Si siempre has querido ser rey pero la sangre azul nunca ha corrido por tus venas, Cing tiene la solución. Sin preámbulos y con sigilo llega hasta nuestra redacción Little King's Story, la versión real y soberana del Pikmin de Miyamoto, pero apoyada por la magia del creador de Harvest Moon. El resultado, con este planteamiento sólo podía ser el del mejor videojuego de estrategia y simulación para Wii.
El nombre de Little King's Story podría no sonaros de mucho y, de hecho, muchos podrían desconocerlo por completo, pero desde hoy ya es uno de los mejores videojuegos para Nintendo Wii. El productor Yasuhiro Wada ha hecho honor a su popularidad como creador de las series Harvest Moon para superarse a sí mismo y dar lugar a un título que mezcla lo mejor de Pikmin y los juegos de estrategia en tiempo real más tradicionales para crear una especie de simulador de vida donde, literalmente, tú eres el rey.
Inspirado por el popular cuento de El Principito, el diseñador de Little King's Story, Yoshirou Kimura, nos propone sumergirnos en una tierna historia, la de un pequeño que salió de su casa y lo dejó todo persiguiendo a unas ratas hasta el bosque. Después de aquello no iba a volver en mucho tiempo a casa, y es que el hallazgo de una corona mágica acabaría por convertirle en un peculiar y prematuro monarca.
A pesar de su corta edad todos le aclamaron a partir de entonces, tanto humanos como animales, comenzando así un peculiar cuento de hadas donde nosotros tenemos el poder sobre un poblado que deberemos de expandir tanto demográfica como económicamente. Pero no os preocupéis, porque aquí no se trata de realizar complejas gestiones ni de agobiarnos con la cantidad de opciones disponibles. Este es un videojuego de Cing, compañía en contacto directo con Nintendo (y responsables de Hotel Dusk o Another Code), así que se puede esperar un sistema de juego pulido, exquisito y sorprendentemente adictivo.
Aquí tú eres el rey
Seguido desde una perspectiva cenital dotada de dos niveles de zoom, nuestro joven rey se mueve por el escenario con el simple uso del analógico del nunchuk. Y es que para Little King's Story se ha preferido un esquema tradicional. Nada de movimientos innecesarios del wiimote ni de un número de controles exagerado. Los desarrolladores querían algo asequible y accesible por la mayor parte de usuarios de Wii, resultando un videojuego sencillo en su aprendizaje y manejo, pero complejo en su planteamiento y posibilidades.
Tenemos todos los poderes que se puedan imaginar de un soberano. Cuando nos sentamos en el trono podemos mandar expandir el reino mediante construcciones, ver el estado de la población, guardar partida o incluso aprender los detalles del título a través de unos dosificados tutoriales, simpáticos, ideales y pensados, además, para soltar alguna carcajada. Pero cuando dejemos el trono -lo más divertido- descubriremos el vasto mundo que se nos ha preparado, dotado al principio de muchos gandules, todos ellos preparados para trabajar a nuestras órdenes una vez que les toquemos con el cetro mágico.
A estos efectos, Little King's Story pone ante nosotros una lógica de reclutamiento similar a la que Shigeru Miyamoto ideó con Pikmin. Es decir, que tenemos la capacidad de llamar a nuestros súbditos y utilizarlos en pro de nuestras intenciones; en este caso, construir un poblado cada vez más próspero, con más población y con más recursos. Y no os lo imaginéis como una obra de estrategia pura y dura, sino como una aventura donde la simulación, la táctica en tiempo real y un estilo desenfadado se ponen de acuerdo para darnos algo que quiere diferenciarse del resto aportando calidad y saber hacer.
¡Hoy toca trabajar duro!
Así pues, comenzamos la partida con una panda de holgazanes que se pasan el día contemplando el cielo. ¿Qué hacer con ellos? Pues primeramente hacerles que nos sigan (mediante una orden) para posteriormente meterlos en una de las muchas casas de oficios de las que iremos disponiendo. A los pocos segundos, saldrán convertidos en soldados, campesinos, cazadores o leñadores -entre otros- contribuyendo así al progreso de la ciudad, pero también a nuestra diversión.
Al principio, nuestro rey sólo podrá llevar hasta a cinco de sus súbditos tras sus espaldas, pero pronto ese número empezará a superar los diez para convertir las salidas a lo desconocido en la mejor de las experiencias. Precisamente, el rasgo jugable más destacado de Little King's Story reside en la posibilidad de reclutar a estos trabajadores para abrir caminos ocultos, ampliar el territorio a explorar, limpiarlo de indeseables enemigos y, por supuesto, encontrar tesoros que nos permitan expandir el reino, objetivo principal de esta innovadora aventura con aires de realeza.
Ahora bien, ¿cómo materializar todo esto con nuestro controlador? Muy sencillo, apretando el botón A mientras miramos hacia un tronco de madera que impide el paso, hacia una grieta en la tierra o hacia un enemigo dispuesto a recibir los golpes de nuestros soldados. Para entenderlo mejor, podéis considerarlo como un Pikmin pero con humanos y donde lo vital ahora no es encontrar piezas de una nave espacial para volver a casa, sino construir un auténtico reino donde todos nuestros habitantes estén contentos mientras que, por supuesto, nosotros nos lo pasamos en grande.
El reino que querría dirigir Miyamoto
El planteamiento es (a pesar de guiado y lineal) rico, profundo y altamente entretenido. La cantidad de horas de juego es elevada, el número de sorpresas a descubrir extraordinario y la factura artística simplemente es digna de un "dream team" como el que Cing ha sabido reunir en torno a Little King's Story. Desde el diseño de personajes hasta la labor de los modelados de las estructuras, todo está impregnado de colorido y ternura, gracias a un estilo alegre, divertido y que quiere anteponer la comicidad a la seriedad.
En esta labor, y hablando ya de la localización al castellano, cabe hacer mención de la excelente labor de traducción, que no se esmera sólo en cumplir, sino en ir más allá y en recoger expresiones que ya son parte de nuestra cultura, como los "fistro", "gromenaguer" o "torpedo" que puso tan de moda Chiquito de la Calzada. Incluso se hace alguna cómica apreciación sobre la situación de crisis actual en España. El resultado es un videojuego con el que es imposible no soltar alguna sonrisa, sobre todo si tenemos el volumen de nuestros altavoces activado.
Siempre es un placer contar con las manos al teclado de Yoko Shimomura (conocido compositor de Kingdom Hearts), responsable de darnos un repertorio musical que tira de clásicos como Air, de Bach, o la ópera Carmen, de Bizet. Todas las melodías son muy reconocibles aunque gocen de sus propios arreglos -idóneos por otra parte-, para contribuir a otorgar ese toque tan complaciente que se suma al de unas voces ininteligibles pero dotadas de gran humor. Así es Little King's Story, un videojuego que recoge lo mejor de Pikmin y que parece casi haber sido desarrollado por Nintendo y el mismísimo Miyamoto.
Little King's Story es uno de esos videojuegos que por su inesperada calidad duplica la sorpresa de los usuarios tras su silencioso lanzamiento al mercado. Cing pone la corona de rey a los usuarios de Wii en un título que, recogiendo lo mejor de Pikmin, nos da poder absoluto sobre un sistema de juego accesible pero a la misma vez rico y profundo. Tanto para los que conozcan la estrategia en tiempo real como para los que no, este simulador de vida con cierto aroma a Harvest Moon encantará a cualquiera que quiera sentarse en un trono y divertirse mientras que inicia la unificación del mundo. Otra obra que ningún poseedor de Wii debería de perderse.
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