Después de firmar un más que notable 'port' de Destiny 2 para PC, Vicarious Visions se pasa al modo creativo junto a Bungie para dar forma a Destiny 2 - El Estratega, una expansión que toca todos los palos de la odisea espacial. ¿El resultado? Con sus más y sus menos, El Estratega ha logrado insuflar al juego la nueva sangre que necesitaba.
Bungie y Vicarious Visions nos proponen viajar a Marte una vez más en la franquicia Destiny. En esta ocasión, viajamos a la gélida cuenca Hellas para lidiar con una nueva amenaza de la colmena: el dios gusano Xol y su séquito amenazan con arrebatarnos el arma más poderosa del sistema solar, pero contamos con la ayuda de la legendaria guardiana Ana Bray para impedirlo. Junto con la campaña, Destiny 2 - El Estratega eleva el nivel máximo de personaje hasta 30, y el de poder hasta 380 (385 con mods). La nueva localización también incluye nuevos asaltos, aventuras, mercaderes, eventos públicos, enemigos, misterios y nuevo equipamiento, como viene siendo tradición en la serie.
Una de las cosas que más nos llaman la atención mientras jugábamos a esta expansión es que sus responsables parecen haber adoptado un punto de vista completamente nuevo a la hora de dar forma a este descargable, poniendo mucho más interés en los extras y el contenido 'endgame' que en el recorrido inicial en sí. Nos aventuraríamos a decir que es un DLC orientado específicamente a los jugadores dedicados y con ganas de invertir horas, mientras que los jugadores ocasionales que sólo busquen terminar la campaña en solitario sin ahondar en sus muchos secretos, coleccionables y desafíos terminarán abiertamente decepcionados.
Xol es sólo el principio
Una de las razones que nos motiva a pensar esto es que el recorrido inicial del DLC, aunque sea satisfactorio, nos hace levantar una ceja al final, como si faltara algo más. Teniendo en cuenta la importancia de los personajes que aparecen en la campaña, es como si se hubiera desaprovechado la oportunidad de darnos un Xol completo en su mundo trono, o un Nokris como jefe de incursión. La cosa tampoco mejora si te decimos que de tres nuevos asaltos que llegan en Destiny 2: El Estratega, dos se visitan durante la campaña, y el único que permanece "virgen" es exclusivo temporal de PS4. Superado este amargo trago, lo cierto es que el resto de novedades del DLC son abundantes y funcionan realmente bien.
Desde el momento en que terminamos la campaña, comenzamos a pensar en DESTINY 2 a largo plazo: además de los 45 fragmentos de memoria coleccionables que hay dispersos por la cuenca Hellas, Ana Bray nos otorga misiones adicionales que van avanzando de semana en semana, y ya de por sí son objetivos que requieren basante trabajo. Los mercaderes de la Torre, como Zavala y Shaxx, también tienen un inventario más interesante basado en la progresión como parte de la temporada 3, que debutó junto con el propio DLC. Por no hablar del propio nivel de poder, que presenta un tope bastante más alto que en la primera expansión y una curva mucho más apretada.
Tras muchos intentos, por fin Destiny 2 da con la solución para motivarnos a seguir jugando
¿Cuál es el resultado? Después de muchas actualizaciones e intentos, por fin Destiny 2 - El Estratega da con el clavo a la hora de motivarnos a seguir jugando. Completando los coleccionables y misiones citadas anteriormente —cuyos pasos implican jugar bastantes actividades ya de por sí— podemos desbloquear armas excepcionales como la Línea Mundial Cero, la Lanza Polaris o el Símil de Sueño, entre otras. Y sentimos que valen la pena darles caza, porque hay un buen balance entre el número de armas que se consiguen mediante misiones predeterminadas y las que se consiguen por puro RNG. No sólo viene acompañado de armas excepcionales nuevas y clásicas, como el Régimen SUROS, sino que también actualiza armas anteriores para darles efectos mucho más satisfactorios de los que tenían.
A todo esto le sumamos el Protocolo Escalada, una actividad debutante en este DLC y que está a medio camino entre la Corte de Oryx y la Forja del Arconte del primer Destiny. Se puede activar en numerosos puntos del mapa, animando a los jugadores a probarlo espontáneamente si tienen la oportunidad. Como decíamos arriba, al ser un contenido enfocado al jugador empedernido, no puedes activar este evento hasta terminar la campaña, pero sí puedes participar en él en cualquier momento. Se trata de una suerte de modo horda que cuenta con siete niveles, y cada uno de ellos se divide a su vez en varios objetivos más pequeños. Cada semana varían los jefazos a los que nos enfrentamos, y con ellos las posibles recompensas. Es divertido, increíblemente desafiante y adictivo, pero no está exento de problemas.
