Rapture y Columbia. Dos nombres que significan mucho, muchísimo para los que defienden los videojuegos como arte. Bioshock The Collection nos trae dos de las obras maestras de Ken Levine, además de un Bioshock 2 que contribuye a redondear un pack cargado de contenidos. En este análisis vamos a contarte si merece la pena o no que te hagas con la remasterización de tres de los grandes juegos de la pasada generación.
Siempre lo decimos, pero no por ello hay que dejar de matizarlo antes de comenzar: Es muy difícil valorar una remasterización. ¿Hay que centrarse únicamente en la factura técnica? ¿Cuánta importancia debe tener en la calificación final la calidad original del producto? Bioshock The Collection no se libra de presentar dudas, puesto que por un lado nos maravilla con tres juegos como la copa de un pino (dos de ellos entre los mejores títulos de la generación pasada), sin embargo por otro nos deja algo fríos con algunas decisiones tan cuestionables como la de la renuncia de la segunda entrega al multijugador… Algo que ya vimos también en el trabajo de recuperación de la serie Uncharted, y que parece una triste medida que comienza a popularizarse en este tipo de obras.
¿Por lo demás? Hay algunos otros reproches que hacerle a esta remasterización que, sin embargo, exhibe un enorme cariño desde el punto de vista técnico. Es maravilloso volver a Rapture y Columbia, y hacerlo a 1080p de resolución y 60 frames por segundo será toda una experiencia para quienes lo disfrutaron en su momento en consola y que, por fortuna, se actualizarán también de forma gratuita en la versión de PC en el caso del primero y el segundo para sus poseedores (el tercero no tiene tales mejoras y es idéntico a la edición de compatibles de entonces). La fluidez y el nivel de detalle es algo que sienta bien a los shooters, y más cuando tienen el mimo, la belleza y el buen gusto que destilan dos de los mejores trabajos de la generación pasada en general, y de Ken Levine en particular.
Del Mar a las Nubes
La narrativa es impecable y atrapa y engancha desde el primer momento
Hay muchos motivos por los que la experiencia de volver a jugar a cualquiera de los tres Bioshock sigue siendo muy actual a pesar de haber transcurrido casi diez años desde el estreno de la primera de sus propuestas. Las claves residen tanto en una narrativa impecable que atrapa y engancha desde el primer momento, impagable el prólogo y la entrada al faro de la obra original, como en un diseño de escenarios como en pocos shooters hemos visto desde hace años. Pero todo ello no valdría de mucho si no viniera acompañado de una jugabilidad excelente, y en ese sentido el juego ofrecía una acción sencilla de entender pero con infinidad de posibilidades. Sí, un botón para armas y otro para poderes (los plásmidos), pero con infinidad de combinaciones que llevar a cabo con un entorno que brindaba enormes posibilidades. Descarga eléctrica con agua igual a calambrazo, arrojar fuego sobre balsa de aceite igual a incendio… Montones de formas para mezclar la acción que ya resultaron revolucionarias en su momento, pero que contra todo pronóstico a pesar del tiempo transcurrido no han sido demasiado exploradas por otras propuestas de acción en primera persona. Al final del análisis puedes encontrar enlaces para leer lo que escribíamos en su momento de los tres videojuegos al detalle, pero de una forma más sintética te vamos a contar qué puedes esperar de esta remasterización, pasando más por alto la calidad individual de cada uno de esos productos por separado.
