Análisis de Yakuza 6 The Song of Life. Una despedida, un nuevo comienzo

Análisis de Yakuza 6 The Song of Life. Una despedida, un nuevo comienzo
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Tras más de un año de diferencia respecto a su lanzamiento en Japón, ya hemos podido disfrutar de la última entrega de esta prolífica saga, y en el análisis de Yakuza 6: Song of Life os contamos los puntos fuertes y débiles de la, posiblemente, última entrega de las aventuras de Kazuma Kiryu.

Yakuza nunca lo ha tenido fácil en Occidente. Menos aún con la llegada tardía de algunas entregas, pero sobre todo, por seguir el hilo de una historia que se viene contando desde finales de la generación PlayStation, plataforma que vio nacer la serie. Por suerte, el lanzamiento de Yakuza 0, el remake del primer juego con Yakuza Kiwami y el futuro Yakuza Kiwami 2 están logrando que muchos nuevos jugadores se aproximen a esta entrega desde una nueva perspectiva.

Lamentablemente, estos factores no juegan del todo a favor de Yakuza 6, la posiblemente última aventura de Kazuma Kiryu cuyo objetivo es, por un lado, cerrar el arco narrativo del personaje y, por otro, estrenar un motor gráfico con el que su alcance en cuanto a posibilidades queda quizá algo reducido. Pese a los resúmenes de cada uno de los juegos, aquellos que no hayan pasado por los Yakuzas intermedios pueden sentirse reacios a adentrarse en esta sexta parte, mientras que los que probasen las últimas entregas remasterizadas en PS4, pueden llegar a encontrar en Song of Life algún que otro paso hacia atrás. Aun así, no se puede decir que Yakuza 6 no lo intente, pues a estos resúmenes dentro del videojuego de todos los anteriores Yakuza se suma una web en la que consultar toda la información acerca de la línea de tiempo del juego, sus personajes y los sucesos acontecidos hasta el momento.

Pero vayamos por partes, porque Yakuza siempre ha sido una franquicia difícil de definir. Su principal baza es el nuevo motor Dragon Engine, muy bien recibida pues logra que tanto las ciudades como los personajes brillen mejor que nunca. Pasear por Karumocho tanto de día como de noche es como estar jugando a un remake del remake. El nivel de detalle es amplísimo y se siente mucho más orgánico que en cualquiera de las otras entregas, con todos los accesos de la ciudad orquestados sin carga alguna.

Una despedida, un nuevo comienzo


El avance técnico se disfruta también en los personajes. Aunque la saga Yakuza ya era reconocida por sus personajes realistas (esos poros de la piel) Yakuza 6: The Song of Life vuelve a subir el listón, recreándose aún más en el detalle, como el pelo y la ropa de sus protagonistas. Mención especial para algunas estrellas invitadas en esta edición, como el reconocido director Takeshi Kitano o el famoso actor japonés Tatsuya Fijuwara (Death Note, Battle Royale). Comparado con Yakuza 0 o Kiwami en la edición que nos llegó, quizá no parezca un cambio tan grande en algunas ocasiones, pero en líneas generales la recreación del barrio rojo de Tokyo y la nueva ciudad de Onomichi en la prefectura de Hiroshima son un deleite visual.

Gameplay


Un paso adelante y otro hacia atrás

El problema viene cuando este motor gráfico y el corto tiempo de desarrollo han limitado mucho las ambiciones de una saga que siempre se ha caracterizado por aportar cada vez más en cada una de sus entregas. Se nota a poco que nos adentramos en los primeros capítulos del juego, con partes de Karumocho que antes estaban disponibles y ahora aparecen cortadas tras una barrera que impide el paso. En líneas generales, encontramos menos opciones de personalización y exploración en cada una de las dos ciudades disponibles.

Una despedida, un nuevo comienzo


 El combate deja algunos de los momentos más brutales que la serie ha ofrecido hasta la fecha.
El combate deja algunos de los momentos más brutales que la serie ha ofrecido hasta la fecha.


