Análisis de Seven The Days Long Gone. Maestros del sigilo

Análisis de Seven The Days Long Gone. Maestros del sigilo
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El sigilo es tu mejor arma en esta interesante aventura de rol que sorprende por su libertad de acción. Desarrollado por algunos de los creativos tras Kholat y The Witcher, nos metemos en la piel de un ladrón para desvelaros los grandes secretos de este videojuego de PC en el análisis de Seven: The Days Long Gone.

Asesinar a alguien, robar algo, obtener información o ¡lo que sea! En Seven: The Days Long Gone nos moveremos de aquí para allá cumpliendo los encargos propios de un ladrón profesional pero, y aquí radica el principal atractivo de esta aventura de rol, lo haremos con tal libertad de acción que resulta difícil no quedar impresionado con las posibilidades de juego que brinda esta obra desarrollada por algunos de los creativos que dieron vida a The Witcher o Kholat. Hasta tal punto es así que, salvando las distancias, esta obra de Fool's Theory desprende ese halo de genialidad que hizo grande al memorable Deus Ex hace ya más de 15 años. Principalmente gracias a un excelente, aunque algo irregular, diseño de niveles que invita a la experimentación; a probar cuantas locuras se nos pasen por la cabeza con tal de superar con éxito las desventuras a las que se enfrenta el héroe de este videojuego de PC.

Con estos credenciales ¡como para no emocionarse!, aunque por desgracia, el resultado final dista de ser tan satisfactorio. Hay potencial, grandes ideas, ¡momentos espectaculares!, pero también demasiados altibajos; misiones no muy inspiradas, enemigos un tanto bobalicones, opciones a las que no se les saca nada de partido y, lo peor de todo, un sistema de combate del que pocas cosas buenas se pueden decir. Cierto es que esta aventura, más cercana al mítico Commandos que a un RPG al uso, concede una importancia primordial al sigilo, es la base de su acción y como tal, me parece genial; nada hay mejor que cumplir un objetivo sin despertar las sospechas de los enemigos. El problema es que a pesar de toda la libertad con la que cuentas, y es mucha, hay veces que es inevitable pelear; toca enfrentarse a los enemigos, plantarles cara, y es entonces cuando la emoción da paso a la frustración, la diversión, cede el protagonismo a la decepción. Qué lástima. Quieres que te guste, realmente disfrutas la experiencia, pero no al nivel que consiguen los más grandes y, al final, se siente en parte como una oportunidad perdida.


¿Tu mejor arma? El sigilo

Lo decía antes. Seven: The Days Long Gone es un videojuego que sorprende por su enorme libertad de acción. Cada misión se puede completar de muchas formas distintas, y no me refiero solo a apostar por el sigilo o decantarse por la fuerza bruta, que sí, a grandes rasgos son las principales alternativas. Sin embargo es la sutileza, los pequeños matices a la hora de afrontar estos retos, los que hacen de este un título tan especial. Puedes forzar una puerta y colarte en una casa sin ser visto, o bien trepar por las paredes al estilo Assassin’s Creed y usar las ventanas para alcanzar el mismo objetivo. También puedes engañar a alguien para que te de acceso, o bien disfrazarte, conseguir las claves, y lograr exactamente el mismo desenlace sin derramar ni una gota de sangre. ¿Violencia? Cuenta con ella. No es la opción más adecuada pero ¡oye!, puedes usar trampas, o ejecutar asesinatos furtivos, o bien apostar por el combate directo y confiar en tu destreza. Suerte con esto último.

Seven apuesta por un curioso sistema de "viaje rápido": debes hackear unas instalaciones para poder valerte de los medios de transporte oficiales. ¡No siempre es fácil!
Seven apuesta por un curioso sistema de "viaje rápido": debes hackear unas instalaciones para poder valerte de los medios de transporte oficiales. ¡No siempre es fácil!


Las peleas se sienten torpes, también simples, y si hay varios enemigos de por medio... ¡mejor salir corriendo! Da igual cuantas veces lo intentes; rara vez disfrutarás de unos combates que es preferible evitar a toda costa. El problema es que no siempre puedes, lo que le complica mucho las cosas a aquellos que hayan optado por potenciar todas las vías del sigilo. ¿De qué me sirve ser un experto ladrón si luego tengo que pelear? ¿Con qué armas? ¿Con qué destrezas? Las sensaciones son pobres y, por poco, no arruinan al completo una aventura que de verdad merece la pena probar. La mención al legendario Deus Ex no era baladí. Si hablaba de este clásico del rol es precisamente por la enorme retahíla de opciones que Seven pone a nuestro alcance.

