Análisis de Mass Effect Legendary Edition. La remasterización que necesitaba la icónica trilogía PRG

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Casi una década después de su conclusión, por fin podemos regresar a Mass Effect con una edición que rinde un homenaje a una trilogía que es ya un clásico de nuestra industria. Una buena muestra de que, para realizar una buena remasterización, hay que mimar el producto original y saber cuándo, dónde y cómo retocar.

Hay un detalle en la introducción del primer Mass Effect que recuerdo como la primera vez. Es el momento en que Joker muestra la grabación del ataque a Eden Prime. Anderson dice que congele un fotograma y se ve claramente la nave segadora. En ese momento, Nilus, un turiano Espectro (el cuerpo de élite), tiene un leve pálpito en los maxilares inferiores de su rostro exoesquelético. Es una muestra de temor de una raza que no puede expresar las emociones de la misma forma que los humanos. Y también algo que demuestra que BioWare sabía muy bien lo que estaba haciendo cuando creó la saga Mass Effect.

Quizá me lo queráis debatir, pero Mass Effect es de los mejores ejemplos que vienen a la cabeza cuando hablamos de ciencia-ficción bien construida en los videojuegos. Fue una juego todoterreno que se acercaba más a la literatura del género que a usarlo como telón de fondo porque es atractivo (que era lo que muchos videojuegos estaban haciendo). Para ello, se hizo una construcción de mundo abismal. Tanto es así que todavía puedes leer el manual del códice galáctico resumido que venía con el primer videojuego y sorprenderte. Es una space opera que no tenía problemas en establecer una línea de tiempo pseudorrealista con los acontecimientos futuros de la Tierra, incluir una nave generacional, hablar de conflictos interraciales y preguntarse nuestro lugar en el universo. Todo acompañado de tiroteos, poderes bióticos, viajes entre planetas, bailoteos y un elenco de personajes que ha pasado al recuerdo.

Como la mayoría de jugadores, sobre todo en la época, mi favorito era Mass Effect 2. Una opinión que fue cambiando con el tiempo. Sigo pensando que, como sistema de juego, es más sólido. Tiene mejor acción y disparos; y un plantel de personajes mayor a los que se le añaden misiones secundarias que se entroncan con la trama principal para incidir directamente en la misión suicida. Pero, con el tiempo y sucesivas partidas, vi que el primer Mass Effect era redondo en términos narrativos. No solo carga a sus espaldas con todo el worldbuilding más interesante y una historia más centrada en los acontecimientos de la trilogía (la de Mass Effect 2, en el gran esquema de las cosas, es menos relevante), sino que muchos de sus personajes más icónicos ya estaban aquí; las decisiones morales que plantean todas las misiones son muy interesantes; y la banda sonora me gusta más. Todavía recuerdo el documental en el que mostraban como ese icónico sonido que anuncia la llegada de los segadores se hizo con una tapa de un contenedor de basura oxidado. Pero son las decisiones que hay que tomar, como la de la reina rachni, la de Wrex, y la de Kaidan y Ashley, por ser poco específico, las que más recuerdo de toda la trilogía. El guion de Drew Karpyshyn trabajando en solitario me sigue pareciendo más consistente y de esos que si los llevaras al papel, en una novela, funcionaría igual de bien.

Mass Effect es de los mejores ejemplos de ciencia-ficción bien construida en los videojuegos

Volver a Mass Effect 3 es más extraño. Mientras que con los dos primeros las sensaciones son parecidas a las de encontrarse con un viejo amigo, con la última parte es difícil quitar todo ese halo de expectativas, decepciones y polémica que provocó su final. Pero siempre he sido de esos que no echan por tierra el camino por una recta final mediocre, o mala (Perdidos, Juego de Tronos) y lo mismo ocurre con Mass Effect. Sí se nota menos inspirado, con un intento de emotividad y trascendencia que algún día deberíamos analizar mejor. Porque, probablemente, el problema del final de Mass Effect 3 fue el ser demasiado consciente de sí mismo y de las expectativas de los fans. Y aunque sí, había mucho fan service, era difícil no disfrutarlo. Es el más palomitero, pero también el cierre de una trilogía que en sus mejores momentos tomaba ese pulso épico que necesitaba.

