Sé un héroe... ¡en un mundo dibujado sobre papel! Inteligente en el diseño de sus rompecabezas, con un apartado artístico de enorme calidad y una buena historia de fondo, en el análisis de Inked te contamos por qué no deberías perder de vista este atractivo videojuego de puzles y plataformas desarrollado por el estudio independiente Somnium Games.
Confieso que los compases iniciales de Inked me hacían presagiar lo peor. Un videojuego bonito, increíblemente bello a nivel artístico, que no pasa de ser eso, una cara bonita con poco más que ofrecer. Me equivocaba. Cuanto más avanzas en esta aventura de puzles y plataformas más disfrutas de la desafiante acción que propone el videojuego de Somnium Games. Es inteligente en el diseño de su rompecabezas pero, más importante aún, sabe cómo sorprender con retos que obligan a pensar de forma algo distinta.
La base es siempre la misma. En el papel de un héroe anónimo, un samurái en busca del amor de su vida, tendremos que valernos de un pincel mágico para dibujar figuras geométricas simples que nos ayuden a sortear los muchos obstáculos que aguardan en el camino. Al principio nos bastará con dibujar bloques para pulsar interruptores, construir puentes improvisados o rampas con las que alcanzar zonas elevadas pero, poco a poco, las cosas se complicarán hasta el punto de tener que escapar de trampas mortales, crear caminos de la nada con el tiempo en nuestra contra, o descubrir enrevesadas secuencias de comandos observando atentamente los hermosos escenarios en los que tiene lugar esta aventura. Aviso, puede que me vuelva excesivamente pesado hablando de lo bonito que resulta este videojuego ¡pero no lo puedo evitar!
Dibujado a mano, con lápices de colores o un simple bolígrafo, Inked es uno de esos juegos que entra por los ojos. Cautiva con la belleza de unos escenarios que, además de bonitos, son variados entre sí. Hay tantos contrastes, tantas zonas con personalidad propia, que resulta imposible no emocionarse con cada paso que das en una aventura que, por si no fuera suficiente, también saca buen provecho de estas localizaciones con retos tan interesantes como usar corrientes de agua, viento o luz para resolver sus rompecabezas.
Poco a poco el juego va expandiendo su acción de forma ingeniosa
Puede que algunas pruebas pequen de simplonas o que, a veces, la solución de algunos puzles no sea obvia, pero hay mucho encanto y talento en un videojuego que, además, también resulta interesante en lo narrativo, entrelazando la historia del héroe anónimo ¡con la de su creador!, un dibujante de cómics que en no pocas ocasiones intervendrá en la historia dibujando más obstáculos o, directamente, machacando el lienzo con puñetazos y arrebatos de ira. Todo tiene una explicación pero, claro, lo mejor es que lo descubráis por vosotros mismos en un videojuego cuya estética tiene una razón de ser. Es una de las cosas que más he disfrutado; relacionar lo que veo sobre el papel con la historia personal de Adam. Y merece la pena.
Un samurái de papel
Lo decía antes. Los compases iniciales de Inked pueden resultar engañosos. Sus retos son demasiado simples, poco imaginativos, pero poco a poco el videojuego de Somnium Games expande su acción de forma ingeniosa planteando desafíos que te harán esbozar una gran sonrisa cuando des con la respuesta.
Hay de todo, claro, porque no todas las pruebas están al mismo nivel; las hay sencillas, demasiado típicas, pero también otras que se salen de lo habitual o, por lo menos, que resultan más emocionantes por los riesgos asociados. ¿Morir ahogado? Una de tantas posibilidades en un juego en el que es fácil perder la vida... aunque no siempre de forma justa. La posición de la cámara puede dificultar el plataformeo, llevándonos a caer al abismo si no nos andamos con cuidado; a lo que debemos sumar un sistema de control algo impreciso que puede jugarnos malas pasadas en los momentos que requieren de mayor precisión. Puede ser frustrante si bien es cierto, nunca hasta el punto de desesperar.
Resulta interesante en lo narrativo, entrelazando la historia del héroe anónimo ¡con la de su creador!
Además de los puzles Inked presenta también algunas que otras secuencias de acción que no destacan precisamente por su calidad. Están bien, a secas, pero aportan poco a un videojuego que se hace fuerte con sus rompecabezas. Al menos, eso sí, cuando ocurre algo sobre el tapiz, cuando de la nada surgen trampas o el escenario se pone literalmente patas arriba, pasa por una buena razón, ¡tiene sentido!, y es una de las grandes virtudes del videojuego. También su capacidad para hacer, en cierto sentido, borrón y cuenta nueva. Me explico. Aunque la esencia es siempre la misma, esto es, usar figuras geométricas para resolver puzles, cada vez que visitas una nueva región te sientes como un niño con zapatos nuevos. Sabes que te esperan nuevos retos, nuevas formas de sortear obstáculos, y dar con ellos es parte del encanto.
Es por eso que se disfruta tanto de Inked. Sus puzles no alcanzan las cotas de genialidad y originalidad de los más grandes del género pero son inteligentes, divertidos y en muchos casos también ingeniosos. Consiguen sorprender, ponerte a prueba de formas dispares, que siempre se agradece, y por si no fuera suficiente, atrapa con la belleza de sus gráficos y el modo de contar su historia (con traducción al español). Se echan en falta retos más elaborados, pruebas que de verdad saquen provecho del pincel mágico con el que viaja nuestro héroe anónimo, pero aún así esta es una obra que se deja disfrutar con creces.
Hay mucho encanto en la aventura que propone Inked, un buen videojuego de puzles y plataformas que sorprende por su bello apartado artístico y el modo en el que cuenta su historia. Sus rompecabezas, con un diseño atractivo e ingenioso, plantean retos de lo más interesantes con los que es difícil no pasarlo bien, aun cuando a veces pecan de ser algo simples.
- Bellísimo apartado artístico que además sorprende por la variedad de escenarios
- La historia del héroe anónimo y cómo esta se relaciona con la de su creador
- Puzles inteligentes, en algunos casos ingeniosos...
- … aunque se echan en falta pruebas más elaboradas
- Control algo impreciso. La cámara puede dificultar el plataformeo
