Los videojuegos se hacen más complejos, ¿pero y si volvemos a la sencillez? Bajo esta simple idea nace un título de manos de los creadores de Kirby. Puzles minimalistas con una simple caja como protagonista. Ponemos cuadrados a nuestro cerebro con BOXBOY!, un descargable para la eShop de Nintendo 3DS que nos ha sorprendido con un encanto simplificador.
Tendemos a mirar siempre hacia delante, sacar el máximo partido a las nuevas tecnologías, emocionarnos por lo que puede dar de sí un nuevo hardware… pero en ocasiones el mayor mérito lo tienen aquellos estudios que en vez de preocuparse por esos detalles, hacen retrospectiva, miran en sus adentros y se preguntan qué es en realidad un videojuego.
Cuando eso ocurre surgen títulos como BOXBOY!, un título que parte de la sencillez en todas sus definiciones, desde la gráfica y sonora hasta la conceptual y jugable. Se trata de un juego que aparece unas pocas semanas después de su anuncio y que apenas ha hecho ruido. Pero ahí está, en la eShop y a un precio más que razonable (apenas 5 euros) si consideramos el cuidado que ha aplicado HAL Laboratory en su producción.
La empresa de la bola Kirby se pasa a los cuadrados con un juego de puzles de niveles cortos pero muy adictivos y que cuentan con una curva de dificultad muy satisfactoria. Todo sin maquillajes, con el blanco y negro por bandera, diseños simples aunque efectivos, además de no poco tiempo de duración si consideramos la naturaleza descargable del producto. Es una sorpresa, una de esas obras de orientación puramente portátil, con partidas muy cortas y llevaderas, que todo poseedor de Nintendo 3DS debería considerar ya sólo por el hecho de tener la consola.
Pon cuadrado a tu cerebro
Las mecánicas de BOXBOY! son muy simples. Manejamos a un personaje con forma de caja que dispone de la habilidad de generar un número limitado de cuadrados de su mismo tamaño para superar diferentes retos. Podemos crear así un puente para superar un abismo, alcanzar un interruptor elevado, llegar hasta una plataforma lejana o simplemente usar estos cuadrados para lanzarlos y saltar sobre ellos con la finalidad de seguir adelante.
Los controles son igual de simples, pero más interesante que hablar de esto es mencionar que el juego consigue enseñarnos nuevas técnicas a medida que progresamos. Esto no es fácil, es un aspecto en el que muchos videojuegos fallan, pero HAL Laboratory demuestra otra vez su valía con una progresión lógica, amable, pero que al mismo tiempo eleva la complejidad y el desafío dentro de la propuesta.
Para hacerlo no necesita largos tutoriales. Todo ocurre de forma orgánica, sin interrupciones: estamos jugando desde el primer segundo hasta el último, y esto es algo que se agradece, más considerando que raro es el nivel que dura más de un minuto (eso por supuesto en el caso de que no nos encontremos atascados). Varios mundos y diferentes niveles dentro de cada uno estructuran un avance apoyado en la idea de obtener una especie de rombos para seguir progresando en la partida.
Un esquema popular, nada nuevo, pero que funciona, más aquí que se apoya en otro importante aspecto, relativo a la presencia de una tienda en la que podemos comprar nuevas apariencias (que convierte a nuestro cuadrado en un rapero, por ejemplo), así como melodías del juego y retos. En particular, los retos añaden una capa de profundidad al planteamiento, ya que son desafíos en los que se debemos batir una marca o simplemente llegar hasta una determinada puntuación recogiendo una serie de objetos.
Por tanto, y a pesar de que el juego se puede superar fácilmente, y de forma relajada, en una tarde, la realidad es que podremos tirarnos algo más dependiendo de nuestra habilidad y de lo lejos que queramos llegar. Para ser más precisos, en cada nivel hay una serie de coleccionables que resultan -en algunos casos- muy difíciles de obtener, algo que enriquece el planteamiento, no limitándolo a completar las fases propuestas sin más.
Es cierto que aparte de esto no hay mucho más, pero atendiendo a la simpleza general es digno de alabanza que se hayan integrado pequeños detalles que en otros lanzamientos de esta tipología sería difícil haber visto, como el acceso a Miiverse (para compartir la experiencia) o la oportunidad de enviar una demo del juego a un amigo cercano, lo cual no está nada mal.
Sobre el apartado visual… ¿qué se puede decir? Pues que defiende realmente esa sencillez plasmada en cada una de las vertientes de BOXBOY!, con gráficos que usan sólo el blanco y negro, lo estrictamente necesario para distinguir a nuestro personaje y las trampas que debe superar. Añadir más hubiera sido mera ornamentación viendo las características del juego, salvo las animaciones que se han integrado, con ese acabado "made in Nintendo" que tan bien conocemos, repleto de dedicación y simpatía.
Por todo esto nos encontramos ante un título descargable muy recomendable si te gustan las ideas frescas y originales, con esencia, que saben llegar como en este caso hasta el corazón jugable que ha hecho latir desde el principio a esta industria. Un corazón en blanco y negro, sin adornos, pero que funciona y nos da diversión portátil altamente recomendable para aquellos que tengan una Nintendo 3DS.
Si crees que a Nintendo 3DS le faltan juegos de puzles, aquí va otro… Y además está creado por HAL Laboratory, con su seña de calidad y un espíritu minimalista que se plasman prácticamente en todas las facetas del juego. Partidas cortas, variedad en el desarrollo y mucho carisma para una caja que no nos podíamos imaginar que pudiese dar tanto juego. Si tienes la portátil y quieres poner cuadrado a tu cerebro, es una muy seria adquisición a considerar.
- Diseño encantador y minimalista, tanto en el apartado visual como jugable
- Buen número de niveles y rejugabilidad que alarga la experiencia
- Ofrece una relación entre calidad y precio muy interesante
- Es relativamente sencillo llegar hasta el final del juego
- La curva de dificultad es poco pronunciada. Podría haber arriesgado más en este aspecto