También afecta a las abundantes peleas. Si en los últimos juegos el combate había evolucionado a una atractiva mezcla de estilos que nos permitía cambiar la estrategia de los enfrentamientos e incluso elegir entre un buen puñado de protagonistas, aquí nos volvemos a centrar exclusivamente en Kiryu y su estilo clásico sin muchas variantes. El sistema de mejora de habilidades es de los más perfilados de la franquicia, eso sí, pudiendo elegir con certeza qué habilidades y disciplinas (salud, ataque, defensa, esquive, especial) mejorar primero. Sin embargo, se siente bastante repetitivo, más aún cuando algunos de los combos principales y básicos suelen ser los más efectivos. Aunque algunos combates nos intenten poner en situaciones peliagudas, como por ejemplo enfrentarnos a muchos enemigos a la vez, a menudo tenemos a nuestra disposición una buena bicicleta para atacar en área y despejar rápido la zona, perdiendo el buen equilibrio de los estilos de lucha de antaño.

La saga Yakuza ya era reconocida por sus personajes realistas (esos poros de la piel) Yakuza 6 vuelve a subir el listón

Es como si el tiempo dedicado a crear y recrear más en detalle estas dos ciudades de Yakuza 6 hubieran consumido casi todo el desarrollo, relegando a las demás áreas a un segundo plano y pareciendo un paso atrás con respecto a otras entregas. Aun así, el combate sigue siendo igual de brutal o más que siempre y eso se nota en cada una de las nuevas y brutales animaciones que acompaña a los golpes de Kazuma. En especial cuando alcanzamos el modo Extreme Heat al rellenar la barra especial, propinando una buena ensalada de golpes que impactan más que nunca cuando utilizamos el escenario a nuestro favor. Se puede apreciar las nuevas ideas del equipo, a la hora de poder huir de los combates para que el jugador elija cuándo luchar y cuándo no, así como las
peleas en interiores, que de seguro veremos más y mejor en futuras entregas.

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El legado de Yakuza

La historia repite los mismos patrones de los últimos juegos. Es decir, mientras se disfruta y nos adentra en el peligroso mundo de las mafias japonesas, se antoja cada vez más personal, pero también menos relevante que las primeras entregas. Es lógico, en parte, pues Kazuma cada vez pertenece menos a este mundo de los Yakuza. Tampoco es que importa demasiado, pues es en las misiones secundarias donde el juego ha brillado últimamente con algunas pequeñas historias hermosamente escritas, otras completamente excéntricas y en todo caso siempre divertidas, llenas de homenajes, easter eggs y situaciones completamente alocadas.

Una despedida, un nuevo comienzo


De la principal, baste decir que sigue donde lo dejó los sucesos de Yakuza 5, con Kazuma recuperándose en el hospital y teniendo que cumplir una pena de tres años en la cárcel tras los eventos del juego. Tiempo suficiente para acercarnos al Tokyo más actual en pleno año 2016, que permite al equipo de Nagoshi exponer sus a menudo críticos y culturales retratos de su tierra natal y que descubriremos junto a un Kazuma que, de nuevo, parece un personaje recién salido de una máquina del tiempo hacia el futuro.

Las calles de las dos ciudades, Tokyo e Hiroshima, están más vivas que nunca. El Dragon Engine saca aquí lo mejor de sí.
Las calles de las dos ciudades, Tokyo e Hiroshima, están más vivas que nunca. El Dragon Engine saca aquí lo mejor de sí.


Para ser el final de la serie, lo cierto es que no son pocos los jugadores que no han terminado de quedar satisfechos con la historia principal que se nos cuenta. Es lógico, en parte, pues es el cierre de la trama de Kazuma Kiryu y se siente quizá algo más personal sin terminar de dar tanto protagonismo a otros personajes igual de queridos como Goro Majima, por ejemplo, entre otros. Harán su aparición, por supuesto, pero no acaparan el protagonismo de otras entregas y nos habría encantado un homenaje más sentido.

Las misiones secundarias, como decíamos, son cada vez más la verdadera esencia de un Yakuza, aunque en esta ocasión las encontramos más escasas. Y más que eso, difíciles de encontrar. Mientras que en otras entregas parecía que la gente se nos echaba prácticamente encima para contarnos sus problemas, aquí puede que no encontremos muchas si no prestamos atención. Por fortuna, se juntan con otras nuevas que nos mandarán directamente a nuestro móvil (a través de una aplicación llamada Troublr) para aumentar las horas de juego.