Maestros del sigilo


Disfrutas la experiencia, pero no al nivel que consiguen los más grandes

Diseñado como un gran mundo abierto por el que moverse libremente, hay tantos caminos a seguir, tantas posibilidades de juego, que cuesta no emocionarse con la acción de Seven. La verticalidad de sus escenarios, los pequeños escondrijos por los que colarse y sortear, sin pagar, las barreras de seguridad que dividen la isla de Peh; incluso la opción de potenciar ciertas destrezas como el hackeo, o el uso de ganzúas, para afinar nuestras dotes como ladrón os harán apreciar el rol táctico de esta producción a la que, sin embargo, le ha faltado refinar todas estas opciones para alcanzar un mejor resultado. El diseño de escenarios, por ejemplo, si bien por momentos resulta sorprendente, también peca de ser algo caótico en otros momentos. Especialmente por lo difícil que resulta determinar dónde te encuentras. ¿Puedo escalar ese edificio? Seguramente sí, pero tal vez no, porque puedes estar bajo un techado y no darte cuenta debido a la vista isométrica por la que se ha apostado. ¡Que no está mal per se!, aunque no está del todo bien resuelto.

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Cuantos más chips de habilidad obtengas más opciones tendrás a la hora de personalizar a tu personaje.
Cuantos más chips de habilidad obtengas más opciones tendrás a la hora de personalizar a tu personaje.


El control del héroe, llamado Teriel, tampoco es el más fino del mundo. Cuesta sortear algunos obstáculos, a veces se quedará atrapado entre ciertos elementos del entorno y, una vez más, por la perspectiva, hay ocasiones en las que cuesta determinar si podemos o no alcanzar un saliente pegando un salto. Las bases jugables son bastantes, la sensación de correr, saltar obstáculos y trepar paredes es impresionante, pero no termina de funcionar del todo bien. A destacar la apuesta por la exploración. Seven es más un juego tipo Commandos que un RPG, lo decía antes, y esto se nota en el sistema de progresión de habilidades. No mejoras tus estadísticas de combate cumpliendo misiones y eliminando enemigos; lo haces encontrando unos chips de habilidad que potenciarán ciertos atributos del personaje. También con el equipamiento; dependiendo de tus ropajes te moverás con mayor agilidad, o serás más ruidoso, o resistirás mejor los golpes. Y lo mismo para las armas, aunque lamentablemente no hay muchas opciones entre las que elegir.

Al final esta es una obra con muchos claroscuros. La disfrutas enormemente... hasta que algo falla y se te tuerce el gesto. Están genial sus opciones tácticas, incluso que cuentes con una especie de visión detectivesca para detectar zonas secretas y trampas, pero la pobre inteligencia artificial de los enemigos, que suelen moverse de forma errática, dificulta en muchos casos que puedas trazar con calma tus planes. Las misiones, que están bien, pecan a veces de ser repetitivas y faltas de originalidad. Y lo mismo podría decirse del argumento. Me encanta la estética y el trasfondo argumental que da forma a este universo que combina magia y tecnología, criaturas ancestrales y demonios, pero la historia que narra y el cómo lo hace no es especialmente buena ni termina de atrapar con la fuerza de otros RPG. Hay momentos interesantes, con garra, pero en general este no es el punto fuerte de Seven.

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Me encanta la estética y el trasfondo argumental que da forma a este universo

Visualmente hablando nos encontramos ante un título atractivo que presenta un buen diseño de escenarios y personajes. También su banda sonora, compuesta por el músico a cargo de la serie The Witcher, consigue meterte de lleno en la acción de un universo que desearás explorar aún a pesar de sus errores. Los hay, cada vez menos gracias a las actualizaciones que sus responsables ya han publicado, pero los hay y, en algunos casos, pueden arruinar la experiencia de juego dejándote sin acceso a ciertas zonas, bloqueando la partida en mitad de una cinemática, etc. Aun así, insisto, los autores de Seven han publicado varios parches que están poniendo solución a estos problemas, así que esta no debería ser una excusa para perderse este RPG tan centrado en la infiltración. Hay pocos juegos como él.

Bueno

Sin sello
Maestros del sigilo

Seven: The Days Long Gone

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Seven: The Long Days Gone es un RPG atípico que sorprende por su gran libertad de acción y su apuesta por el sigilo e infiltración. Todas y cada una de sus misiones se pueden completar de muchas formas distintas, ¡y es genial!, aunque el videojuego no termina de explotar todo su potencial. Con un pobre sistema de combate y algunas mecánica de juego algo simplonas, esta aventura de rol se queda lejos de los más grandes del género aunque consigue que quieras explorar a fondo su atractivo universo de magia y tecnología.

Comprar Seven: The Days Long Gone
  • La libertad de acción; poder completar las misiones como te plazca
  • Su apuesta por el sigilo hace de él un RPG muy especial
  • Una puesta en escena atractiva. El diseño de niveles está muy bien
  • Un sistema de combate pobre, simple, falto de opciones
  • Puedes fabricar objetos pero el sistema de artesanía no es especialmente bueno
  • La historia principal es poco atractiva; no termina de enganchar
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 15-25 horas (mínimo)
Ver requisitos del sistema
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