Análisis de Vampyr, una bella y personal visión del mito del vampiro

Análisis de Vampyr, una bella y personal visión del mito del vampiro
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Tras muchos años con sed de juegos de esta temática, Dontnod crea su particular visión del mito vampírico. Una aventura en el Londres de principios del siglo XX asolado por la gripe española y una enfermedad más peligrosa aún: las criaturas de la noche. En este análisis de Vampyr repasamos todas las fortalezas de esta obra tan única y personal.

Puede que Dontnod sea uno de los estudios que más ganas le echa a la hora de desarrollar ideas propias. No se conforman con seguir los patrones establecidos. La última que desarrolla Vampyr cautiva desde que es explicada en el mensaje inicial antes de jugar. No existe modo de dificultad. Esta varía según la decisión de alimentarte de los distintos personajes del juego. Cada habitante de los cuatro distritos de Londres que tenemos a nuestra disposición para explorar es una barra de experiencia con patas.

Vampyr es un juego muy inteligente. Para transmitir la voraz sed de sangre de un vampiro y la tentación de querer alimentarte, coloca al jugador en batallas en las que nos encontramos habitualmente por debajo de nuestro nivel. La experiencia que logramos combatiendo no es muy alta, por lo que si queremos estar a la altura de los desafíos que nos propone el juego, sería tan fácil como acabar con uno de sus NPCs y subir fácilmente 10 niveles. La pregunta es: ¿serás capaz de sacrificar tu humanidad (y las correspondientes misiones secundarias) por reducir la dificultad del juego?

Es una idea brillante, que desafortunadamente no ha funcionado tan bien conmigo ni lo hará con ningún jugador muy experimentado en juegos de acción. Pero es culpa mía, no del juego. He sido capaz de cumplir todas las misiones de la historia y casi todas las secundarias muriendo sólo de vez en cuando y sin morder a nadie, pues tengo cierta habilidad a los mandos y me he curtido con juegos que presentan un buen reto. También es cierto que cumplir todas las historias personales y ayudar a la población te ayudan a subir de nivel, por lo que el juego hace muchos esfuerzos para que este camino sea desafiante, pero no imposible para ningún jugador. La tentación, sin embargo, de hincarle el diente a unos deliciosos 5.000 puntos de experiencia y mejorar tus habilidades vampíricas, aunque sólo sea por el deleite de verlas en acción, no desaparece en ningún momento.

Vampyr es un juego de decisiones, pero está genial que no todas ellas sean con la típica rueda de diálogo. Que la forma en la que juegues dicte también tu partida y que la jugabilidad se amolde a todas tus acciones. Los distintos distritos contienen entre 15 y 20 personajes con los que interactuar, y como médico, debemos cuidar que su salud esté en óptimas condiciones para evitar perder el barrio. Si está sano será seguro pasear por sus calles, pero si lo perdemos los enemigos serán más fieros y numerosos.

Vampyr es un cruce entre el vampiro más monstruoso y el más romántico

También existe un pilar de la comunidad, un personaje de vital importancia cuyo destino estará en nuestras manos y tendrá un impacto brutal sobre el resto de personajes. No suele haber consecuencias buenas o malas, sino que todo se funde en esa gama de grises que tan bien le sienta a una obra donde la moral es una mecánica de juego. En mi partida he seguido el camino más "virtuoso", sin matar a nadie hasta el final de la historia, pero puedo intuir qué aspectos de la historia cambiarían si hubiera alterado mis acciones, por lo que hay cierto valor rejugable a lo largo de las 25 horas que ha durado mi partida.

Análisis de Vampyr, una bella y personal visión del mito del vampiro

La sombra del vampiro

No todo es un deleite para el paladar. Vampyr es un juego siniestro y hermoso, pero no puedo evitar cierta sensación de repetición en sus escenarios, provocado también por una paleta de color apagada y homogénea. Hay cierta variación, pues recorremos desde los barrios más pobres de los muelles, hasta las haciendas más voluptuosas del West End. Desde los icónicos adoquines de Whitechapel a las antiguas alcantarillas del inframundo londinense. Pero llegado al final, tenemos algunas escenas que denotan que el motor que ha usado Dontnod para Vampyr podría haber dado lugar a unas estampas muchísimo más variadas. Aunque la noche sea obligada en un juego de vampiros, me es difícil evitar esa sensación de que cada distrito podría haber logrado algo más de diferenciación. Personalidad no le falta, pues es fácil sumergirte en esta Londres carcomida por la enfermedad, en la diferencia de sus clases sociales que se reflejan en los destartalados hogares de los pobres y la pomposidad de los caserones de las élites.

La caótica y enferma Londres de la época no puede evitar sin embargo dejarnos algunos momentos de gran belleza.
La caótica y enferma Londres de la época no puede evitar sin embargo dejarnos algunos momentos de gran belleza.


La historia es muy importante en un juego de estas características, y la visión de Dontnod para Vampyr es un cruce entre el vampiro más monstruoso y el más romántico. Prácticamente he podido captar homenajes e inspiración de cada uno de los vampiros más famosos que pueblan el bestiario. Hay cierta tradición de Bram Stoker y también del vampiro monstruoso y deshumanizado. Hay lugar también para el vampiro más romántico de Entrevista con el Vampiro que se alimenta de ratas para aferrarse a su humanidad. Quizá las mayores inspiraciones vengan del juego de rol Vampiro la Mascarada, con sus distintas variantes de chupasangres y la llamada Bestia que ocurre cuando te dejas llevar por la sed de sangre. Vampiros que se ocultan en una especie de Camarilla y otros condenados a vivir en el subsuelo para ocultar su monstruosidad. Aquí los llaman Ekon y Skal.

