Análisis de Sonic Mania. De fans para fans

Análisis de Sonic Mania. De fans para fans
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Tenían que ser los fans los que devolvieran su esplendor al erizo azul. Lo hacen persiguiendo el sentir general, ese que nos dice que para Sonic hubo un tiempo mejor. Los años 90 regresan en un videojuego "remix" de experiencias pasadas, recogidas por desarrolladores independientes y amparadas por Sega. El resultado estaba asegurado: no decepciona.

La esencia de Sonic… ¿dónde está? Para muchos, se encuentra en los títulos 2D de los años noventa. Esa sensación de ir a toda velocidad, sorteando obstáculos, haciendo loopings y usando trampolines para experimentar situaciones con un "flow" jugable increíble. De fondo, el temor de que podías encontrarte con cualquier obstáculo y perder tus anillos, estableciendo la paradoja de la incertidumbre, a medio camino entre el riesgo y la prudencia.

Sonic Mania es todo eso. Es la recuperación de las raíces del erizo, llevada a cabo por las personas que actualmente más comprenden la situación de la licencia: los fans. Uno de ellos es Christian Whitehead (The Taxman), desarrollador australiano independiente que empezó su carrera con Retro Sonic, un fan game dado a conocer en 2007 y que llamó la atención de la mismísima Sega. No por los típicos asuntos de copyright, sino porque veía pasión y talento en aquel joven. Whitehead trabajaría en varios "ports" de Sonic basados en un motor propio.

Es necesario entender esta historia para comprender lo que significa el título de "Mania". Según la RAE: "afición exagerada por alguien o algo". Cambiemos "exagerada" por "incondicional" y nos sale el espíritu de este proyecto. Es el trabajo de unas diez personas encantadas con un personaje que marcó época y cuyos veloces pasos quieren ser homenajeados en un videojuego que -en tan solo 200 megas- recoge la esencia de los primeros Sonic (1, 2, 3, Knuckles y CD). Era una apuesta segura, y como tal no sólo cumple, sino que mientras juegas te hace reflexionar sobre el momento en que la mágica estela azul de Sonic empezó a difuminarse.

Vídeo Análisis


Nostalgia de color azul

El mejor atributo de Sonic Mania se encuentra en su diseño de niveles, una especie de "remix" entre nuevo y viejo. Entornos clásicos como Green Hill (Sonic 1) o Chemical Plant (Sonic 2) están recogidos, pero incluso en estos casos hay pequeñas modificaciones que se unen a la introducción de nuevos jefes finales. En general, la nostalgia puede con la novedad, y eso que Flying Battery (Sonic & Knuckles) recibe una buena inyección de novedades, mientras que Studiopolis se alza como una de las nuevas y más brillantes zonas.

El videojuego está cargado de nostalgia, pero incluso en niveles conocidos podemos encontrar alguna que otra novedad.
El videojuego está cargado de nostalgia, pero incluso en niveles conocidos podemos encontrar alguna que otra novedad.


En total son 12 mundos y 24 niveles que tienen la capacidad de mantenerte pegado al mando durante mucho tiempo. La dificultad está muy en la línea de las producciones de los noventa y las fases son en algunos casos tan largas que puedes recibir un "time over" por rebasar el contador de 9:59 minutos. Puedes superar el juego en un par de horas una vez te lo has aprendido todo, pero nadie lo consigue en una primera partida. Por eso, los GAME OVER serán pantallas que verás continuamente, más a medida que llegues a zonas avanzadas.

De fans para fans


El mejor atributo de Sonic Mania se encuentra en su diseño de niveles

Se puede guardar partida, pero el avance no se graba hasta que has derrotado al jefe final de cada zona. Por eso, puede darse el caso de encontrarte en la última parte de un mundo y tener que volver al principio. Para los más puristas, se permite jugar sin guardado, rememorando esa sensación de estar en el enfrentamiento final y tener que volver a empezar en Green Hill. Mágico como el logo de Sega pixelado que aparece nada más ejecutar el juego, recordándonos que volvemos a nuestra infancia.

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El juego tiene sorpresas. Una corresponde a las fases especiales, inspiradas en Sonic CD, y que contienen el secreto para obtener las esmeraldas.
El juego tiene sorpresas. Una corresponde a las fases especiales, inspiradas en Sonic CD, y que contienen el secreto para obtener las esmeraldas.


Sonic Mania está hecho de pura nostalgia, y no lo oculta nunca. Está confeccionado con ideas recogidas de aquí y de allá. Son tantas y están tan remezcladas, que hasta para los más expertos sería difícil dilucidar qué es nuevo y qué es viejo. El encaje de ideas es laborioso y lo mejor es que da con la clave para recuperar la esencia de los Sonic en dos dimensiones. Es un juego en que aprecias las vidas que se te dan y que puedes rejugar hasta la extenuación para conseguir carreras perfectas.

