La famosa serie creada por Natsume basada en la vida agrícola, Harvest Moon, regresa a PS4 y Nintendo Switch tras su paso por PC para demostrar que realizar las tareas propias de la vida en el campo pueden resultar bastante entretenidas. Análisis de Harvest Moon: La Luz de la Esperanza.
Aunque lleva más de 20 años con vida, la serie Harvest Moon (rebautizada como Story of Seasons) nunca ha conseguido calar muy hondo fuera de tierras niponas. Sin embargo sí que es cierto que con el paso del tiempo y de las sucesivas entregas, las cuales han aparecido para la práctica totalidad de formatos, la saga de Natsume ha conseguido ir enganchando a nuevos jugadores. Y no me extraña dado que su propuesta resulta bastante entretenida y, sobre todo, muy distinta del 99% de los títulos que llegan al mercado, y eso siempre se agradece.
Esta nueva entrega que aparece para PS4 y Nintendo Switch (y que lleva un tiempo estando disponible en formato PC) y que ha sido titulada Harvest Moon: La Luz de la Esperanza (Light of Hope) mantiene intactas las bases clásicas de la franquicia, quizá en demasía bajo mi criterio, siendo una aventura que nos propone ponernos manos a la obra y llevar las riendas de una granja. Una tarea bastante más dura, diversa y entretenida de lo que muchos pueden pensar a priori.
La historia que está detrás de Harvest Moon: Light of Hope es realmente simple. Como granjeros (podemos decidir el nombre y el sexo del protagonista antes de comenzar), nos hacemos cargo de una granja en ruinas para tratar de devolverla el lustre que mostraba antaño. Y no sólo eso, dado que también es necesario restaurar un faro y, en última instancia, rehabilitar la salud perdida de un pequeño pueblo llamado Beacon Town. Nada que no hayamos experimentado antes en decenas de juegos de granjas.
El salvador granjero
Para tal fin lo suyo es comenzar por nuestra granja, siendo necesario hacerse cargo de una cantidad de tareas muy amplia que va creciendo a medida que avanzamos. De entrada, una de nuestras funciones principales es la de trabajar las tierras. Y no sólo las que quedan delimitadas dentro de nuestro terreno, sino de otras zonas a las que podemos acceder como bosques o valles.
Eliminar la maleza y preparar la tierra, sembrar, usar fertilizantes, regar con la frecuencia necesaria y demás labores propias de esta actividad nos llevarán bastante tiempo. Pero merece la pena invertirlo, dado que si lo hacemos bien nos permitirá mercadear e interactuar con otros personajes, diálogos que desgraciadamente tienen lugar en inglés.
Por otra parte, el cuidado de todo tipo de animales de granja (gallinas, vacas, etc.) también requiere de toda nuestra atención. Alimentarles convenientemente, cuidar de su higiene, mimarlos y tareas similares nos permitirán obtener leche, huevos frescos y otros recursos bastante preciados que, nuevamente, es posible vender para obtener beneficios.
La minería también ha sido bien representada, una función que evidentemente se sale de las responsabilidades habituales de un granjero estándar pero que en este caso proporciona más variedad a la fórmula de juego básica. Y a todo esto se suman otras tareas adicionales como la pesca (minijuego casi inevitable en cualquier tipo de aventura) o la restauración de edificios que, en su conjunto, terminan de aportar más profundidad a la aventura. Por poder, incluso es posible llegar a crear especies mutadas o casarse y tener hijos, muy típico en esta franquicia.
El clima igualmente juega un papel muy importante y, de hecho, en todo momento es posible observar el día y la estación del año en la que nos encontramos, siendo necesario ajustar los parámetros oportunos (riegos, etc.) para no arruinar una cosecha entera por un descuido inoportuno.
A grandes rasgos, la jugabilidad tranquila y pausada que propone esta entrega de la saga Harvest Moon se mantiene bastante inalterable (con algún matiz) a lo dispensado en las entregas precedentes. Es cierto que los desarrolladores pretendían regresar a las raíces de la saga con esta edición, algo que creo que no han terminado de conseguir, pero tampoco me parece un problema demasiado grave.
Para terminar, la novedad más llamativa que presenta esta edición de Harvest Moon: La Luz de la Esperanza para PS4 y Nintendo Switch en relación a la versión original de PC aparecida hace ya un tiempo tiene que ver con la inclusión de un modo cooperativo a dobles. Una función que siempre se agradece y que sin duda se convierte en uno de los grandes reclamos que posee este videojuego de Natsume.
A nivel visual y sonoro el juego es muy discreto
El apartado gráfico de Harvest Moon: La Luz de la Esperanza no es que sea lo más llamativo del juego, más bien lo contrario, algo que por otra parte nunca ha sido la parte más importante de título alguno perteneciente a esta franquicia. Escenarios no especialmente amplios que han sido representados con no demasiado gusto en mi opinión, personajes de apariencia alegre pero simple a más no poder, animaciones funcionales y pantallas de menú claras y poco más son los elementos que dan forma a un apartado discreto que seguramente es lo más flojo que alberga todo el videojuego. Y si visualmente no destaca demasiado, lo mismo sucede con el sonido. Melodías más o menos alegres acaparan casi todo el protagonismo, a lo que se suman efectos de sonido correctos pero no demasiado abundantes… y poco más.
Sin estar ante la entrega más conseguida y memorable de la saga, una vez más Harvest Moon: La Luz de la Esperanza apuesta por ofrecer a los jugadores una experiencia de juego bastante alejada de lo habitual, pudiendo realizar tareas propias de la vida agrícola que nos proporcionan diversión y entretenimiento duraderos. Gestión de recursos, minijuegos, relaciones sociales y demás factores aportan su granito de arena en ofrecer una jugabilidad lo suficientemente variada, si bien puede resultar demasiado pausada para algunos usuarios.
Comprar Harvest Moon: Light of Hope- Gran cantidad de tareas que desempeñar y recursos que gestionar
- Se agradece la integración del modo cooperativo que presenta esta versión
- Muchas horas de entretenimiento aseguradas…
- … si la propuesta tan pausada y relajada que ofrece te convence
- Técnicamente es muy simple, demasiado
- Apenas innova la fórmula plasmada en las últimas entregas
