La versión 1.0 de Risk of Rain 2 está oficialmente disponible. Ponemos a prueba el fantástico rogue-like de Hopoo Games y Gearbox Publishing, aunque si has estado atento al recorrido de la versión en acceso anticipado, sabrás de sobra que estamos ante uno de los imprescindibles del género: completísimo, personalizable y divertido como él solo.
Risk of Rain, ahora en 3D. Con esta premisa tan sencilla se anunciaba y ponía a la venta a la vez Risk of Rain 2, en primavera del año pasado. Lo hizo, además, a modo de acceso anticipado y con una promoción de copias extra gratuitas. Desde aquel momento, no ha dejado de darnos buenas noticias: tardó apenas un mes en alcanzar su primer millón de unidades vendidas, y antes incluso del lanzamiento de la versión 1.0 ya logró colarse entre los juegos mejor valorados de todo Steam, con un 96% de valoraciones positivas en sus más de 63.000 reseñas de usuarios. Y ahora, por fin, la versión de PC puede considerarse terminada.
Si estás muy atento a 3DJuegos, es posible que a lo largo del último año me hayas visto jugar a RoR 2 en directo o comentar sus muchas bondades en foros y redes sociales —como otros tantos, también disfruté enormemente de los contenidos que se fueron añadiendo durante la fase de acceso anticipado, pero las novedades que han ido llegando en las últimas actualizaciones han sido, si cabe, progresivamente mejores. Leyendo las notas de parche de la versión más reciente, figuran características tan interesantes como la llegada de una cinemática de apertura y otra de cierre; un jefe final, el último superviviente, la última zona explorable, nuevos objetos y desafíos, recompensas, y más.
Volver al misterioso planeta hostil donde se ambienta el juego era prácticamente una obligación, pero una que se cumple con gusto. Es hora de volver a pasar muchas horas tratando de sobrevivir durante el mayor tiempo posible, formando las 'builds' más locas imaginables hasta convertirnos, como bien reza la descripción del juego en su ficha de Steam, en "la destrucción que temías la primera vez que aterrizaste". No estoy muy seguro de si es la extraña belleza alienígena de sus mapeados, los tonos pesados y cósmicos de su música, la absurda infinidad de efectos especiales que llegan a acumularse en la pantalla a medida que toda la acción se intensifica o la mera idea de no haber llegado un poco más lejos, pero hay algo en este juego que hace que quiera volver a la acción inmediatamente tras morir, incluso tras varias horas de partida.
"Llovió, con lentitud poderosa"
Esta cita del escritor argentino Jorge Luis Borges tiene un bien merecido (nuevo) tema musical en la banda sonora de RoR 2: es, a grandes rasgos, de lo que va el juego. Las partidas comienzan con uno o más supervivientes abandonando su cápsula en una superficie aleatoria del planeta. Lentos, torpes, sin más recursos que unas pocas habilidades. No necesitan mucho más, en realidad: los monstruos que salen a su encuentro son lentos y no hacen mucho daño. Pero en la esquina superior derecha de la pantalla aparece un contador de tiempo, y un medidor con una aguja que señala "fácil". Es exactamente lo que parece: a medida que pasa el tiempo, la intensidad de la partida aumenta. De forma exponencial, de hecho.