Bioshock
Con el primer Bioshock tenemos la joya de la corona. No sólo es el mejor videojuego de los tres, sino que también es el que más cariño exhibe en su traslación al año 2016. La representación del shooter con esa gloriosa resolución y esa estupenda fluidez viene acompañada además de algunos retoques aquí y allá, que nos dejan un aspecto realmente rotundo. Obviamente no puede competir en todos los apartados con un shooter desarrollado en los tiempos que corren, pero el trabajo llevado a cabo en todo lo que tiene que ver con lo visual es digno de admirar. Hay algunas cosas que matizar también, claro, si bien es el más fluido y el más nítido de los tres productos que contiene el embalaje, también es cierto que esa resolución extra provoca que a algunas sombras y a determinados elementos del escenario “se les vean las costuras”. Nada grosero, pero sí mejorable. Algo peor son algunos bugs de esta versión, en la mayoría de casos heredados del propio juego original. Nada demasiado importante, pero molesto en definitiva. Por otro lado es de la tripleta el juego que contiene extras más golosos, con un espectacular aunque escueto museo en el que podemos pasearnos entre modelados de descartes e imágenes de diseño del videojuego, y también con algunas secciones comentadas por Ken Levine y Shawn Robertson (responsable de animaciones) que se implementan a modo de desbloqueables que podremos encontrar y que, aunque estén con las voces en inglés, ofrecen información muy interesante. ¿El último añadido? Contiene también las salas de desafío que aparecieron para él, y que se limitan principalmente a pruebas relacionadas con desafíos de acción.
Bioshock 2
Si somos escrupulosamente cronológicos, una vez terminado el Bioshock de 2007 pasaremos al Bioshock 2 de 2010 que ya no estaba firmado por Levine pero que contó con el estupendo equipo de 2K Marin cargando a sus espaldas con el peso de su desarrollo. ¿El resultado? Un juego que no pasaría a los anales de la historia, pero que ofrecía un sobresaliente entretenimiento de acción que se hacía fuerte en las virtudes del primero para explorarlas con un importante giro de planteamiento. Lamentablemente esta es la oferta del pack que más queda en entredicho, no sólo porque es un producto menor en comparación con los otros, sino también porque uno de sus atractivos era el extraordinario multijugador y por algún motivo ha quedado fuera del embalaje. La mejora visual si lo comparamos con el que se estrenó en su momento es también menor, y el conjunto estético no diremos que sufre pero no nos va a dejar tan gratamente sorprendidos como en el anterior y hemos detectado alguna que otra ralentización puntual y apenas perceptible, pero presente en definitiva. Los DLC son testimoniales al renunciar a la parte on-line, y son apenas un par de series de desafíos sin mayor interés.
Bioshock Infinite
El pack lo cierra un Bioshock Infinite que no diremos que está a la altura del original, pero que también es una propuesta de acción fascinante. Lanzado en 2013, uno de sus grandes atractivos era la presencia de una jovencita a nuestro lado que se prometía una auténtica revolución. Finalmente su compañía no puso la acción patas arriba tal y como se prometió, pero nos dejó un excelente sabor de boca que se vio algo lastrado tanto en PlayStation 3 como en Xbox 360 por un potencial visual al que no eran capaces de llegar ambas máquinas y que hicieron sufrir algo la fluidez de éste. Aquí los cambios son muy obvios con respecto a aquellas ediciones para consola, no obstante son inexistentes si en su momento lo disfrutamos con un PC potente que nos permitiera moverlo a resolución HD y con una fluidez de 60 frames por segundo. La ausencia de extras, al igual que con Bioshock 2, es una verdadera lástima viendo lo bien que funcionan en el primero y la cantidad de información que aportan sobre su fascinante desarrollo, sin embargo el título sí nos alegra ofreciendo los dos grandes DLC que salieron para él. Hablamos, claro, del inolvidable binomio del Panteón Marino, que ofrecía una realidad alternativa igualmente fascinante a la de la estupenda Columbia.
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Llama la atención el mimo desaforado de este pack por la primera entrega de Bioshock y, en cambio, el cierto pasotismo que deja ver por las otras dos. No sólo por la ausencia de extras en éstas, sino incluso por la ausencia del más que notable multijugador de la segunda. Aún así este Bioshock The Collection con sus 1080p y 60 frames por segundo es del todo imprescindible para quienes no disfrutaron en su momento de las joyas de Ken Levine, aunque es de una recomendación algo más matizable para los que ya los probaron.
Comprar Bioshock: The Collection- Es un paquete de juegos poco menos que inmejorable. Tres shooters clásicos
- Técnicamente, especialmente en el caso del primero, el trabajo de remasterización es muy bueno
- El primer Bioshock con sus comentarios y su museo de descartes ofrece muchas curiosidades
- La ausencia del más que notable multijugador de Bioshock 2
- La calidad de los extras va descendiendo juego a juego
