Análisis de GRID, un arcade de carreras que pone especial énfasis en la competición más agresiva

Análisis de GRID, un arcade de carreras que pone especial énfasis en la competición más agresiva
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GRID regresa simplificando su nombre, pero ofreciendo un juego multidisciplinar, que intenta mezclar la competición con la agresividad de su IA en carreras por todo el mundo. ¿Cuál es el resultado final? Lo comprobamos en su análisis.

Es cierto que la inteligencia artificial de los juegos de conducción siempre se ha dado por sentada, como algo inalterable que debe ofrecer competición sin molestar demasiado. Algunos juegos, por ejemplo la saga Forza Motorsport, quisieron darle algo más de protagonismo con esos drivatares, pero en líneas generales, su función siempre ha sido la de marcar nuestros tiempos y las posiciones hasta el ansiado primer puesto. GRID intenta algo distinto. Aprovechar esa agresividad que se permite en las vertientes arcade y devolverla con todas sus fuerzas con un sistema que convierte a los rivales en verdaderos enemigos declarados del jugador.

Atrévete a chocar contra uno de estos pilotos y te la tendrá jurada lo que queda de carrera. Incluso una notificación aparecerá en el menú indicando que tienes un nuevo némesis. Es una buena forma de generar una penalización en el jugador, sin recurrir a la seria fórmula de un simulador de castigar con tiempo extra. Sin embargo, esta característica decide el destino de GRID, que aunque se promocione como un videojuego multidisciplinar, que abarca desde el más desenfadado arcade hasta un competente simulador, nunca termina de abandonar el primer campo, abarcando desde una experiencia muy accesible a una bien medida, pero sin llegar a ser realista.

Crear némesis durante las carreras es prácticamente obligatorio, ya que GRID conforma esa parrilla en la que siempre comienzas en última posición y tu misión es escalar hasta el primer puesto. Debido a las pocas vueltas requeridas para este objetivo, siempre tenemos que abrirnos camino a empujones. No pasa nada, el juego se presenta con una secuencia introductoria en la que deja claro que aquí van a saltar chispas, se van a quebrar parabrisas y dañar los chasis. Tiene un lado muy bueno, y es que por fin todos esos daños mecánicos tienen un sentido (es difícil que en un simulador aporten valor si vas a reiniciar la carrera para conseguir un buen tiempo o directamente retirarte al mínimo descuido).


Intenta ser desafiante, pero también permisivo con los errores del jugador

Si buscas demasiada gresca, puedes avanzar posiciones, pero también tener problemas con el rendimiento del vehículo y es en esa dinámica donde el juego llega a brillar más. También tiene un lado menos positivo, y es que la inteligencia artificial en muchas ocasiones te sacará de la pista quieras o no. Incluso sin generar un nuevo némesis, son incontables las veces que se han chocado con nosotros (el clásico golpe en la esquinita) desviando nuestra trayectoria y terminando en la cuneta sin que podamos hacer nada por remediarlo ni tan siquiera tengamos la culpa de ello. Lo cual nos hace depender más que nunca de la función de rebobinado para corregir este destino.

Los escenarios están bien recreados. Destacan sobre todo los que están basados en poblaciones reales.
Los escenarios están bien recreados. Destacan sobre todo los que están basados en poblaciones reales.


Si tienes esto claro, puedes disfrutar de GRID de la misma forma que siempre lo hemos hecho con muchos arcades, ya que intenta ser desafiante, pero también permisivo con los errores del jugador. Para ello recomendaría subir la dificultad a Difícil, ya que de Medio hacia abajo se convierte en un juego de físicas imposibles muy descafeinado y sin carisma, mientras que a partir de un control de tracción y de estabilidad de 3 a 0 puedes empezar a sentir que el coche responde con coherencia a tus acciones. No esperes tampoco una fabulosa representación de la física de las ruedas o del comportamiento de las fuerzas gravitatorias, pero puedes comenzar a templar los gatillos para frenar a tiempo o evitar el sobreviraje, por ejemplo, dando una mejor sensación a los mandos y un sentido más competitivo a la obra de Codemasters.

Análisis de GRID, un arcade de carreras que pone especial énfasis en la competición más agresiva


GRID, choque de estilos

Con esta configuración, me he sentido más cómodo al volante y he entendido mejor ese equilibrio entre la conducción agresiva y la pericia que ofrece el nuevo GRID. Aun así, sigo detectando que mucho de lo que sucede en pista se vuelve a resolver en ese maremagnum que se forma en las primeras curvas que preceden a la parrilla de salida, cuando los choques son prácticamente inevitables si quieres salir lo suficientemente rápido del caos de carrocerías antes de que se te escape la cabeza de carrera y te quedes sin tiempo para recuperar posiciones.

Los efectos de lluvia son los más destacados de todo el juego.
Los efectos de lluvia son los más destacados de todo el juego.


Porque llegar en los primeros puestos es lo único que favorece el ascenso por esta World Series que ofrece GRID, pues sus campeonatos no están más que formados por carreras y alguna que otra contrarreloj con salidas programadas. No hay penalización, como digo, en esta bronca entre vehículos, únicamente si intentas pasarte de listo y cortar la curva. Todo para llegar a lo más alto de cada una de las disciplinas que maneja el videojuego, dividido en una serie de torneos con categorías de Touring, Stock, Tuner, GT, Invitacional o el Fernando Alonso Challenge, amparado por el famoso competidor de Fórmula 1 que nos lleva a recorrer los circuitos con estos rápidos bólidos, los más diferentes de todo el plantel de vehículos.

