Análisis de I Am Bread. Harina, levadura y sal

Análisis de I Am Bread. Harina, levadura y sal
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Ser un trozo de pan no es precisamente el sueño de todo el mundo, pero sí el suficiente motivo para que se pueda hacer un videojuego a su alrededor tontorrón y sin complicaciones que, por desgracia, podía haber dado mucho más de sí. I Am Bread es difícil, desafiante e hilarante. Un cóctel que no ha conseguido convertirse en algo más interesante.

Atención, pregunta. ¿Qué podían firmar los creadores de Surgeon Simulator? Pues otra auténtica locura, ¿no? Bossa Studios vuelve a sorprender con su capacidad imaginativa y nos brinda con I Am Bread la odisea de una rebanada de pan a la que controlamos arrastrándose por los lugares más desconcertantes y, a menudo, también infectos. Todo con tal de llevarla a un lugar seguro recogiendo la menor cantidad de porquería posible.

Aunque parezca increíble algo tan tontorrón como manejar un trozo de pan puede deparar mucha diversión, y así lo ha visto este estudio británico especializado en llevar a los videojuegos conceptos de lo más desconcertante. Tras traernos la simulación de cirujano más absurdamente divertida de la historia de los videojuegos, se atreven a ir un paso más allá con un videojuego que atrajo mucha atención en su fase de Acceso Anticipado, algo que ya hacía presagiar que se gestaba un producto que podía atraer el interés de los jugadores.


Del Quirófano a la Cocina

El punto de partida de I Am Bread es sencillo. Un hombre sencillo cree estar desequilibrado mentalmente y acude a ayuda profesional. ¿El motivo de su supuesto delirio y lo que le lleva a terapia? Cree que una rebanada revoltosa se mueve por casa cuando él no la ve, desordenándolo todo e incluso tostándose sola. Como el propio nombre del juego indica no se trata de un videojuego aterrador en el que tratamos de averiguar la verdad que se esconde detrás de este delicioso y nutritivo alimento, se trata de ser ese trozo de pan y de convertirse en una rica y deliciosa tostada. Exacto, tan irracional como suena. Así tenemos que buscar dónde poder alcanzar algo de temperatura y dorarnos un poco, por ambas caras, y si por el camino nos impregnamos de algún tipo de aderezo delicioso mejor que mejor y más puntos y valoración obtendremos en nuestra calificación final de cada nivel.

Algunos de los escenarios son bastante gratuitos otros, en cambio, son muy imaginativos.
Algunos de los escenarios son bastante gratuitos otros, en cambio, son muy imaginativos.


Nada más comenzar y sortear sus sencillos y funcionales menús nos damos cuenta de que todo está muy estructurado para ofrecer diversión directa y sin complicaciones. Sí, el propósito principal del modo historia es el de ofrecer una sucesión de días en los que afrontar diferentes retos en distintos escenarios, sin embargo también hay un modo libre destinado a hacer todo tipo de locuras y a probar las particulares físicas del título con diferentes protagonistas que podremos ir desbloqueando… Una baguette, una rosquilla, etcétera.

Bossa Studios vuelve a sorprender con su capacidad imaginativa

Y es que nos va a hacer falta acostumbrarnos para manejar el título de Bossa Studios como es debido. Con acierto el programa recomienda en su pantalla de carga inicial hacer uso del pad para dirigir los destinos de nuestro pan, y es que el combo de teclado y ratón es de una complejidad excesiva por la necesaria distribución de un sinfín de teclas que parecen ideadas en mayor medida para un mando de consola que podemos enchufar a nuestro equipo sin problemas. Las posibilidades para moverse son sencillas, lo hacemos a través de sus cuatro esquinas: cada una de ellas adjudicada a un botón del teclado o del pad. Cuando queramos ser precisos debemos arrastrarnos puesto que con la velocidad reducida y utilizando toda la superficie de la tostada podremos desplazarnos con mucha mayor exactitud. Siempre que haya mayores distancias que superar o incluso saltos que llevar a cabo podemos utilizar la propia inercia de la rebanada para lanzarla a hacia delante utilizando sus extremos. ¿La única condición? No ensuciarse hasta el grado de no ser comestible, tratando de evitar cualquier rastro de porquería y, sobre todo, no pasando demasiado tiempo en el suelo.

Las situaciones más absurdas son la tónica dominante de I Am Bread. Si conseguimos reírnos con ellas podremos sacar algo en claro del título.
Las situaciones más absurdas son la tónica dominante de I Am Bread. Si conseguimos reírnos con ellas podremos sacar algo en claro del título.


Así de sencilla es la base sobre la que se edifica el videojuego y, precisamente, la clave de lo que intuimos será un gran éxito en muchos canales de YouTube. Es fácil de entender pero difícil de manejar y, sobre todo, la mezcla de frustración y nervios provocará muchas risas cuando el mobiliario más enrevesado se interponga en nuestro camino. Los primeros compases del título comprenden niveles como, por ejemplo, una cocina donde es sencillo ubicar que debemos alcanzar una tostadora, sin embargo poco a poco éstos se van agrandando radicalmente e incluso dar con fuentes de calor que nos ayuden a completar nuestro objetivo va siendo más y más complicado. Las mejores localizaciones de I Am Bread son, precisamente, las más escuetas, donde podemos explorar pero todo aporta una sensación algo más compacta. La atención se va disipando cuando los mapas van multiplicando su tamaño, en ocasiones gratuitamente, y se pierde buena parte de la gracia e intensidad de la propuesta por el camino.