Volver a Mass Effect una década más tarde

La remasterización que necesitaba la icónica trilogía PRG

Afrontar la saga a día de hoy tiene sus ventajas y sus inconvenientes. En las primeras, se encuentra el poder hacerlo al completo, sin esperas y con todo el contenido descargable que a veces daba la sensación de haber sido arrebatado, o incluso secuestrado para que pagásemos más. Pero también hay que tener en cuenta que el tiempo no pasa en balde, y como shooter es únicamente funcional, con un diseño de niveles que no es el mejor ni como RPG ni como juego de acción. Es muy fácil perdonarlo todo, porque Mass Effect es más su mundo y sus personajes que cualquier otra cosa. Y esta Mass Effect Legendary Edition es una gran forma de recuperar una trilogía que merecía una mejor conservación, ya que intentar hacerse con todos los juegos y sus contenidos en según qué plataformas era complejo.

El paquete ha sido preparado a conciencia. Desde el menú podemos ejecutar los tres juegos que están preparados para poder llevar a nuestro Shepard de uno a otro, arrastrando todas nuestras decisiones por el camino y conservando nuestra apariencia física. Pero, si solo quieres jugar a uno en particular, se apoya en los cómics de Dark Horse para poder hacer una recapitulación de los acontecimientos del anterior juego y tomar las decisiones que consideres. La apariencia estándar de Shepard femenina, que se instauró más tarde, también se ha incluido desde el original.

La remasterización que necesitaba la icónica trilogía PRG

Esta Legendary Edition convierte la trilogía en algo uniforme, más agradable

Es este primer juego el que más cambia porque es el que más había que remasterizar en lo jugable. Recuerdo que la primera vez que me puse a los mandos me quedé algo extrañado con Eden Prime, el primer planeta que visitamos en el prólogo. Mientras los personajes hablaban de ser una colonia catalogada como el pináculo de la raza humana, al recorrerlo se antojaba vacío y algo feote. Aunque la Legendary Edition no pretende ser un remake, sí que va más allá de la remasterización al uso para tocar aquí y allá lo suficiente como para darle un aspecto renovado. Eden Prime posee ahora algo más de vegetación, una iluminación más cálida, más paradisíaca, mientras que sirve como primera toma de contacto para ver que la acción también ha cambiado.

Sí, la intención del primer Mass Effect era la de mezclar el RPG con la acción. Por ello, las tiradas de dados y eventos aleatorios tenían algo de protagonismo. El ejemplo más clásico era el del rifle de francotirador, en el que no importaba solo tu puntería, porque si la tirada no acompañaba, se consideraba que habías fallado. La saga después siguió unos derroteros más enfocados a la acción y esta Legendary Edition convierte la trilogía en algo uniforme, creando un combate más parecido a las secuelas, pero, por qué no decirlo, algo más agradable. Al fin y al cabo, la saga siempre quiso ser más directa que adaptar el rol de lápiz y papel. Aun así, los más puristas tienen la opción de usar el combate clásico, si así lo desean. En la versión retocada, los niveles cambian, reduciéndose del 1 al 30, para sentir más una cierta progresión en el juego, accediendo antes a algunas mejoras que llegan con cada nivel. Aun así, los más puristas tienen la opción de usar el sistema de niveles clásico, si así lo desean.

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La remasterización que necesitaba la icónica trilogía PRG

No hay duda de que Mass Effect 1 tiene los mayores cambios de la saga. Creo que era un juego era muy avanzado para su tiempo, cuando llegó en 2007, con una generación incipiente a la que todavía no se había exprimido todo su potencia. Se usaron todo tipo de triquiñuelas, como muros que ocultaban distancias de dibujado y tuvieron que restar detalle en ciertos mundos para poder mostrarlos en pantalla. Esta remasterización, en líneas generales, creo que toma buenas decisiones. Elimina parte del diseño que afectaba a lo estético ya que ahora puede cargar perfectamente las distancias, y retoca y refuerza algunos niveles para tener más consistencia. Sí, alguna vez que otra puede cargarse un tipo de iluminación o alterar sus colores, o abusar del efecto flare, pero no lo considero excesivamente grave. Quizá se podía haber trabajado un poco más en renovar las animaciones, ya que esa forma en la que se mueven los ojos de los personajes al hablar, a veces recuerda a los bugs de Mass Effect Andromeda.

