No hay duda acerca de posicionar a la franquicia Dynasty Warriors como uno de los puntales más emblemáticos del género de los hack'n slash. Bien, pues en esta entrega los guerreros han querido descansar para optar por una fórmula más estratégica. Análisis Dynasty Warriors: Godseekers.
A pesar de que considero al género de los hack'n slash de estilo oriental como un tipo de juego bastante incomprendido en territorio occidental, afortunadamente sí que existe un grupo de usuarios muy selecto que disfrutamos con dichas obras. Y, de todas ellas, puede que la que más repercusión y apoyo posee sea Dynasty Warriors, la franquicia de Tecmo Koei que tantas ediciones producidas por Omega Force nos han hecho disfrutar a lo largo de los últimos años… o incluso décadas.
Precisamente esta saga regresa a PS4 y PS Vita (la edición para PS3 en principio se queda en Japón) en formato digital únicamente, con una entrega bastante atractiva pero que no tiene mucho que ver con lo que suelen ofrecernos estos guerreros orientales.
No es la primera vez que sucede. A pesar de su claro enfoque hack´n slash, la serie Dynasty Warriors se ha desmarcado de su tradición habitual en alguna que otra ocasión, siendo la subsaga Dynasty Tactics el ejemplo más característico de esto que os cuento.
Precisamente esto es lo que ha ocurrido con Dynasty Warriors: Godseekers, un juego que se aparta completamente de la oferta de batallas sin descanso que suelen acompañar a cada título de esta clásica franquicia, para ceder protagonismo a la estrategia con un juego denso y sesudo a más no poder. Un cambio de aires que, como suele pasar en estos casos, seguramente gustará a un grupo de usuarios y no tanto a los seguidores más acérrimos de la saga, pero que al menos bajo mi criterio ha dado como resultado un juego bastante extenso, complejo y hasta absorbente si se le coge el aire y se le dedica el tiempo suficiente.
Batallas tácticas
Así las cosas, ¿en qué consiste entonces exactamente esta nueva obra de Omega Force? Pues se trata de una odisea táctica en la que, a lo largo de multitud de niveles hilados entre sí por bastantes secuencias de vídeo, tenemos que conseguir alcanzar la victoria en cada contienda. Y para conseguirlo es necesario cumplir con los requisitos de victoria que se nos marcan al comienzo de cada batalla y, si así lo deseamos, también es posible materializar ciertos objetivos secundarios que nos aportan interesantes recompensas.
Cada escenario se divide en las ya habituales cuadrículas, las cuales nos permiten ir deambulando por los escenarios. Zhao Yun y Lei Bin comandan a diferentes generales y unidades de apoyo que debemos ir colocando y orquestando como creamos oportuno. La gestión de dichas unidades es la clave para obtener victorias, unidades que pueden ser de varias clases diferentes (ataque, defensa, velocidad, etc.), las cuales les dotan de ciertas ventajas e inconvenientes.
Dichas contiendas tienen lugar por turnos y en cada uno de ellos debemos ir decidiendo lo que creamos oportuno. La Energía es la clave, ya que es la que nos permite efectuar cada una de las acciones, existiendo una amplia cantidad de ellas. Atacar es una de las principales y siempre es necesario tener en cuenta varias facetas. Para empezar, los ataques frontales son poco recomendables dado que infligen menos daño que los que tienen lugar por los laterales y, menos, aún, por la espalda. Eso por una parte.
Un multijugador le hubiera sentado de maravilla
También, siempre es necesario tener presente que es posible causar daño a varios grupos de enemigos con una misma acometida, siempre y cuando la onda expansiva y el alcance del ataque nos lo permitan. Y para finalizar, es muy importante calcular bien cada uno de los diferentes ataques que es posible efectuar en cada uno de nuestros turnos, pudiendo conocer de antemano las consecuencias de los mismos gracias a la información que se nos facilita en cada caso. En resumen, que se trata de un título sesudo y táctico que, además, presenta ciertas características jugables únicas que le dotan todavía de mayor gancho.
Por un lado, los personajes principales pueden efectuar unos movimientos especiales denominados Musou (qué apropiado, ¿verdad?), ofensivas que pueden causar estragos a multitud de rivales simultáneamente. Pero la gran baza del sistema de combate se llama Synchro Mode. Siempre que el medidor se encuentre repleto (se rellena atacando a los rivales y recibiendo daño) podemos desencadenar dicha sincronización entre los distintos miembros de nuestro grupo para obtener muchas ventajas. Sí, porque cuando lo activamos es posible repetir turno así como desencadenar el descomunal Synchro Attack, una ofensiva espectacular y visualmente muy atractiva que es capaz de dejar muy tocadas a las tropas rivales… siempre y cuando la usemos como es debido.
Un sistema de juego que, como podéis ver, está muy bien llevado y nos ofrece bastantes horas de diversión. Y para aumentar todavía más sus posibilidades, a esto se suma la posibilidad de ir mejorando a nuestros personajes tanto a través de nuevo equipo como, también, del clásico sistema basado en la acumulación de experiencia.
A pesar de todo, el juego también posee un par de defectos importantes que le restan algo de empuje. Para empezar, el hecho de tener que asistir al movimiento de las tropas enemigas termina siendo un poco pesado, y eso que es posible acelerar el proceso pulsando un botón. Por otra parte, el título termina cayendo un tanto en la redundancia debido a la poca diversidad de objetivos a cumplir, si bien la posibilidad de poder realizar tareas secundarias se agradece en este sentido. Y también hemos echado de menos un modo multijugador, que en este tipo de juegos siempre es bienvenido. ¿Algo más? Pues sí: todo el juego está en japonés con subtítulos únicamente en inglés y, dado lo denso de su desarrollo, aquellos que no se defiendan con dicho idioma tendrán ciertos problemas a la hora de aprender los conceptos básicos.
Para terminar, la ambientación de la Era de los Tres Reinos china típica de esta saga se ha mantenido intacta en esta ocasión, si bien no es el juego que muestra la estética más cuidada dentro de su género. Cumple sin más. Y algo similar sucede con el sonido, dado que su doblaje en japonés es bastante bueno pero la banda sonora pasa algo desapercibida.
Las clásicas batallas hack´n slash del mundo Dynasty Warriors han dejado paso a una propuesta claramente distinta. Dynasty Warriors Godseekers se convierte en un juego de estrategia por turnos bastante bueno y recomendable, que ofrece un sistema de juego muy complejo y una extensión considerable para su modo de juego principal. Sin embargo no es el título más original ni tampoco el más llamativo de todos visualmente hablando, lo que le impide auparse en el olimpo de este tipo de producciones.
- El sistema de juego puede llegar a enganchar
- El Synch Mode añade mucho interés a cada batalla
- Muchas posibilidades de juego, incluyendo Side Quests
- Las misiones se repiten más de lo que nos hubiera gustado
- Técnicamente es meramente decente, poco más
- No tiene modo multijugador
