Unos meses después de su llegada a consolas, Capcom lleva la esperada expansión Iceborne de Monster Hunter: World a PC. No hay duda alguna de que estamos ante la versión definitiva del juego, pero ¿cómo de interesantes son sus novedades? ¿Suficientes para justificar la espera?
Probablemente todos estemos de acuerdo en que Monster Hunter: World ha marcado un antes y un después en una saga que se había relegado casi exclusivamente a portátiles y al mercado nipón. Apostar por las máquinas de sobremesa y por un público global no tardó en dar sus frutos y se convirtió nada menos que en el juego mejor vendido de la historia de Capcom, que no es poco. Sin embargo, esta ecuación tan bonita dejaba atrás a los jugadores de PC, que han tenido que esperar meses para recibir el juego base, sus actualizaciones y la nueva expansión Monster Hunter World: Iceborne, que por fin está entre nosotros. Promete deleitarnos con sus contenidos y mejoras, pero ¿qué tal está esta versión?
Reconocemos que entramos en las tierras de Arroyo de Escarcha con cierto miedo o síndrome postraumático. Por mucho que nos gustara la adaptación a ordenador del juego base, aquella se estrenó con numerosos errores técnicos —algunos poco intrusivos, y otros tan graves como desconexiones o corrupción de partidas guardadas— además de situaciones altamente exigentes con nuestro hardware y el polémico sistema de protección Denuvo, que sigue presente en el momento de escribir estas líneas.
Si compartes nuestras preocupaciones, tenemos buenas noticias que darte: sus responsables han dejado los tropiezos más graves en el pasado, y la transición del juego base a Iceborne es mucho más suave de lo que esperábamos. Desafortunadamente aún hay cosas que pulir, deseos sin cumplir, relativamente pocas novedades y todo un calendario de contenidos poslanzamiento pendiente de llegar, pero una vez estamos dentro, podemos disfrutar de los nuevos monstruos, armas rediseñadas y más sin preocupaciones.
Volvemos a la caza, esta vez en PC
A lo largo de los dos últimos años, en 3DJuegos hemos hablado mucho sobre Monster Hunter. Dedicamos un análisis a Monster Hunter: World en consolas, y más tarde, otro análisis para la versión de PC. Meses atrás, también analizamos Iceborne en su paso por consola. Te animamos a que consultes los artículos que encuentres pertinentes antes de continuar leyendo, porque francamente el volumen de novedades para esta versión del juego es un tanto pobre y estrictamente técnico ¡aunque cada mejora es de buen recibo!
Es genial ver a los monstruos y nuestros personajes en todo lujo de detalle
En retrospectiva, diríamos que los mayores avances de Monster Hunter en plataformas de sobremesa residen, como bien dice el nombre del juego, en su mundo. Es genial ver a los monstruos y nuestros personajes en todo lujo de detalle, claro; pero al final es la navegación e interacción con el escenario lo que da vida a las misiones. Seguramente ya sepas que Iceborne transcurre en una región glaciar inexplorada con fauna y vegetación autóctonas, elementos destructibles que sacan partido a la nueva garra, e incluso elementos y condiciones meteorológicas únicas; sin contar con los monstruos y sus nuevas capacidades.
Con el objetivo de acomodar este escenario a nuestro PC, Capcom formula una serie de promesas muy específicas. Algunas son bastante simples o se daban por sentado previamente, como la compatibilidad con el DLC de texturas en alta resolución que se puede descargar gratis desde Steam; el soporte para pantallas ultrapanorámicas (21:9) que se había introducido en una actualización pretérita, o el nuevo añadido de DX 12. Por si te lo preguntas, sí: hemos probado esta última biblioteca en nuestro equipo de pruebas (GTX 1080 Ti, i7 8700k y 16 GB de RAM) solo para ver si MHW es uno de esos pocos juegos que realmente mejoran en términos de calidad y estabilidad con esa librería gráfica. Y no, no lo hace. Pero eso es algo que ya era de esperar, así que pasamos a otra cosa.
El tráiler del juego también menciona otros añadidos como la resolución máxima de 4K y el 'framerate' ilimitado que no vamos a valorar aquí porque no suponen ninguna diferencia respecto a lo visto en el juego base. De hecho, nos hubiera gustado alguna pequeña novedad al respecto, como una barra de escalado de resolución o más variedad de topes de FPS para ajustar manualmente. Como recordatorio, solo tenemos los topes de 30, 60 y "sin límite" dejando de nuevo huérfanos a quienes cerramos los juegos en 90, 120 o 144 FPS, o cualquier margen personalizado que podamos encontrar en otros juegos.
Sea como fuere, hay otras características de peso. En la web oficial vemos un fragmento de novedades que reza así: "Se han rediseñado por completo los controles para ratón y teclado para adaptarse mejor a los nuevos movimientos y habilidades disponibles en Monster Hunter World: Iceborne". No parece que realmente haya sido un rediseño tan potente como auguran esas líneas, pero sí es cierto que hay algunas mejoras en el control MKB, que afectan tanto a la navegación por menús como al manejo del personaje durante las misiones.