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Se agradece que en el panorama arcade dominado por las propuestas de mundo abierto, un juego vuelva a los clásicos menús y competiciones cerradas

Las clases de vehículos se dividen a su vez en diversos tipos, desde los GT, turismos, coches de serie, históricos, Muscle y Supermodificados que dejan un buen abanico de marcas y modelos entre los que se encuentran algunos como el Audi R8, Porsche 911 RSR, Ferrari 488 GTE, los Chevrolet Corvette y Camaro, el Dodge Challenger, el Ford GT40 y Mustang GT, y el Pontiac Firebird, entre otros que forman una lista de 60 en total. De circuitos tampoco se queda excesivamente corto, ya que comprende una suma de 12 regiones diferenciadas que a su vez se divide en 80 rutas distintas. Pese a que las condiciones climáticas y momentos del día dan variedad, a lo largo de las 108 carreras, sin embargo, puede llegar a notarse algo de repetición en unas pistas desfilan rápidamente por la pantalla, ya que tampoco buscan que repitas una y otra vez las pruebas hasta perfeccionar tu rendimiento en cada uno de ellos.

 El caos de las parrillas de salida suelen dar lugar a muchos choques y un caos difícil de controlar.
El caos de las parrillas de salida suelen dar lugar a muchos choques y un caos difícil de controlar.


Por su parte, el EGO Engine en su tercera versión vuelve a demostrar que es un motor muy solvente. Destaca sobre todo por su fluidez en las carreras que ofrece un trabajo suave al alcanzar los sesenta cuadros por segundo, con excepciones en aquellos momentos donde se juntan prácticamente los 16 vehículos que compiten en una misma carrera y puede dar lugar a ralentizaciones muy acusadas en esas circunstancias puntuales. Es sorprendente, no obstante, el trabajo logrado ya no solo con algunos de los circuitos oficiales, con ese sempiterno Brands Hatch, sino los recreados en ciudades como Shanghái o Barcelona, con una fiel recreación de los elementos arquitectónicos más representativos de cada urbe (la Torre de Shanghái o la Torre Perla Oriental y la Sagrada Familia o la Plaza de Toros Monumental). La versión que hemos probado nos deja algunos pequeños fallos, por ejemplo los retrovisores en el caso de los coches de Formula, cuyo espejo queda “volando” cuando el vehículo se deforma por algún golpe. También se agradecería que algunas notificaciones que nos avisan de haber creado un nuevo némesis o de nuestros tiempos en carrera se ubicasen en un lado de la pantalla en vez del centro, donde nos dificulta la visibilidad de la pista.

Análisis de GRID, un arcade de carreras que pone especial énfasis en la competición más agresiva


Por su parte, el multijugador para un total de hasta 16 jugadores se divide en unos sencillos modos de partida rápida y privada, pero con las suficientes opciones para configurar parámetros como la categoría, el daño, e incluso los rebobinados. Tiene un curioso minijuego de espera donde ponerse al volante de un Jupiter Eagleray Mk5 y dar rienda suelta a tu creatividad, competir o hacer el cabra contra el resto de participantes. Eso sí, no esperes de él modalidades de campeonato, ni tablas rígidas de competición y penalización. El espíritu de GRID del modo para un jugador es trasladado de igual forma a este aspecto online.

Los rivales cambian su agresividad según su carácter natural, pero también tu forma de comportarte al volante.
Los rivales cambian su agresividad según su carácter natural, pero también tu forma de comportarte al volante.


Se agradece que en el panorama arcade dominado por las propuestas de mundo abierto como Forza Horizon 4 o The Crew 2, un juego vuelva a los clásicos menús y competiciones cerradas. GRID busca lidiar en el conflicto que se forma entre la competición algo más seria y ese carácter agresivo de algunos juegos de conducción. Pese a que lo consigue, el equilibrio tiende a una propuesta más desenfadada que competitiva, pero sin el desenfreno de unos ni la seriedad y finura al volante de otros. Ese eclecticismo puede atraer mucho o dejar frío a algunos jugadores, mientras que para el resto el resultado guarda la misma diversión que ha acompañado siempre a la saga.

Bueno

Sin sello
Análisis de GRID, un arcade de carreras que pone especial énfasis en la competición más agresiva
Sin sello

GRID busca su hueco en una parrilla de juegos de conducción que cada vez quieren diferenciarse más entre sí. Una propuesta ecléctica, que quiere contentar a todos y por ello puede que no profundice en ningún campo en especial. Es de agradecer conducir sus múltiples coches y destaca una inteligencia artificial dinámica, que se enfurece y rivaliza con el jugador. El resultado es un divertido y agresivo arcade como pocos quedan en la actualidad.

  • Carreras muy dinámicas y encarnizadas.
  • Interesantes ideas con respecto a la inteligencia artificial de los rivales.
  • Al modo principal de juego le falta algo de identidad
  • Se echa en falta más modalidades que competir en carreras agresivas.
Jugadores: 1-16
Idioma: Textos en español y voces en español e inglés
Duración: Incalculable
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