Por ello, no puede decirse que estemos ante un videojuego completamente nuevo. Las físicas de Sonic y sus movimientos apenas reciben novedades… y las cosas que son inéditas (como algunos niveles) están en ocasiones inspirados en situaciones ya conocidas. El homenaje se impone sobre la voluntad de crear situaciones nunca vistas, y eso nos impide afirmar con contundencia que Sonic Mania se haya convertido en una secuela por derecho propio. Lo acaba siendo por la distancia en el tiempo, porque muchas cosas apenas las recordábamos, pero no por el contenido que recibimos.

Esto no quiere decir que nos quedemos sin novedades. Si el juego tiene varios slots de guardado, es porque se puede jugar de distintas maneras. Podemos hacerlo solo con Sonic, pero también con Tails o con Knuckles. Escoger a uno u otro determina la jugabilidad. Tails puede volar por el escenario, mientras que Knuckles es más lento, pero tiene la habilidad de agarrarse a las paredes y escalarlas. Esto abre un sinfín de maneras de explorar los niveles, e incluso los mismos reciben pequeñas alteraciones dependiendo de con quién juguemos.

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Da con la clave para recuperar la esencia de los Sonic en dos dimensiones

El videojuego añade un modo crono ("time attack") con tablas de clasificaciones online, algo que nos hará ver tiempos de absoluta locura. También hay opción de juego para dos usuarios en la misma consola, tanto en cooperativo como en competitivo. En coop uno maneja a Sonic y otro a Tails. Aunque la opción se agradece, no termina de funcionar del todo bien, más que nada porque Tails está perdido fuera de pantalla la mitad del tiempo. El competitivo se basa en recorrer niveles a pantalla partida, luchando por hacer el mejor tiempo, pero también por recoger el mayor número de items y de anillos.

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¿Rejugabilidad? Muchísima. Además de la aventura, tenemos varias modalidades, incluida una competición cara a cara (a pantalla partida) para 2 jugadores.
¿Rejugabilidad? Muchísima. Además de la aventura, tenemos varias modalidades, incluida una competición cara a cara (a pantalla partida) para 2 jugadores.


Las opciones fuera de la aventura principal no son escasas, como la oportunidad de desbloquear varios extras que os dejamos que descubráis. Un detalle es que se permite establecer filtros en pantalla, como si estuviésemos jugando con nuestro antiguo televisor de tubo. No hay nada dejado al azar. Todo se ve y se escucha como hace 25 años. Para no desentonar con la tónica principal de Sonic Mania, las composiciones musicales son también un remix. Se conservan bastantes composiciones de Masato Nakamura, y las que son nuevas (realizadas por Tee Lopes) se basan en ritmos conocidos. Lo dicho: nostalgia al 200%.

Una buena definición es que supone una fantástica anacronía visual, sonora y jugable. Después de todo, es lo que se pretendía, y demuestra a todas luces que era lo que mejor podía funcionar. Tras tantos experimentos, queda claro que la esencia 2D de Sonic es potente y veloz, incluso hoy en día. Por eso, en cierto sentido lo que recibimos puede ser considerado como más que un videojuego. Es el recuerdo de un legado, uno del que Takashi Iizuka y su equipo en Sega (el Sonic Team) deberán tomar buena nota. Puede que el futuro de la franquicia dependa de ello.

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Excelente

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Sonic Mania

Por: El equipo de 3DJuegos
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Sonic Mania cumple con creces su objetivo de recuperar la esencia 2D del erizo azul de Sega. Lo hace con el lema "de fans para fans", confiando en desarrolladores independientes para traer al presente un legado diluido con el paso del tiempo. El resultado es magnífico, un título con variedad y cantidad de niveles que se conjugan en un producto de calidad, el cual hace honor a un personaje recientemente maltratado. Tal vez se podría haber equilibrado mejor el balance entre nostalgia y novedad, pero como videojuego destinado a los fans de Sonic goza de un extraordinario valor. Imprescindible para los que vivieron aquellos maravillosos años.

  • Acertada recuperación de la esencia y valores 2D de Sonic
  • Buena cantidad de mundos y niveles
  • Producto muy cuidado, con opciones accesorias (competitivo, crono y extras)
  • Pura nostalgia jugable y audiovisual: es como volver 25 años atrás
  • Pocas situaciones realmente novedosas
  • Algunos altibajos en la calidad de diseño de los mundos
  • El cooperativo se agradece, pero no está bien resuelto
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español
Duración: 2-3 horas (mínimo) + multijugador
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