Por ejemplo, si entramos en el menú de mapeado, encontramos que podemos crear nuevos atajos opcionales para el perfil de cuerpo a cuerpo para lo que en un mando de Xbox One serían Y+B, RT+B, RT+A o Y+B+RT. Y también hay otros atajos similares para las armas de alcance, claro. Si ya juegas a Monster Hunter, seguramente ya te hagas una idea de lo que eso significa para cada tipo de arma. Ahora es mucho más fácil contraatacar mientras usamos una lanza o lanzar una embestida mientras llevamos espada y escudo, o activar el modo demoniaco de las espadas dobles. Y personalmente no uso cuernos de caza, pero me imagino que esto suena genial (nunca mejor dicho) para sus usuarios. Por supuesto, eso significa que quienes deseen hacer uso de los atajos jugarán más cómodamente, pero no mejor.
Esta clase de mejoras son siempre bienvenidas y se agradece que se dejen ver también por algunos menús, pero en último término siempre hablamos de un tipo de interfaz diseñada de forma nativa para controlarse con un mando, y no podemos evitar fruncir el ceño con ciertos menús de vez en cuando. Por ejemplo, si le echamos imaginación, nos hubiera gustado ver la opción de arrastrar objetos con el cursor para gestionar nuestro baúl, o más facilidades para abrir la rueda de acceso rápido durante las misiones con ratón y teclado. De todos modos, es 'pecata minuta' porque aunque algunas pantallas sigan siendo engorrosas, al final contamos con montones de facilidades para equiparnos rápidamente y partir de caza.
La última gran novedad técnica reside en (redoble de tambores) las opciones de configuración gráfica. Suena prometedor y ciertamente nos alegra tener un botón para elegir si queremos ver la nieve en configuración baja, media, alta o altísima; pero el resto de añadidos vuelven a ser casi alienígenas. Si en su día te preguntaste qué narices era eso del Z-Prepass configurando el juego base, tal vez hoy quieras buscar en Google qué es el nuevo elemento de "difusión de armónicos esféricos".
Y ya que estamos, te ahorramos el esfuerzo con un práctico enlace a Wikipedia. Cuesta creer que tengamos ese tipo de mejoras, pero no algo tan simple como una barra de campo de visión. Seguimos atados a la pobre opción de cámara cercana, media o lejana, algo difícil de comprender en un juego de acción en tercera persona.
Por suerte, dentro de la propia misión casi todo son buenas noticias. Es difícil no acordarse de los brutales desgarres de FPS que suelen provocar los tornados de Kushala Daora o las explosiones de Teostra en el juego base, y esta vez tenemos un montón de nieve en el suelo y el aire al margen de la posibilidad de encontrarse con varios monstruos a la vez. Nos preocupábamos demasiado: el juego se mueve con la misma soltura que en cualquier otra localización, y como es lógico, si Capcom se anima a retirar Denuvo algún día (como ya ha hecho con Resident Evil 2) será aún más fácil mantener el tipo durante los combates.
Lo cierto es que el juego ya se ve realmente bien combinando la mayoría de parámetros en medio y el DLC de texturas HD, y puede que en algunos casos ni siquiera te interese apostar por las configuraciones más altas. Por ejemplo, la nieve de máxima calidad apenas ofrece una geometría algo más suave que la opción anterior en escenas muy pero que muy puntuales, y a medida que exploramos con los añadidos, como la biblioteca DX 12, encontramos que la nieve puede llegar a brillar hasta molestar en algunos puntos. Pensamos que es mejor conformarse con el más que aceptable nivel de detalle que tiene por sí misma y los cuidados efectos que tiene a medida que nos cubre hasta la cintura o el pecho.
Nos hubiera gustado, por otra parte, que algunas características de configuración gráfica que estaban totalmente rotas en el juego base se hubieran perfilado con la llegada de Iceborne. Por ejemplo, la "calidad de volumen de renderizado" (niebla volumétrica, para entendernos) sigue teniendo un consumo de FPS absurdamente alto, y no parece que el reflejo en el agua tenga ningún impacto en el mundo del juego aún.
Se ha hecho de rogar, pero ha cumplido. Monster Hunter World: Iceborne para PC nos ofrece justo lo que esperábamos, una adaptación bien hecha llena de nuevos contenidos de calidad y con un pequeño volumen de novedades técnicas. ¿Podría Capcom haber sido más ambicioso con estas últimas? Definitivamente sí, pero cada mejora es de buen recibo y complementan un producto que ya de por sí es bastante redondo.
- Manejar armas complejas nunca había sido tan cómodo en ratón y teclado.
- Los contenidos poslanzamiento llegarán a ritmo acelerado.
- ¡Toda la genialidad de Iceborne y sus monstruos!
- Buena optimización, aunque nos sigue sobrando Denuvo.
- Seguimos esperando opciones de configuración muy básicas e importantes.
- La navegación por menús sigue siendo algo artificial en PC.