El Protocolo Escalada comienza con enemigos a un nivel realmente alto desde el primer momento, y conforme vamos progresando también lo hace el nivel de la IA, hasta tocar el mismo techo del DLC. Debido a lo acusada que es la nueva curva de progresión, a casi dos semanas de la publicación del contenido nos resulta casi imposible llegar al nivel más alto. Tampoco ayuda en absoluto el hecho de que no se nos otorgue ninguna facilidad para invitar a más jugadores para afrontarla. Pueden participar en ella hasta 9 personas, pero con un límite de 3 en la escuadra no nos queda otra que cruzar los dedos y esperar a que alguien más se una para tener más oportunidades en los niveles difíciles. En este tipo de situaciones, desearíamos tener algún tipo de herramienta para llamar más personas o una cola de jugadores interesados en hacer esta actividad.
Algo parecido ocurre con la Espira de Estrellas, nuevo cubil de incursión, que con un nivel mínimo recomendado de 370, sólo está al alcance de los jugadores más entusiastas, y cómo no, también va escalando hasta los 380 de poder al final. Para colmo, no exageramos ni un pelo si decimos que es la incursión más complicada de la franquicia desde La Caída del Rey (Destiny: El Rey de los Poseídos): aún siendo relativamente corta, el primer equipo que la completó tardó más de 7 horas en hacerlo. Ahora bien, es el tipo de actividad rejugable e inherentemente divertida que hemos venido echando en falta los últimos meses: desafiante no por el planteamiento sino por la ejecución, con encuentros llenos de acción y momentos espectaculares. Es sin duda el broche de oro para un Leviatán que ha dado mucho material.
A todas estas novedades se le suma también la temporada 3 del juego, que se inició con la llegada de Destiny 2 - El Estratega. No vamos a puntuarla en este análisis porque no forma parte de los contenidos de pago del DLC, pero a la hora de recomendar si merece la pena comprar el paquete o no es importante recalcar que en esta ocasión, los mapas del Crisol que se incluyen se han implementado directamente en la lista de juego pública para que puedan participar en ellos incluso las personas que no han pasado por caja en esta ocasión. Los adquisitores del DLC sí son elegibles para jugar estos mapas en las partidas privadas, otra de las características gratuitas incluidas en la actualización 1.2.0.
Por último, levantamos el pulgar a favor de Bungie y Vicarious Visions en todo lo tocante a lo artístico, manteniendo el alto nivel de calidad del que siempre han presumido la música, los escenarios y cielos de la franquicia Destiny. Minipunto adicional por prestar atención al fin a los entusiastas de la narrativa, con algunos pasos pequeños (pero necesarios) con la familia Bray y otros personajes importantes. Nos hubiera gustado ver el mismo trato en el primer DLC del juego.
El Estratega mantiene el alto nivel artístico característico de la franquicia de Destiny
En conjunto, Destiny 2 - El Estratega es un paquete prácticamente obligatorio para cualquiera que tenga intención de exprimir las actividades semanales que el juego te ofrece: una gran curva de nivel, dificultad más desafiante, más y más atractivas actividades post-créditos, una buena cantidad de contenidos dentro de la nueva localización, etcétera. Los que no quieran o puedan sacar partido de todos estos lujos, tendrían que conformarse con una campaña breve y un puñado de buenos momentos que no justifican el desembolso.
Destiny 2 - El Estratega no es un paquete perfecto, pero sí trae los contenidos adecuados en el momento adecuado. Nuestra primera vuelta a la cuenca Hellas se ve frustrada por la sensación de que todo "da para más", pero el contenido final da por fin con la tecla y nos ofrece actividades entretenidas, gratificantes y adictivas tanto en la nueva zona explorable como en todas las demás.
- El contenido 'endgame' es todo un paso adelante en la dirección correcta
- El cubil de incursión Espira de Estrellas es sorprendente y divertido
- La nueva progresión de poder y ajuste de dificultad son más desafiantes
- El recorrido inicial de la campaña se nos antoja insuficiente
- El único asalto nuevo que no visitamos en la campaña es exclusivo de PS4
- No se dan facilidades para reunir jugadores en el Protocolo Escalada
