PES 2014 sufríamos de constantes caídas en la tasa de imágenes por segundo de, por ejemplo, las cinemáticas de inicio o las repeticiones de las mejores jugadas, esta vez el resultado es lo que esperamos de una producción de estas características. Tener que matizar esto puede sonar estrafalario, puesto que es lo mínimo que se le debe pedir a un videojuego, sin embargo precedentes como el anterior lanzamiento, y su amargo sabor de boca, ciertamente obligan. Se ha aprovechado la potencia de las nuevas máquinas en las versiones de Xbox One y PlayStation 4 no sólo para ofrecer 60 frames por segundo en ambas y una mayor resolución en el caso de la segunda que alcanza los 1080p, sino para que su potencial también ayude a ver con más nitidez un césped mucho mejor retratado, y un público que cuenta con nuevas animaciones y que presenta un muy buen aspecto.
Por otra parte el resto de ediciones del juego tienen sus particularidades. Para empezar la de PC llama particularmente la atención porque se lanza de forma predeterminada en ventana y a una resolución de 1280x720 píxels. Una incomodidad menor, ni siquiera puede llamarse problema, pero que nos obliga a abandonar el juego, modificar el archivo de opciones desde fuera del programa, y que nos da una idea de la escasa atención que prestan a menudo los estudios nipones a los videojuegos de compatibles. "Trastear" con esas opciones y parámetros nos obliga a salir del juego para tocarlas y volver a entrar para probarlas, algo que sería un verdadero drama si fuera un lanzamiento particularmente exigente, por fortuna no lo es y se adapta bien a una amplia gama de equipos que se muevan dentro de los requisitos mínimos y recomendados. En cuanto a las ediciones de PlayStation 3 y Xbox 360, el avance gráfico es nulo pero al menos se ha conseguido solventar las incidencias del pasado episodio en cuanto a la fluidez de las cinemáticas.
¿Qué falta? Todavía queda mucho por recorrer en el detalle y realismo de los movimientos de las equipaciones o de efectos como la lluvia, seguimos sin tener nieve, y además el juego sigue sin contar con un buen motor de colisiones y de físicas para los jugadores, lo que provoca que muchos de sus choques causen volteretas imposibles y caídas muy poco veraces.
Si hablamos del audio las conclusiones son también positivas. Se trataba de mejorar el bagaje del año pasado, algo fácil, y por supuesto se ha logrado con un mínimo esfuerzo. La espantosa selección de temas licenciados de la anterior edición deja lugar a un mucho más interesante abanico de canciones que incluye a Bombay Bicycle Club, Imagine Dragons o a Calvin Harris entre otros. En el tema de comentarios repiten los ya tradicionales Carlos Martínez y Julio Maldonado, alias Maldini, de los que se ha reciclado buena parte de sus líneas de episodios anteriores.
Lo sabemos, lo hemos dicho muchas veces en el pasado, pero esta vez parece que sí podemos mirar al futuro con cierto optimismo. PES 2015, sin ser una obra sobresaliente, sí logra alcanzar una calificación de notable alto gracias a una decidida apuesta por lo que Konami sabe hacer y por un espíritu que en los últimos tiempos se había perdido. Buenas sensaciones y también, por qué no decirlo, muchas cosas que mejorar y en las que progresar para un juego que nos va a devolver muchas horas de las horas de entretenimiento de las que algunas de las entregas anteriores nos privaron.
Comprar PES 2015- Por fin Konami da con la tecla y perfila una línea a seguir que puede dar grandes resultados en el futuro
- Divertido, directo y sin andarse por las ramas. Recupera parte del espíritu clásico
- Mucho más efectivo desde el punto de vista gráfico y tecnológico que el del año pasado
- Queda trabajo por hacer en términos de inteligencia artificial
- Todavía algo corto en cuanto a licencias
- El motor de colisiones y de físicas para los jugadores debe mejorar
