Si te gustan juegos como ICO, Rime o Journey tendrías que echar un vistazo a Scarf. Tiene varios problemas que lo alejan de ser un videojuego redondo, pero como experiencia indie es una de las más llamativas propuestas de este fin de año.
Existe un antes y un después dentro del género de la aventura cuando hablamos de enfoques minimalistas, en que tanto jugabilidad como narrativa se construyen a partir de reglas muy concretas que brillan con extraordinaria fuerza. Es el diseño por sustracción, que elimina todo lo superfluo, todo lo que es innecesario. Grandes autores como Fumito Ueda (ICO, Shadow of the Colossus, The Last Guardian) o Jenova Chen (Journey, Flower) son los mejores ejemplos de esta vertiente.
¿A qué viene todo esto? A que Scarf es un videojuego de aventuras, plataformas y puzles que se inspira claramente en algunos de estos títulos. La primera vez que lo vi en un tráiler, pensé que parecía interesante, el tipo de juego que además suele gustarme. No tiene mucha acción, pero sí mucha exploración, un diseño de juego por momentos bastante inteligente y un apartado artístico nada desdeñable. Encantador, en una palabra. Bastante corto también. Me ha durado unas cinco horas, eso sí, manteniéndome atento a lo que ocurría hasta el último momento.
Sin embargo, el juego de la desarrolladora española Uprising Studios tiene un serio problema: posee una ejecución irregular. Hay magníficas ideas en lo jugable, pero a veces sus mecánicas resultan algo toscas, hay abundantes errores de programación y la optimización para PC resulta bastante problemática. Se nota que es un juego bastante ambicioso que requería más recursos para salir adelante con mayor calidad. Por ello, me da hasta un poco de pena que un proyecto tan bonito y con tanto potencial no haya llegado más lejos. Aún así déjame que te explique lo que te vas a encontrar, porque si te gustan este tipo de juegos tanto como a mí, seguro que te interesa.
Una maravillosa aventura
La premisa de Scarf es simple. Te pones en el papel de un héroe que va en busca de almas rebeldes. Y aquí me permitiréis que pare de explicaros más, porque es un viaje tan metafórico como poco habitual. Los personajes no articulan palabra, y todo lo que conoces es a través de pequeñas intros y fragmentos de historia que puedes encontrar en tu camino (algo opcional). Como ves, un enfoque minimalista que entronca con el estilo de otras producciones como Rime, en que tú eres el encargado de armar un particular puzle narrativo.
El argumento es siempre algo que está ahí, pero no es lo principal. Aquí lo importante es que vas acompañado de una bufanda con vida propia. Es roja, tiene forma de dragón y te da los poderes necesarios para hacer grandes saltos, planear en el aire, columpiarte en ciertos objetos e impulsarte a modo de tirachinas humano. Todas las acciones se van desbloqueando a lo largo del periplo y van levantando una jugabilidad cada vez más variada y compleja, siendo necesario que combines varias habilidades para sortear diversos obstáculos.
Este enfoque jugable funciona, y ofrece situaciones bastante inspiradas que solo tienen como contrapunto la falta de ajuste en términos de control que antes apuntaba. También dan lugar a varios puzles que suelen resultar lógicos, muy a pesar de que en muchos momentos el juego no sabe poner bien el foco en los elementos con los que interactuar. Esta confusión, unida a la presencia de bugs, hacen que la experiencia no sea todo lo satisfactoria que podría haber sido. Y es que me he encontrado ante un juego con una base jugable estupenda, pero al que le faltaba aplicar un mayor mimo y detalle.
Scarf es una aventura 3D muy clásica
Otro aspecto importante, probablemente el que más me ha atraído, es que Scarf es una aventura 3D muy clásica, que me ha recordado al momento en que te metes en las mazmorras de The Legend of Zelda: Skyward Sword. La razón es que su estructura se basa en tres mundos, cada uno dotado de regiones amplias de exploración en que debes resolver una serie de acertijos y obtener diversos objetos para abrir nuevos caminos. Es una progresión in crescendo en que vas haciendo uso de cada vez más técnicas, con una curva de dificultad nada exagerada, pero aun así satisfactoria.
Hay habilidades que me han llegado a dejar con la boca abierta, como coger una esfera de poder para abrir un camino en el mar mientras caminas. Son momentos mágicos que apoyan mi convicción de que este juego tiene grandes ideas, pero no tan aprovechadas como se podría haber esperado. Por ejemplo, hay una secuencia en que juegas al escondite con una de las almas rebeldes, pero un desacertado diseño permite que superes la prueba sin apenas hacer nada. Por este tipo de cosas, la sensación que obtienes es la de sumergirte en un mundo de jugabilidad única e inspirada, pero a la que le ha faltado algo más para terminar de convencer.
En general, el diseño de juego es muy lineal, y no es nada malo en absoluto. Existe algún que otro coleccionable, así como fragmentos adicionales de historia que te ayudan a poner mejor en contexto cuál es tu situación en el mundo del juego. Por lo demás, la duración de 5-6 horas se hace más que suficiente para sustentar todo lo que tenían que contarnos los desarrolladores españoles. No se hace corto, ni tampoco largo.
Donde más brilla el juego desde luego es en lo artístico. Su enfoque minimalista se plasma en personajes simples pero simpáticos, así como entornos que tienden hacia ese estilo de naturaleza en soledad que tanto encaja en este tipo de títulos. Gracias a ello, el juego transmite de forma sobresaliente la sensación de viaje en un mundo misterioso y que apetece recorrer. ¿La pega? Que el juego es bastante exigente en cuanto a hardware, o más bien está mal optimizado. Para correr el juego de manera fluida tuve que bajar los ajustes de texturas y resolución. Una pena, porque cuando va bien el juego luce mucho más.
Es un juego con una base jugable estupenda, pero al que le falta mimo y detalle
En un futurible lanzamiento en consolas (si es que ocurre) sería deseable acabar con estos problemas, que incluyen optimizar la suavidad al máximo, así como arreglar ciertos errores gráficos. Por supuesto, también sería conveniente por parte de Uprising Studios llevar a cabo actualizaciones sobre la versión actual en PC. Si ocurre, sin duda nos encontraremos ante un videojuego más disfrutable, que visualmente me ha resultado encantador, y que en lo jugable me ha parecido una agradable sorpresa cuya mayor pena es que no haya llegado a más.
Scarf lo tenía todo para dar lugar a una aventura de exploración y puzles a la altura de grandes referentes del género. Tiene ideas brillantes y un diseño de juego que, basado en el desarrollo por sustracción, consigue poner el foco en una jugabilidad bastante variada y estimulante. Su mayor problema es que le falta nivel de detalle y más dedicación en casi todas sus vertientes, así como una mejor optimización gráfica. No obstante, si eres un incondicional de este tipo de propuestas, el mejor consejo es que lo pruebes, porque puede disfrutarse a pesar de sus inconvenientes.
Comprar Scarf- Una aventura minimalista que recuerda a clásicos como ICO o Journey.
- Buena cantidad de puzles, algunos de ellos bastante inspirados.
- Bellísimo en lo artístico y con una acertada banda sonora.
- Control mejorable y mecánicas moderadamente toscas, con algunos bugs de por medio.
- Mala optimización en PC.