Ocio en cada esquina

No podían faltar los minijuegos, que aquí son más abundantes que nunca. Encontramos viejos amigos como el bateo, el Go o los grandes minijuegos del Club SEGA, divididos en clásicos donde jugar a Outrun, Fantasy Zone, Space Harrier, Hang-On u otros modernos como Puyo Puyo y todo un Virtua Fighter 5 Final Shodown integrado dentro del juego. Estos dos últimos aprovechando el multijugador local del juego. Sencillamente maravilloso.

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Los minijuegos no son un simple extra en Yakuza. Es algo que hay que vivir para entender la serie.
Los minijuegos no son un simple extra en Yakuza. Es algo que hay que vivir para entender la serie.


No son los únicos, el karaoke no podía faltar a la cita y algunos videoclips protagonizados por el propio Kiryu son tan llamativos que están a medio camino entre la vergüenza ajena y la brillantez. Se han añadido juegos más intrincados, como todo un gestor de baseball y las guerras entre clanes. Con este último, se nota que Sega quería añadir un estilo más moderno, pues en ocasiones recuerda a una versión arcaica de un Clash Royale donde lanzar unidades que atacan solas en base al "maná" que disponemos, con cartas de diferente coste y, sobre todo, opciones de pago. Lo cierto es que la fórmula, aunque resulta curiosa, no termina de enganchar y se acerca peligrosamente al terreno del pay to win en los combates más avanzados.

Es difícil hacer cuenta de todos ellos. Salas de recreo para gatos, los clásicos lugares de compañía con chicas, pero hay que remarcar las Live Chat Rooms, aunque sólo sea por lo estrafalarias que resultan. Atención, porque son más sorprendentes de lo que suenan. A través de un sencillo minijuego de pulsar una secuencia de botones en el orden correcto, iremos chateando en una sala con una chica que se nos muestra en forma de vídeo real, mientras poco a poco se va desnudando. Si creíais que el equipo de Nagoshi no se podía superar tras las Cat Fights os aseguramos que esto lo hace. Y con creces, rozando lo erótico y protagonizado incluso por actrices porno del panorama actual japonés. Lo cierto es que el contenido es fuerte. En ocasiones, se siente correcto, porque Yakuza 6 es capaz de justificarlo mediante pequeñas historias que retratan lo solitaria y hedonista que puede llegar a estar una sociedad si se centra exclusivamente en el entretenimiento y en la búsqueda del placer, sacrificando lo real por lo virtual. En otras, sin embargo, parece recrearse en ello sin mayor necesidad de justificación alguna.

Una despedida, un nuevo comienzo


Da como nunca la oportunidad de regodearse en los detalles de la sociedad japonesa

Yakuza 6: The Song of Life es un juego de contrastes. Esperábamos un paso adelante por tratarse de la entrega dedicada en exclusiva a la presente generación, pero se nota que el todopoderoso Dragon Engine ha consumido demasiado tiempo del desarrollo dejando una entrega más conservadora de lo que se podía esperar, moderándose en el combate, la exploración y la abundancia de contenido. Sigue siendo increíblemente divertida, y de compra obligada para cualquier aficionado a la serie. Únicamente, no esperes una revolución. Song of Life es más un cierre en un envoltorio precioso que da como nunca la oportunidad de regodearse en los detalles de la sociedad japonesa (hay una fenomenal cámara en primera persona para favorecer la inmersión). Un avance de lo que podría ser la serie actualizada y libre de ataduras, incluso de todo su elenco de queridos personajes. Un paso firme, pero contenido.

Muy Bueno

Sin sello
Una despedida, un nuevo comienzo

Yakuza 6: The Song of Life

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Yakuza 6: Song of Life supone un antes y un después en esta saga tan querida por sus fans. El motor gráfico Dragon Engine es sin duda un cambio a agradecer, que nos deja una recreación de sus dos zonas abiertas sin igual. Pero este cambio visual no viene exento de sacrificios, que se dejan ver en los demás aspectos del juego, tanto o más importantes: el combate, la exploración y el contenido secundario.

Comprar Yakuza 6: The Song of Life
  • La recreación de Karumocho y Onomichi es magnífica
  • La variedad de minijuegos sigue siendo de primer nivel
  • Las misiones secundarias sacan lo mejor de la serie Yakuza
  • El combate se ha simplificado con respecto a entregas anteriores
  • La historia principal, sin ser la peor de la serie ni mucho menos, no logra estar a la altura de lo que supone un cierre
Jugadores: 1
Idioma: Textos en inglés y voces en japonés
Duración: 25-30 horas (mínimo)
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