En algunos momentos deberemos decidir la respuesta. Habrá consecuencias más importantes que otras, entroncando directamente con las preservación de nuestra humanidad.
En algunos momentos deberemos decidir la respuesta. Habrá consecuencias más importantes que otras, entroncando directamente con las preservación de nuestra humanidad.


Como veis en este análisis, son muchos elementos los que hacen de Vampyr un título muy personal, de lo más artesanal que vamos a poder disfrutar este año. A veces, todo va como la seda y en otras ocasiones el juego llega a perder cierto ritmo. Es un título al que le cuesta horrores arrancar, que invierte mucho tiempo en desarrollar el Londres más mundano y que no te cautiva del todo hasta entrada la segunda mitad de juego, en la que las cuestiones vampíricas empiezan a aflorar con fuerza. Son horas de muchas conversaciones, a veces forzadas, en las que nuestro médico y vampiro neófito Jonathan Reid parece pecar un poco incluso de metomentodo para recoger posteriormente lo sembrado y desarrollar todas las misiones secundarias.

El combate es rápido gracias a nuestras habilidades vampíricas, pero aun disponiendo de ellas no descartamos las armas más tradicionales.
El combate es rápido gracias a nuestras habilidades vampíricas, pero aun disponiendo de ellas no descartamos las armas más tradicionales.


Hay ocasiones, incluso, en que muchas de las pistas que recogemos para abrir nuevos diálogos no tienen una verdadera finalidad jugable, relegando algunas conversaciones y personajes en meras wikipedias andantes. Cuando dichos personajes son vampiros que nos cuentan su mitología, no hay ningún problema, pero cuando son meros mortales, la conversación puede resultar menos atractiva. Eso sí, cuando funciona, y el juego nos introduce en su trasfondo más relevante, es donde realmente vemos la calidad de la pluma de los escritores del estudio, con algunas conversaciones bellamente escritas y un gusto por el detalle e investigación de la época realmente notorio.

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Sed de sangre

Así que a Vampyr hay que dejarlo respirar, como un buen vino. Hay que absorberlo poco a poco y para amenizar el esfuerzo narrativo que se ha puesto en él se ha optado por un combate que funciona mucho mejor de lo que podíamos prever en un primer momento. Por alguna extraña razón, quizá por esa Londres post-victoriana y esos rápidos esquives, me recuerda a Bloodborne más de lo que debería. El sistema de batalla no está tan pulido como el de Fromsoftware, pero creo que es efectivo en lo que se propone. Las habilidades vampíricas son efectivas aunque menos numerosas de las que nos habría gustado ver, relegando el combate en muchas ocasiones en el uso de armas convencionales y, sobre todo, un sistema de esquive completamente adictivo.

Análisis de Vampyr, una bella y personal visión del mito del vampiro


Los distritos se componen por unas 15 o 20 personas cuyo bienestar afectará a todo el barrio, provocando una mayor o menor hostilidad en sus calles.
Los distritos se componen por unas 15 o 20 personas cuyo bienestar afectará a todo el barrio, provocando una mayor o menor hostilidad en sus calles.


El sistema de looteo y mejora de equipo es relativamente sencillo. Recogeremos piezas casi por inercia con las que mejorar un set de armas que se antoja algo escaso. Apenas hemos encontrado un puñado de armas de una sola mano, de dos manos, de aturdimiento y sangrado y algunas de fuego. Los recursos que conseguimos para crear remedios nos permitirán curar a los personajes para mantener saneados los distritos y habrá que estar atentos a las nuevas fórmulas que podamos encontrar. También seremos capaces de crear inyecciones para curarnos, lograr un suplemento de sangre o mejorar nuestra energía.

Vampyr es uno de esos juegos que no ves todos los días. Ya no sólo por ser un juego de vampiros (me sigue sorprendiendo que no tengamos uno cada par de años), sino porque Dontnod ha creado con un presupuesto muy ajustado una obra atractiva, con personalidad, que no busca apelar al gran público para obtener los máximos réditos. Francamente sólo tengo fascinación por el gran trabajo que se ha hecho para lograr un videojuego que intenta abarcar tanto con los recursos de los que se disponía. Dentro de sus posibilidades, les ha faltado quizá algo de finura a la hora de bordar la historia, pues he quedado con ganas de que se centrarse más en el mito vampírico y que las historias de los distritos tuvieran más cohesión entre sí. Pero con todo, Vampyr es un juego cautivador, y cuya difícil comparación con otros videojuegos da buena cuenta de su originalidad y, por tanto, de lo necesario que es en nuestra industria.

Excelente

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Vampyr

Por: El equipo de 3DJuegos
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Vampyr es un título cautivador con una fluida mezcla de narrativa y mecánicas jugables que, aunque no siempre logra acertar, impresiona por su arrojo y dedicación. Con un sistema de combate divertido, mecánicas de rol simples, pero efectivas y un sistema de dificultad que entra en simbiosis directa con la tentación vampírica, el último trabajo de Dontnod da buena cuenta de la relevancia y las grandes ideas del estudio francés.

Comprar Vampyr
  • El sistema de dificultad es una idea espléndida
  • El tratamiento del mito del vampiro, aportando su propia visión
  • Combate divertido y desafiante
  • Las causas y consecuencias de nuestras acciones en los cuatro distritos
  • Una banda sonora espléndida y muy personal
  • Algunos pasajes y conversaciones están bellamente escritos
  • Poca variedad de enemigos, equipo y habilidades en el combate
  • El juego tarda mucho en arrancar y ponerse verdaderamente interesante
  • Algunas conversaciones son algo redundantes y algunos personajes, de poca relevancia
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 20-30 horas
Ver requisitos del sistema
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