Gina y Brian regresan por la puerta grande con la tercera entrega de la serie de aventuras gráficas Runaway. Un broche de oro para cualquier fan aventurero.
Nuestras expectativas eran altas pero el equipo español Pendulo Studios ha logrado satisfacernos con creces. Y es que la tercera entrega de su exitosa serie de aventuras gráficas Runaway que dio inicio hace casi una década, ha sabido solventar los aspectos más negativos de El Sueño de la Tortuga apostando por una historia más adulta e inmersiva, unos puzles más trabajados que se mantienen principalmente dentro de la lógica –que ha sido siempre uno de los aspectos más criticados de la serie- y, cómo no, con unos diálogos y personajes memorables que nos harán disfrutar como nunca resolviendo los misterios que aguardan tras la supuesta muerte del peculiar héroe de esta saga: Brian Basco.
¡Que vivan los clásicos!
Ya avanzábamos hace unas semanas que Runaway: A Twist of Fate se mantenía fiel a los principios de las aventuras clásicas de la década de los noventa. Así, volvemos a estar ante un título basado en el sistema de control “point & click” en el que más que acción, lo que vamos a encontrar son largas sesiones de concienzuda exploración de los escenarios por los que nos moveremos, interminables e hilarantes diálogos con decenas de personajes -a cada cual más estrambótico- y, por supuesto, un amplio inventario de objetos que deberemos combinar y usar para resolver los puzles con los que nos toparemos.
Para empezar hay que destacar que los rompecabezas han sido diseñados con gran acierto, tanto por su originalidad como por la lógica solución que presentan –por mucho que nos cueste dar con ella-. Sí es cierto que seguiremos encontrándonos con algún que otro puzle que superaremos más por el clásico “ensayo y error” que por dar con la solución meditándola, pero éstos son los menos en comparación con el resto. Por tanto, ya tenemos aquí un gran avance con respecto a lo vivido en el anterior capítulo de la serie.
Los desafíos se mantienen fieles a los cánones del género y, al respecto, pocas novedades nos vamos a encontrar. Pero también aquí vamos a descubrir interesantes detalles como los puzles basados en los diálogos. Éstos, como ya podéis intuir, se basan en cadenas de mensajes que deberemos ir lanzando de forma ordenada para que determinados personajes, por ejemplo, actúen como deseemos permitiéndonos así lograr nuestros objetivos.
Tampoco podemos olvidarnos de la posibilidad de controlar a más personajes al margen del protagonista absoluto de la serie, Brian Basco, teniendo por ejemplo la oportunidad de dirigir y mantener a salvo de forma directa a la despampanante Gina Timmins. Nadie debe esperar encontrar diferencias entre estos personajes, puesto que la mecánica de juego se mantiene invariable, pero sí nos gustaría destacar la variedad de situaciones que esta opción ofrece y la frescura que gana la historia con esta decisión.
Fragmentada en seis episodios, la historia de A Twist of Fate nos ha parecido muy interesante tanto a nivel argumental como, sobre todo, en lo narrativo. No en vano, y teniendo en cuenta que la historia da inicio dando un gran salto temporal con respecto a lo acontecido en El Sueño de la Tortuga –final al que no se le da explicación inmediata-, el ver cómo las distintas líneas de investigación iniciadas por los protagonistas se van cruzando de tal modo que nosotros vamos construyendo poco a poco los espacios vacíos en la historia, nos ha encantado. Precisamente porque esa necesidad de querer saber más, de jugar un rato más para ver si averiguamos por qué Brian ha sido acusado de asesinato o quién diablos son los villanos que persiguen a Gina, es la que hace grande al juego.
No nos ha gustado tanto que se hayan caído del reparto varios personajes que en las dos entregas anteriores de la serie tenían un gran protagonismo, como Sushi, Saturno y Rutger por ejemplo; si bien es cierto que las nuevas incorporaciones están a la altura. Y aunque antes indicábamos que la historia es más madura y oscura que lo visto hasta la fecha, esto no significa que no vayamos a toparnos con personajes rocambolescos que nos harán soltar más de una carcajada por sus pintas y su peculiar forma de ser.
En este sentido, los diálogos, que se presentan como ya es tradicional en las aventuras gráficas mediante una serie de preguntas y respuestas prefabricadas, vuelven a ser uno de los principales atractivos del juego. Sí, vale, hay momentos que pueden hacerse algo cansinos, pero por norma disfrutaremos como nunca parloteando con todo ser viviente que se cruce en nuestro camino. Y ya advertimos que nos vamos a encontrar de todo –los internos de la institución mental donde se encuentra Brian nos parecen absolutamente increíbles-.
Un rediseño acertado
La serie Runaway se ha caracterizado, para bien o para mal, por presentar puzles realmente complicados a nivel de coherencia –de verdad que a día de hoy nos preguntamos cómo en Pendulo Studios han podido parir rompecabezas como los de esta saga-, y por basarse en muchísimas ocasiones, en el llamado “caza píxeles”. Con esto nos referimos al hecho de ocultar en el escenario con una precisión pasmosa objetos de vital importancia para el desarrollo de la aventura pero de minúsculas proporciones en lo que se refiere a su tamaño. Esta secuela deja a un lado ambos tipos de situaciones, en parte por incluir una opción que nos marcará automáticamente todos los puntos de interés de cada escenario.
El inventario también se ha visto rediseñado, ofreciéndonos ahora una visión 3D de todos los objetos presentes. No tiene ningún efecto a nivel jugable, pero es un detalle que nos ha gustado. El resto de elementos de la interfaz de usuario se mantienen igual de claros e intuitivos que siempre.
A nivel gráfico, y aunque a primera vista pueda no parecerlo, el juego ha mejorado bastante. Los escenarios son más variados y detallados que nunca, destacando su magnífico diseño artístico. Asimismo, los personajes presentan las mismas virtudes, aunque sus animaciones pecan de ser algo robóticas en ocasiones. No podemos olvidarnos tampoco de ese “toque” de película de acción y suspense con el que cuenta el juego, y que queda patente en todas las secuencias cinemáticas presentes.
En lo que se refiere al apartado sonoro, Digital Bros. y Pendulo Studios han realizado un magnífico trabajo en la edición al castellano del juego. Por un lado, destaca el fantástico doblaje a nuestro idioma, pero también las melodías resultan muchísimo más acertadas que las presentadas en El Sueño de la Tortuga.
Péndulo Studios cierra su trilogía con Runaway 3, una aventura que vuelve a dejarnos divertidos diálogos, fantásticos personajes y muchas horas de puzles, enigmas y diversión. Tal vez un par de horas más de juego –aunque es más largo que El Sueño de la Tortuga- y que los puzles fueran más difíciles le habrían sentado genial, pero pocas pegas más pueden ponerse a esta gran aventura gráfica que, por 19,99 €, es francamente recomendable.
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