Trabajar para una empresa de mudanzas no parece la premisa más llamativa para un videojuego, pero este indie nos demuestra que puede ser algo muy divertido. Con un sistema de físicas elaborado y mucho ingenio puesto en los niveles, los suecos de DEVM Games nos sorprenden con un notable juego en cooperativo local. Os lo contamos en nuestro análisis de Moving Out.
Soy de los que les gusta mucho jugar en familia y con amigos. Por eso, la llegada de Moving Out me llamó mucho la atención, ya desde que vi su primer tráiler. Los que hemos hecho alguna mudanza sabemos que es uno de los episodios más estresantes (y que más pereza provocan). Sin embargo, la desarrolladora sueca DEVM Games demuestra con ingenio y calidad que dentro de un videojuego puede convertirse en una tarea divertida, sobre todo si la disfrutas en compañía.
El videojuego va muy en la línea de otras propuestas cooperativas locales como Overcooked! o Good Job!, títulos que no tienen especial sentido si los juegas en solitario. Se puede, por supuesto, y el juego responde bien, pero adquiere todo su potencial cuando hasta 4 jugadores se ponen de acuerdo para realizar trabajos consistentes en transportar todo tipo de trastos hasta el camión. Esta es la lógica tan simple pero efectiva que defiende este "simulador de mudanzas", como a sus responsables les gusta denominarlo.
En efecto, el juego posee un fuerte énfasis en las físicas, y aunque existen frustraciones derivadas de movimientos imprecisos y ciertos mecanismos que no acaban de funcionar del todo bien, lo cierto es que te diviertes. Es relativamente corto, y en sus primeros compases poco variado, pero la mejor conclusión que puedo daros es que he pasado un buen rato con él. Me parece original, simpático y con ciertas dosis de calidad en su apartado audiovisual. Si sois unos incondicionales de este tipo de propuestas, nos encontramos ante una opción más a tener en cuenta.
¡Vámonos de mudanzas!
Al igual que ocurre en los mencionados Overcooked! o Good Job!, lo bueno de estos juegos es que sus niveles son demenciales. Todos comienzan con una situación más o menos habitual, pero poco a poco se van desmadrando. Aquí empezarás haciendo mudanzas estándar en casas para acabar en el espacio exterior, pasando por una recreación del mítico Pacman y visitando un laboratorio con materiales tóxicos. Transportarás animales hasta el camión en una granja, usarás cintas de transporte en un almacén y visitarás una mansión mientras te persiguen fantasmas.
La variedad es lo mejor del juego, y creo que incluso había margen para potenciarlo un poco más. Seguramente en un intento por conseguir que te hagas con los controles, las primeras fases presentan pocas diferencias entre sí. No existe un buen equilibrio. Tampoco en lo referente a la dificultad, con fases muy complicadas que vienen seguidas de otras realmente asequibles. La curva no es consistente, y lo bien diseñado que está el jefe final me ha hecho pensar en lo que podría haber conseguido el juego si se hubiesen añadido unos cuantos niveles adicionales. La sensación es que cuando viene lo mejor, el juego se acaba.
Son 30 niveles en total. Buena cifra, pero en 3-4 horas habrás dado ya una primera vuelta al juego. Eso sí, luego tienes la rejugabilidad, que es notable. Por cada pantalla se presentan tres objetivos adicionales, además de una condecoración de bronce, plata u oro dependiendo del tiempo que inviertas. Conseguir todos los premios es una tarea titánica, que obliga a repetir jugadas una y otra vez. Por mi parte no me he sentido con ganas de rejugar, como sí me ocurrió con los ya citados Overcooked! o Good Job!, pero se aprecia que la opción esté disponible.
A medida que jugamos se van desbloqueando nuevos personajes seleccionables, todos muy simpáticos, pero lo más señalable es que tenemos un modo asistido para los jugadores menos hábiles. ¿En qué consiste? Menor peso del mobiliario, ampliación del tiempo disponible o posibilidad de pasar de pantalla en el caso de no llegar al objetivo. Personalmente no hice uso de estas ayudas, porque pienso que es la mejor manera de disfrutar del juego, pero ahí están y no me parecen mal: es un videojuego familiar y cuanta mayor accesibilidad exista, mejor que mejor.
Tengo que mencionar también que la parte técnica del juego es especialmente importante, sobre todo las físicas. Algunos objetos pesan más que otros, lo cual nos obliga a buscar la cooperación con otros usuarios. Existe mobiliario menos pesado que podemos manejar por nuestra cuenta, e incluso lanzar con un comportamiento bastante intuitivo. Asimismo, hay objetos frágiles que se rompen al chocar contra muros o puertas, al estilo de televisores o paquetes especiales. Todo esto conjugado da cierta profundidad a las mecánicas, y es algo que se acaba agradeciendo en el plano jugable.
La existencia de trampas, caídas al vacío, interruptores y otra serie de elementos hacen el resto. A veces la propia distribución de una casa supone un problema, y podemos buscar ingeniosas soluciones como lanzar las cosas por la ventana para que nuestro compañero sólo tenga que empujar el objeto en cuestión hasta el camión. Debido a este énfasis en las físicas, ordenarlo todo para que entre sin problemas en nuestro almacén móvil puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza, así que ese es otro reto a considerar (en ocasiones algo frustrante, todo hay que decirlo).
Todo acompañado de unas melodías que no destacan especialmente, pero que hacen muy bien su función. Sin embargo, el plano visual sí que creo que destaca sobre el resto, más que nada porque se adapta excepcionalmente bien a los objetivos del programa. A veces se generan situaciones de caos en que todo se rompe a tu paso, y además algo muy importante es que la claridad de representación es elevada, con lo cual nunca te perderás buscando algo. El contraste de colores, muy vivos todos, se alía con unos diseños redondeados, muy cartoon, que se traducen en una excelente solución gráfica.
¿Se le podía pedir más? Sin duda. A pesar de que la propuesta presenta ciertas dosis de innovación en su propuesta, la ejecución no es óptima. Hay ciertas imprecisiones en el control, las físicas a veces juegan malas pasadas y, sobre todo, la variedad y cantidad de fases podría haber sido más ambiciosa. Aún así, Moving Out es un buen videojuego, especialmente recomendable para los que busquen juego cooperativo de calidad.
Moving Out cumple muy bien su función de plantear jugabilidad cooperativa en familia o con amigos a través de un tono desenfadado. Sus niveles son divertidos y se apoyan en un sistema de físicas sencillo pero efectivo, donde el peso de los objetos afecta de forma divertida a la jugabilidad. Le ha faltado una mayor variedad y cantidad de niveles para llegar más lejos, pero como propuesta de coop local para pasar un rato divertido en compañía es una bastante recomendable opción.
- Ideal para disfrutar en cooperativo, con risas (y riñas) garantizadas
- El ingenio puesto en los niveles es simpático y divertido en lo jugable
- Sistema de físicas elaborado, que obliga a ser hábiles y cooperar
- Se echan en falta un mayor número de niveles y algo más de variedad
- En ocasiones el control y las físicas pueden generar frustraciones