Aparecen monstruos más fuertes, capaces de teletransportarse, de multiplicarse, de hacer toda clase de daño elemental, en área o concentrado; con rayos láser, capaces de tirarse en plancha sobre ti, de lanzar fuego por la boca, tienen barreras, mayores barras de vida… y aún no hemos llegado a los jefes. Cada partida, cada zona, es una carrera por encontrar el portal hasta la siguiente zona, derrotar enemigos para conseguir dinero, usar ese dinero para comprar un montón de objetos con los que garantizar nuestra supervivencia, y al mismo tiempo asegurarte de que tu personaje evoluciona en la dirección correcta. Para cuando el marcador de dificultad marque un "HAHAHA" infinito, habrás vivido lo suficiente para ver cómo la pantalla se transforma en una caótica orgía de efectos especiales, números de daño, monstruos casi imposibles de identificar, y un ejército de drones y torretas volando a tu alrededor. Pero a esas alturas también significa que tu personaje es un auténtico bazar de objetos ambulante con alas, máscaras, brazos adicionales, lanzamisiles acoplados, ukeleles y ositos de peluche que probablemente pueda cruzar el mapa entero sin tocar el suelo, transformarse en un huevo de dragón, invocar truenos, cúpulas heladas y colocar bombas en los enemigos con cada ataque. Y lo mejor de todo es que si no lo haces bien, todo eso se reducirá a cenizas en un más que literal abrir y cerrar de ojos de forma inexplicable.
Esa es precisamente una de las mejores cosas de Risk of Rain 2: su concepto de fantasía de poder. He jugado a muchos juegos basados en la progresión de personaje a través del equipamiento. Recuerdo con cariño, por ejemplo, las diferentes 'builds' para el médico brujo de Diablo 3: podías conseguir un gran personaje que sacaba partido a sus mascotas, o transformarlo en un pollo que explotaba mientras corría despavorido por las mazmorras. Pero el rogue-like de Hopoo está a otro nivel. Aquí no hay ranuras de inventario para cada objeto —con una sola excepción reservada para equipamiento especialmente poderoso. Quieres más y más, más objetos de daño, más objetos de protección, más herramientas útiles. Si encuentras una impresora 3D que ofrezca patas de cabra, tal vez no te duela sacrificar 20 objetos de tu inventario con tal de que tu personaje gane tanta velocidad, que Sonic el erizo se sienta Sonic el caracol.
En Risk of Rain 2 hay abundantes secretos, puzles y niveles ocultos desafiantes y divertidos
Sabes que lo estás haciendo bien cuando la partida llega a un punto en el que tu personaje ha pasado de lanzar una o dos habilidades y otros tantos ataques básicos para matar a un enemigo, a sencillamente quedarse quieto mientras origina una vorágine de caos y destrucción sin límites a su alrededor: al enjambre de drones y torretas acosando a los enemigos desde el cielo puedes sumar también una lista de drones especiales, poderosos escarabajos guardianes, fantasmas de enemigos caídos que luchan para ti o incluso un colosal titán dorado que aparece para defenderte de los jefazos que invocas con cada portal. Risk of Rain 2 es así de caótico y satisfactorio, consigue emocionarte cuando te tocan los objetos clave para hacer grandes cosas, pero también entraña el riesgo de perderlo todo al morir ante una explosión, un ataque básico cualquiera, algo para lo que no estabas preparado. Porque aquí, el daño y la intensidad de los enemigos escala, y lo hace rápido.
Ahí es donde entra en juego la otra razón por la que Risk of Rain 2 es tan divertido: además de progresar durante una partida, también hay una larga lista de misiones y desbloqueables a nuestra disposición. Hay toda una enciclopedia interna con detallada información sobre las estadísticas, mecánicas e historia de cada objeto, personaje, enemigo y escenario; hay supervivientes adicionales, cada uno con 'skins' alternativas que perseguir; también puedes conseguir variantes para sus habilidades y artefactos con los que modificar la partida, como en el primer RoR. Es totalmente posible hacer configuraciones absurdas, desafiantes o mezclar todo eso a la vez, y si quieres probar algo así de loco con otros jugadores, hay un nuevo buscador de servidores a tu disposición. No me parece descabellado afirmar sin miedo a decir que puedes dedicar cientos de horas al juego sin descubrir todos los misterios que hay tras cada desafío.
