Dragon Quest XI es uno de los mejores J-RPG que puedes disfrutar en la actualidad, y siempre debería ser buena noticia que llegue a más plataformas. Sin embargo, la propia Square Enix se ha esforzado en empañar su propio juego con una edición que no solo no aporta mejoras, sino que descuida algunos aspectos importantes. Os lo cuento todo en el análisis de DQXIS: Edición Definitiva.
Me parece ya una eternidad, pero no hace tanto que apareció Dragon Quest XI. Eso sí, está ya lejano el viaje que hice a Japón para jugarlo por primera vez. Recuerdo hacerme incluso con una copia completamente en japonés, puesto que el juego aún no había sido traído a Occidente. ¡Pero cómo cambian las cosas! Y es que el título no solamente acabó aterrizando en nuestras PlayStation 4, sino también en PC, y por supuesto Nintendo Switch, en una nueva edición que añadía contenidos inéditos.
Precisamente, lo que tenemos en Dragon Quest XI S: Edición Definitiva es una recuperación de dicha versión, ahora para PS4 y el ecosistema Xbox (One, Series y PC mediante la opción Play Anywhere). Como admirador de la licencia, me parece una buena noticia: es rol del bueno, así que cuanta más gente pueda jugarlo mejor. Las cifras no engañan: DQXI ha vendido hasta la fecha más de 6 millones de unidades. Todo se debe a la estrategia de abrir el juego a más consolas y de paso introducir nuevos contenidos.
¿Qué nos encontramos en esta ocasión? Básicamente todos los contenidos por los que fue conocido DQXIS, y esto quiere decir: historias adicionales para los protagonistas, modo retro, misiones secundarias en un entorno de 16 bits, posibilidad de escuchar voces en japonés, banda sonora orquestada y el modo foto. No es poco, pero se trata de algo más orientado a aquellos que no hubiesen probado el juego que a los que ya lo jugasen. Además, tiene una cuestión bastante polémica, porque estamos ante un port de la versión de Nintendo Switch. Hay mejoras, pero el resultado gráfico es paradójicamente peor al de la versión original, estrenada hace ya un par de años.
Gran juego, insuficiente edición
Poco tengo que añadir a lo que ya os conté en su lanzamiento original para PS4, y más tarde en Nintendo Switch. Es un juego grandioso que ningún amante de las buenas aventuras se debería perder. La trama se sigue con muchísimo interés, los personajes están espléndidamente caracterizados y los valores de producción tanto técnicos como artísticos se encuentran a un alto nivel. Es la primera vez en la saga que los diseños de Akira Toriyama se ven con tanto esplendor, gracias a escenarios enormes y cargados de belleza.
Es fácil comprobarlo al echar un vistazo a los pantallazos que acompañan a mis palabras. La saga Dragon Quest siempre ha tratado de cuidar su apartado visual, pero el salto experimentado en esta ocasión fue uno de los más grandes de la historia de la franquicia (si no el que más). Es una delicia que viene por supuesto acompañada de un sistema de juego tan robusto como la propia franquicia a la que representa, con más de 30 años de antigüedad. No en pocas ocasiones se ha criticado el inmovilismo de la fórmula, pero nadie podrá negar que el encanto se mantiene y que sigue siendo un placer disfrutar de sus icónicas batallas por turnos.
Siempre he creído que mientras Final Fantasy es la saga de Square Enix que lleva el género JRPG en una nueva dirección, Dragon Quest se encarga más bien de recordarnos que las tradiciones nunca deben perderse. La undécima entrega numerada de la serie hace esto espléndidamente, hasta las últimas consecuencias, y le sale realmente bien. La progresión en niveles está muy bien ajustada, la mejora de personajes a través de un árbol de habilidades es satisfactoria y la novedosa función de forja (minijuego incluido) se hacía realmente adictiva. Incluso si el hecho de tener sabor añejo te asusta un poco, debes saber que precisamente los usuarios primerizos cogerán todo a la primera, porque es un juego bastante intuitivo.
Parece extraño, ¿verdad? Yo también lo pensé en su día, y eso habla aún mejor del trabajo realizado con este Dragon Quest. Además, es un título bastante largo, con 60 horas como mínimo (y más de 100 si eres un completista que busca todos los secretos y misiones secundarias). No se hace pesado. La rapidez con que se pasa de una situación a otra es elevada, aparte de que existe variedad de situaciones. En cualquier caso, se agradece que se metiera la posibilidad de duplicar la velocidad de los combates y que pudiéramos usar monturas para movernos más rápido por el escenario.