Hay, además, algunos marcadores a los que tenemos que prestar atención. Uno de ellos nos informa del nivel apetitoso de nuestra tostada en un porcentaje, y que tenemos que tratar de mantener bien alto evitando tocar el suelo, suciedad, cristales rotos, charcos de gasolina (sic) o cualquier tipo de elemento que pueda dar al traste con él y que acabe obligándonos a repetir la partida. Otro de los valores que hay que tener en cuenta es el de nuestra capacidad de ser pegajoso, y éste sí se regenera. Si, por ejemplo, necesitamos encaramarnos a cualquier tipo de superficie hacemos uso de él y se va gastando como si de un combustible se tratara, obligándonos a programar descansos en una hipotética escalada para regenerarlo.

Harina, levadura y sal


Galaxia de Harina, Levadura y Sal

Hasta aquí lo divertido, claro. Falta por ver y desgranar los problemas que, por desgracia, no son pocos y que aguan un poco la fiesta. Más veces de las deseables vamos a perecer por motivos que no tienen que ver con nosotros, hablamos por ejemplo de físicas irreales, de momentos en los que la tostada se engancha con algún objeto y sencillamente cuesta excesivo esfuerzo sacarla de ahí. En 3DJuegos tenemos mucha manga ancha con los bugs cuando no afectan directamente a la experiencia jugable, puesto que mientras no acaben dando al traste con partidas o convirtiendo la experiencia en algo frustrante no los consideramos tan importantes. Pero lo que en el vistazo que echamos en su momento al Early Access de Steam del trabajo de Bossa Studios parecían detalles destinados a corregirse antes de su puesta a la venta, han acabado en su versión final por consolidarse como incidencias que tienen poco de divertido y que pueden interrumpir tiempos de carga o provocar toda clase de absurdos que acaben echando por tierra un nivel completo cuando estábamos cerca de la "línea de meta".

Harina, levadura y sal


Por otra parte, otra de las principales incidencias que resta un gran foco de interés al programa, es el obvio hecho de lo limitado de su propuesta. Todo el modo historia pivota alrededor del mismo concepto y, una vez descubierto en primera instancia sólo queda explotarlo para mejorar puntuaciones, descubrir partes inéditas del escenario… Mucho nos tiene que gustar I Am Bread para dedicarle muchas horas, eso sí, si nos pica el gusanillo y nos atrapa su sencilla pero divertida propuesta no vamos a querer soltarla en mucho tiempo. Aunque no es una propuesta para todo el mundo, eso está claro.

A nivel visual el videojuego es muy discreto, nada que objetar a ello... Aunque sí hubiéramos preferido que el título hubiera estado mejor acabado.
A nivel visual el videojuego es muy discreto, nada que objetar a ello... Aunque sí hubiéramos preferido que el título hubiera estado mejor acabado.


Una vez acabamos la campaña hay algunas cosas más que hacer pero su interés es relativo. Por ejemplo podemos hacer uso del modo Rampage, donde debemos destruir objetos haciendo uso de las físicas del título; del Cheese Hunt, que como su propio nombre indica nos emplaza a encontrar queso repartido por el escenario; Bager Race, también bastante descriptivo en cuanto a su sencilla puesta en escena de carreras entre panes; o el de Gravedad Cero, uno de los peores a pesar de su prometedora propuesta. Lo más interesante de esto es que estas alternativas y algunos de sus protagonistas están bloqueadas, a excepción del modo libre que sirve tan bien como entrenamiento que está a nuestra disposición sin necesidad siquiera de superar el tutorial, así que funcionan bien como incentivo para superar las diferentes áreas del programa. De este modo, por nuestra parte, el principal énfasis para seguir jugando a I Am Bread es el de reírse un rato con nuestros amigos o perfeccionar puntuaciones.

En lo audiovisual I Am Bread es un juego lógicamente limitado. Desde el punto de vista puramente estético es simpático y efectivo, pero no hay ni un solo elemento redentor que le ayude a salir de lo puramente discreto. Las texturas no están nada detalladas, la iluminación es bastante plana y ni tan siquiera elementos que deberían estar muy cuidados como los de las físicas, fundamentales teniendo en cuenta el estilo jugable del programa, acaban por dejarnos un buen sabor de boca. Lo mismo podemos decir de la parte sonora: partituras escuetas y repetitivas por su escaso número, efectos de sonido no demasiado cuidados y la totalidad de la propuesta llegando a nuestro país en inglés, tanto en textos como en voces.

Mediocre

Sin sello
Harina, levadura y sal

I Am Bread

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Recibíamos con ilusión la versión final de I Am Bread tras pasar muchas horas de risas con el Early Access de Steam, sin embargo el resultado es mucho más pobre de lo que esperábamos. A corto plazo puede resultar divertido, sorprendente y definitivamente destila imaginación por los cuatro costados, sin embargo no pasará mucho tiempo antes de que descubramos que las posibilidades son mucho más limitadas y que hay infinidad de problemas técnicos que van a entorpecer mucho nuestro disfrute.

  • Tan absurdo que es capaz de divertir… ¡Y hacernos reír!
  • Muy desafiante y con un buen sentido de la recompensa
  • Tiene problemas de tipo técnico para aburrir
  • A menudo fracasaremos por motivos ajenos a nosotros
  • Caídas brutales de frame-rate en momentos puntuales
  • Es tan limitado como parecía desde la distancia
Jugadores: 1
Idioma: Textos en inglés y voces en inglés
Duración: 6-8 horas
Ver requisitos del sistema
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