La actualización 1.0 sorprende con sus nuevas ideas para mapeados y enemigos
Porque claro, abrir el portal que lleva a la siguiente zona es bastante simple, pero igual no sabías que hay multitud de planos alternativos a los que puedes acceder de una u otra forma. Si quieres invocar al titán dorado Aurelionite tendrás que hacer primero una complicada lista de tareas para encontrar un portal dorado, y más te vale ir bien preparado para la batalla porque va por diferentes fases de daño. También hay un portal azul que nos lleva a una tienda cuyo mercader es simplemente el mayor 'DPS check' del juego, un portal celestial donde sacrificar a nuestro superviviente con gloria y honor o un complicado nivel para ponernos a prueba de verdad, donde los enemigos también van equipados con objetos y la atmósfera nos resta salud constantemente. Son solo algunos ejemplos, pero hay muchos más. La idea con la que debes quedarte es que hay abundantes secretos, puzles y niveles ocultos desafiantes y divertidos para complementar cada partida.
En realidad RoR 2 ya sería recomendable si solo tuviese el reto principal de superar una y otra fase, pero la realidad es que todo ese material secundario, esa posibilidad de marcarse objetivos durante la partida para ver si llegas a cumplirlos o no, esa impresionante lista de 103 logros que desbloquear y cosas que hacer y la enorme variedad de opciones para personalizar las habilidades de nuestro superviviente y la configuración de la partida lo convierten en un indispensable para todo amante del género. Y justo cuando parecía que no se podía superar, la actualización 1.0 sorprende, y mucho, con sus nuevas ideas para mapeados y enemigos. No quiero arruinarle ninguna sorpresa a nadie, pero el nuevo jefe final cuenta con habilidades geniales que no esperarías en absoluto ni aunque ya hubieras dedicado decenas de horas al acceso anticipado.
A nivel técnico, es una gran adaptación del formato 2D del RoR original a las tres dimensiones; con muy numerosas opciones para ajustar los gráficos y mapeado de teclas en PC; así como traducción al español. Por muy buena que pueda ser su optimización, eso sí, debes saber que cuando las cosas se ponen feas de verdad nadie te salvará de un 'framerate' infernal. Afortunadamente, hay opciones de sobra para simplificar (mucho) los gráficos. Es una salvación para cualquier tarjeta —por mucho que duela, toda la hermosura de sus efectos especiales y enorme volumen de enemigos en pantalla puede irse al traste si terminas pudiendo llevar la cuenta del 'framerate' con los dedos de las manos. Por otra parte, su música… fue eléctrica. (Solo es un chiste, muchos lo entenderéis). Bromas aparte, la banda sonora de Chris Christodoulou es muy personal, y muy querida por los fans. La versión 1.0 tiene algunas pistas nuevas geniales, y también nuevas interpretaciones de temas tan queridos como 'Coalescence' y alguno rescatado del RoR original, también.
Risk of Rain 2 se ha ganado a pulso el cariño de los fans. Es un juego enorme, divertidísimo, lleno de secretos y de objetivos secundarios. Tiene una banda sonora extraña, personal y carismática, una completa enciclopedia interna y un montón de opciones para personalizar cada partida a nuestro gusto; pero sin duda lo mejor es su abrupta fantasía de poder que nos permite crear un auténtico caos a nuestro alrededor. Es uno de los juegos del género que más sensaciones logran evocar: descubrimiento, emoción, frustración y orgullo. La versión 1.0 también ha sido todo un acierto, con muchas grandes novedades y un jefe final mucho mejor que el que encontrábamos en el primer juego.
- La fantasía de poder. Con suficientes objetos, puedes hacer casi cualquier cosa.
- Gran cantidad de secretos y desafíos opcionales con recompensas interesantes.
- El caos más absoluto que se forma con la aglutinación de enemigos en pantalla.
- Artefactos, buscador de servidores, modos de juego… muchos grandes añadidos.
- Ni los enemigos ni las 'skins' de los supervivientes son particularmente imaginativos.
- Diminutos inconvenientes relacionados con la interfaz y la interacción con algunos elementos.