Todo lo que se incluyó en la edición "S" fue para incrementar la satisfacción en esta gran aventura que, como os dije, tiene como mayor aliciente conocer a sus personajes. Esta versión del juego para Switch, que ahora tenemos de vuelta, incorporó nuevas historias, precisamente con el objetivo de profundizar sobre el trasfondo de nuestros compañeros. Si bien la trama original te daba un buen esbozo de sus personalidades, vi con total acierto esta incorporación. Ahora el juego es argumentalmente más redondo.
¿Más cosas? A mí particularmente me encantó el hecho de poder alternar entre entornos 2D y 3D. La posibilidad de jugar en una versión retro de los escenarios tridimensionales supone un ejercicio de nostalgia brutal, bien resuelto, aunque poco fluido porque no se puede realizar al vuelo (una de las cosas que podrían haberse mejorado en esta edición). Para los combates se mantienen los planos estáticos de los clásicos Dragon Quest. Si eres un apasionado de esta encantadora saga, debes viajar entre los modos clásico y moderno, porque forma parte de la experiencia. Al final, esto va mucho sobre eso: jugadores veteranos, recuerdos y mucha (muchísima) tradición.
Por supuesto, creo que está bien que Square Enix haya traído esta "edición definitiva" para todos aquellos que no pudieron disfrutarla. No obstante, también pienso que podría haberse aprovechado para añadir nuevos contenidos, puesto que realmente todo esto ya existía. Aunque es algo que no me sorprende de la compañía japonesa. Tan pronto te da alegrías como también alguna que otra sorpresa no tan agradable. Esta es una de ellas.
Pero hay otra más, y bastante negativa. Resulta que los nipones han tomado la desafortunada decisión de hacer un port cogiendo como base la versión de Dragon Quest XI para Nintendo Switch, tal y como comentó la propia compañía nipona. ¿La razón? Seguramente porque incluía las novedades de que carecían el resto de versiones. No preguntéis. El caso es que, aunque esta Edición Definitiva se ve mejor que en Switch (por la mejor definición), se han perdido algunos detalles importantes de texturas e iluminación, los cuales embellecían la versión original de PlayStation 4. Habiendo realizado una comparación, la vegetación es menos densa, las formaciones rocosas están menos detalladas, hay efectos de iluminación dinámica que se han perdido… y así un considerable etcétera.
Si bien un usuario nuevo probablemente no se dará cuenta, es algo que no debería haber ocurrido. Dado que estábamos supuestamente ante una edición "definitiva", lo correcto habría sido mantener o mejorar la versión más competente, al tiempo que se incluían los nuevos contenidos. No se ve mal aun así, y el videojuego sigue siendo precioso, pero a veces la diferencia la marcan los detalles, sobre todo cuando hablamos de un juego artísticamente tan impactante en lo visual. Eso sí, por fluidez no os preocupéis: el rendimiento es bueno, tanto en Xbox One como en PC, las cuales han sido sido mis plataformas de juego para este análisis.
La conclusión es una a la que estamos acostumbrados cuando hablamos de esta desarrolladora. Es un magnífico título, pero una versión muy mejorable. A veces no basta con coger el juego y volver a empaquetarlo. Por ejemplo, Dragon Quest XI S tenía un peor apartado técnico, pero estaba justificado porque la plataforma era menos potente: Nintendo Switch. Además, esta versión incorporaba novedades de peso que justificaban su adquisición. ¿Pero qué ha pasado ahora? Que tenemos una Definitive Edition que realiza el mínimo esfuerzo, no propone cosas nuevas y encima se ve peor que en la versión original del juego. No fue la mejor decisión, y por esa misma razón no merece la misma valoración.
Muy Bueno
Dragon Quest XI S: Echoes of an Elusive Age - Definitive Edition
Por: El equipo de 3DJuegos
La mejor noticia de Dragon Quest XI S: Edición Definitiva es la llegada del juego a más plataformas, en este caso el ecosistema Xbox. Es un magnífico J-RPG, con una buena trama, una enorme duración y ahora todos los contenidos de la versión que apareció en Nintendo Switch… pero manteniendo su limitado apartado gráfico. Square Enix ha tomado la desafortunada decisión de realizar un port sobre dicha versión, porque visualmente el juego brilla menos que la versión original. Aun así, si no lo jugaste en su día, esta sigue siendo la forma más completa de probar el juego en PS4, Xbox One y PC.
- Mantiene las novedades de DQXIS: modo retro, nuevas historias, música orquestada...
- Un genial J-RPG con cantidad de horas de juego y una trama bien escrita
- Bellísimo en lo artístico y musical: geniales valores de producción
- Un título adecuado tanto para veteranos como para novatos del género rolero
- Es un port de Nintendo Switch, con todo lo que eso conlleva a nivel gráfico
- No plantea novedades con respecto a la versión "S" de Switch
