Sonic necesitaba un cambio de zapatillas, y BioWare le ha dado unas a medida, pero para que protagonice su propio RPG. Como Mario en su día, el puercoespín también se apunta a la exploración, a las batallas por turnos y a unas buenas dosis de conversación que tienen en la doble pantalla una cita que es, posiblemente, la mejor preparada de los últimos años.
El carismático erizo azul de SEGA puede seguir presumiendo de una supersónica velocidad aunque lleve ya diecisiete años en el sector. Hay mucha historia detrás de él pero, sobre todo, muchos fieles seguidores que esperan siempre con impaciencia sus nuevas aventuras. El caso de Sonic Chronicles no era una excepción, y mucho menos teniendo en cuenta la compañía que ha desarrollado finalmente este proyecto RPG.
Desde que SEGA dejara de manufacturar consolas, el veloz puercoespín ha ido perdiendo la velocidad que le hizo grande en los 16 bits, contando tan sólo con algunos recientes éxitos (Sonic Rush Adventure o Sonic y Los Anillos Secretos) que, sin embargo, no han llegado ni a proyectar la sombra de lo que este personaje llegó a ser en su día.
Nos queda la esperanza de que el inminente Sonic Unleashed (para la “next-gen”) sea un gran videojuego de plataformas. Mientras tanto, deberemos de conformarnos con lo no poco que SEGA, en esta ocasión, nos ofrece en asociación BioWare, famosa compañía estadounidense que ha sido la responsable de trasladar el mundo del popular plataformas en un videojuego de rol con todas las señas de identidad de los que fueron los creadores de joyas como Baldur’s Gate, Neverwinter Nights o Mass Effect.
Como decíamos, no eran pocos los impacientes que esperaban el título, y es que los usuarios sabían que BioWare era incapaz de hacer algo mal. Sabios son los que hayan pensado así, ya que pocas desarrolladoras podrían haber hecho que Sonic Chronicles fuera un estreno en el género RPG tan sumamente bueno para el erizo azul.
Estilo BioWare. Esencia Sonic
No obstante, el hecho de que BioWare se haya encargado del desarrollo del producto no ha querido decir que fuera a desmarcarse de la esencia de la mítica serie Sonic. De hecho, es fácil observar que se ha conservado la caracterización de personajes, los propios modelos (es la primera vez que SEGA cede los diseños originales a una tercera compañía), algunos escenarios míticos como Green Hill Zone e incluso una temática que vuelve a diferenciar claramente dos polos: el del bien y el del mal.
Además, la historia es muy simple, tal vez para ponernos directamente manos a la obra y así descubrir lo que le ha pasado tanto a Knuckles como a las dichosas esmeraldas del Chaos, las cuales parecen estar en manos de una nueva amenaza que puede que no tenga nada que ver con el Dr. Eggman. Por tanto, BioWare no es que haya sacado todo su arsenal guionista en esta ocasión, pero hemos de reconocer que ha sabido aprovechar el material de la saga para combinarlo con sentido y dar lugar así a suficientes enigmas como para mantener la atención del público de Nintendo DS en una aventura RPG repleta de mecánicas de exploración, de batalla y de, como dictan las normas de la casa estadounidense, bastante conversación.
Al final, todo en Sonic Chronicles podríamos decir que se articula en torno al concepto de “interactividad”, ya que las tres facetas citadas, apoyadas por un uso frecuente y provechoso del stylus, van un poco más allá de lo que estamos acostumbrados a ver en un RPG tradicional.
El erizo azul ya tiene su propio RPG
En la exploración, existe la posibilidad de recorrer el mundo arrastrando el stylus e interactuando con diferentes elementos del escenario a través de iconos; en las batallas, tenemos la oportunidad de seleccionar opciones con el lápiz, además de participar en ataques especiales tocando la pantalla según se nos indique (a un estilo Elite Beat Agents); y en la conversación somos capaces de llevar el diálogo por diferentes caminos, obteniendo de esta manera información adicional.
Evidentemente, no van a faltar los elementos típicos de un RPG, como los niveles de experiencia, los atributos de los personajes, variados ítems e incluso habilidades especiales que estarán en relación con cada uno de los once personajes disponibles (Sonic, Tails, Amy, Rouge, Knuckles o Shadow, entre otros) en la aventura.
Como resulta lógico, no todos ellos nos acompañarán desde el principio, de tal manera que los iremos encontrando a lo largo de los varios capítulos y zonas (unos veinte emplazamientos diferentes) que componen el lineal progreso de este videojuego. En total, podremos llevar hasta cuatro personajes de manera simultánea, algo que también hemos de decir que se ha aprovechado para proponernos algunos interesantes puzles en los que es importante la cooperación de todos los miembros del grupo.
Así, el resultado jugable se nos presenta como bastante satisfactorio, además de longevo. No se hace necesario subir de nivel a nuestros protagonistas de manera frecuente, sino que Sonic Chronicles es un título que se deja jugar, mucho más si tenemos en cuenta que, además de guardar partida en cualquier momento, podemos evitar algunas batallas si es que logramos esquivar a los rivales que pululan por el colorido mundo bidimensional que soporta la “dual screen”.
Un cambio de zapatillas muy acertado
El puercoespín y todos sus compañeros, así como los enemigos, gozan de un diseño en 3D realmente detallado y preciso. Esto se ha conseguido, en parte, gracias a la liberación poligonal que posibilita el haber diseñado los escenarios y demás objetos según un estilo visual 2D que ha cogido los “artworks” originales para plasmarlos tal cual sobre el particular papel digital que supone la doble pantalla de Nintendo DS.
En pocas palabras, una solución inteligente que hace apología de la artesanía gráfica bidimensional, poniendo sobre las pantallas de nuestra portátil un ejercicio artístico sobresaliente que, como ocurre con el apartado sonoro (con algunas melodías que los fans de Sonic reconocerán), intenta mantener la esencia de la franquicia.
BioWare tenía la intención de crear un RPG por el que fuera recordado el erizo azul. Es cierto que ha llegado un poco tarde con respecto a la primera aventura rolera de su amigo Mario (Super Mario RPG, 1996), pero no cabe ninguna duda de que los estadounidenses no sólo han logrado su objetivo, sino que también han dado con uno de los mejores videojuegos de Sonic de los últimos años.
Podría haber mejorado su posición si hubiera dedicado más tiempo al modo multijugador (limitado a intercambiar las hasta 40 criaturas “chao” que encontremos en la aventura) y si hubiera pulido algunos aspectos que pueden llevar a la monotonía, pero la verdad es que no podemos quejarnos demasiado. Sonic, poco a poco, va recuperando la velocidad de siempre, aunque sea pidiendo prestadas unas zapatillas a BioWare.
Sonic explora por fin el mundo de los RPG gracias a la experiencia de BioWare en un videojuego que maquilla la esencia del universo del erizo azul con algunas de las claves más características de la compañía estadounidense. El resultado es, tal vez, uno de los mejores videojuegos del puercoespín de los últimos años, resultando una compra obligada para los fans y un juego de rol muy a tener en cuenta por el resto de usuarios de Nintendo DS.
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