Wonder Boy es una de las sagas más recordadas por los poseedores de una consola durante los años noventa. Plataforma y acción muy clásicos regresan en un remake muy fiel con su pasado, pero que necesitaba una mayor ambición para llegar más lejos. Os lo cuento en el análisis de Wonder Boy: Asha in Monster World.
A veces simplemente te apetece sentarte, encender la consola y ponerte un juego directo, que no te canse ni con introducciones, tutoriales, sistemas complejos y todo eso que hace que el ritmo decaiga. Para esos días vienen muy bien videojuegos como Wonder Boy: Asha in Monster World. El título de los nipones de Artdink rescata la esencia de lo retro, de la acción rápida, sin esperas, en una aventura corta pero aun así bastante disfrutable.
Se trata de un remake de Monster World IV, que probablemente no os suene de mucho, aunque formó parte del catálogo de Megadrive Mini. Por algo será… y es que tenía su encanto. Lanzado en el año 1994, defendió un esquema plataformero con bastante acción y algunos ligeros toques roleros que tenían que ver con la mejora de equipamiento y la interacción con NPC en poblados. Algo muy en la línea de lo que venía ofreciendo la serie Monster World (también conocida como Wonder Boy).
¿Cómo se ha planteado entonces este remake? Simple: como una forma de traer al presente toda esa esencia clásica. Por eso sigue pareciendo un juego tan ágil, y estoy seguro de que a los amantes de este tipo de experiencias les resultará agradable. Contiene una reforma gráfica poderosa, realmente bonita, aunque muy pocas novedades jugables, que era lo que necesitaba el lanzamiento para brillar en la actualidad. Aun así, si sabéis a lo que venís, puedes ser una interesante opción. A continuación os lo explico todo más en detalle para que tengáis más elementos con los que decidir.
El retorno de un clásico de los 16 bits
Wonder Boy: Asha in Monster World tiene un pretexto muy básico, en línea con lo que ofrecían los juegos de los años 90. Básicamente, los demonios campan a sus anchas por el mundo, y para revertir la situación debemos liberar a cuatro espíritus que han sido confinados por las fuerzas enemigas. Esto nos llevará a través de una serie de paisajes y mazmorras que van desde los bosques hasta los entornos helados y magmáticos. Todo un cliché del género, pero lo que importa es que el viaje resulta variado.
Durante este periplo, los saltos son importantes para movernos en unos niveles dotados de abundantes plataformas, los cuales comparten protagonismo con las acciones combativas. Asha puede realizar acciones especiales como estocadas, protegerse con un escudo o utilizar a nuestra particular mascota Pepelogoo para planear en el aire, alcanzar objetos lejanos y otra serie de posibilidades que es mejor que descubráis por vosotros mismos. Un aspecto a destacar es que este remake cuenta con la dirección de Ryuichi Nishizawa, que fue uno de los creadores originales. Esto implica que la esencia jugable original se mantiene, con un diseño de niveles que anima a explorarlo bien para encontrar todos sus tesoros. Asimismo, los jefes finales -aunque no demasiado memorables- poseen conductas especiales con debilidades que deberemos saber explotar.
No es un título difícil, aunque si no quieres ningún problema siempre puedes escoger la dificultad "fácil". Además, el juego permite guardar partida en cualquier momento, y dispone de varios slots. En definitiva, todo es más amigable en una aventura que no lleva más de cinco horas completarla. Tal vez este sea uno de los aspectos más criticables, porque muy rejugable el juego no es. Aparte, no incorpora las novedades suficientes como para ir más lejos, como para que tengamos que hablar de un trabajo memorable. Falta más ambición para ello.
Esto no quita que el apartado gráfico esté muy cuidado. Maki Ozora, artista principal del juego original, ha participado en este remake para rescatar toda la esencia y traerla a la actualidad con gráficos tridimensionales. ¿El resultado? Un enfoque 2,5D que sienta fenomenal al conjunto, más si consideramos que este juego de scroll lateral poseía una característica bastante original: el scroll en profundidad para adentrarnos en nuevas estancias, dando así una nueva dimensión con respecto a la horizontalidad que se llevaba en aquella época.
Sin ser espectacular, considero que se ha realizado un espléndido trabajo, con una paleta de colores muy viva, cantidad de detalles que no existían y un borde negro que realza el tono cartoon (anime) del apartado artístico. Esto se ve de forma más evidente en las secuencias de introducción, con un motor gráfico competente, capaz de mover el juego a 60 frames por segundo. Y por cierto, buena respuesta a los mandos, aunque hay veces que se echa en falta un mayor grado de precisión. Respecto al sonido, lo más apreciable es que tiene voces en japonés, con textos traducidos al español, que siempre se agradece.
Sin ser espectacular, considero que se ha realizado un espléndido trabajo con el remake
Por tanto, Wonder Boy: Asha in Monster World es un buen remake, que trae de vuelta un clásico del género plataformero. Es más para puristas, no voy a negarlo, y prueba de ello es que apenas se haya tocado apenas nada de la base jugable, algo que habría ayudado a mejorar la profundidad. También hubiese sido deseable recibir nuevos contenidos. Aun así, los creadores nunca engañaron a nadie, y de hecho el juego en físico incluye el clásico Monster World IV para rememorar aquellos maravillosos años. Si te identificas con cosas así, entonces tal vez lo disfrutes.
Wonder Boy: Asha in Monster World es un buen trabajo de remake, entendido como una forma de recoger la esencia del original y plasmarla tal cual en la actualidad. Es una experiencia directa, de escasa duración, pero con el potencial de encandilar a los amantes de los plataformas de los años 90. Si encajas en ese perfil, puede que lo disfrutes, pero no sin tener en consideración que el diseño jugable arrastra 27 años de antigüedad, y tal vez una profundización en sus mecánicas, y nuevos contenidos, eran necesarios para hablar de algo ampliamente recomendable.
Comprar Wonder Boy: Asha in Monster World- Plataformas y acción directos, con toda la esencia de los 90.
- Buen apartado artístico y aún mejor trabajo de remake gráfico: muy bonito.
- La jugabilidad se nota envejecida y habría agradecido profundizar más.
- Escasa duración y poco rejugable.
- Por eso mismo, se echan en falta nuevos contenidos: algún nivel o modo adicional.