La parte técnica es la que puedes esperar: el juego va desde los 1080p a las 4K y desde los 30fps a los 240 en función de la versión y del modo escogido. La cuestión es qué máquina tienes. Si es de nueva generación, olvídate. Tienes unos 4K/60 perfectos para disfrutar de la trilogía sin problemas, aunque tienes también la opción de 120 frames por segundo con una resolución más baja en Xbox Series X, 1440p. Mientras que en las consolas base puedes moverlos a 1080p60, y las intermedias a 4K30 o 1440p60. Los tiempos de carga también se han mejorado. Para PC, versión que no hemos visto todavía, se prometió la posibilidad de llegar a unos 240FPS, pero todas las versiones hacen gala de una cuidada renovada iluminación. Tanto las cargas tradicionales como los famosos ascensores, en los que ahora irán tan rápido que tendrás que saltar el diálogo que se utilizaba a modo de espera si quieres abandonarlo antes.

La remasterización que necesitaba la icónica trilogía PRG

Como decía antes, es Mass Effect 1 el que más cambios se ha llevado. Sus secuelas han recibido más calibraciones en el gameplay. Sobre todo, en lo que respecta a la cámara y el manejo de armas o elementos jugables y de inventario; pero no podemos olvidarnos del famoso Mako. El control en el primer juego de nuestro vehículo de exploración fue muy sonado por sus particulares físicas y un control algo tosco, que aquí también se ha unificado para parecerse más al de los siguientes juegos. Por último, se ha añadido un modo foto con las opciones habituales que encontramos en estos modos.

Casi todos los DLC estaban destinados a ser jugados después de la aventura principal, pero ahora se han integrado en la historia

Con los DLCs sucede algo interesante. Casi todos los contenidos descargables estaban destinados a ser jugados después de la aventura principal, pero ahora se han integrado en la historia para dar una mayor cohesión y naturalidad a la hora de encontrarnos con las nuevas misiones y personajes. La cantidad de contenido adicional que tienes disponible es inmensa para los tres juegos, algo en lo que sus secuelas incidieron muchísimo con DLCs como La Guarida del Corredor Sombrío, Overlord, Leviatán, De las Cenizas o Ciudadela (una maravilla de fan-service), y personajes que se añadían a tu equipo como Kasumi, Zaeed o Javik. Una redención en toda regla, ya que la de veces que había que pasar por caja para poder disfrutar de partes importantes de la trilogía llegaba a ser cuestionable (sobre todo con Javik). Se ha perdido Estación Pináculo, de Mass Effect 1. Y cuando digo perdido, lo digo literalmente: BioWare encontró que el código de este DLC estaba corrupto. Aunque es una prueba más a la falta de preservación del videojuego que acusa nuestra industria, al menos podemos decir que, por suerte, no era el más relevante. Pero, en definitiva, poder jugar con todos los DLCs es un gran incentivo, ya que no todos los jugadores pudieron hacerlo, y menos aún en un orden correcto. Es la mejor forma de tener toda la colección; mucho mejor que mis adoradas ediciones coleccionista que me miran en la estantería sabiendo que nunca tuvieron ediciones completas.

La remasterización que necesitaba la icónica trilogía PRG

Creo que es imposible no ver el hito que supuso esta trilogía incluso desde los estándares modernos

Reconozco que cuando se empezó a rumorear la llegada de una edición remasterizada de Mass Effect, tuve miedo. La nostalgia es muy traicionera y a menudo nos hace defender cosas que amamos intensamente en el pasado, pero que, revisadas, pueden haber envejecido un poco (o a lo mejor envejecemos solo nosotros). Pero mi primera toma de contacto con Mass Effect 1 me hizo darme cuenta de que este juego se sostiene mucho mejor de lo que pensaba. El guion de Drew Karpyshyn es sólido porque está trabajado desde una construcción de mundo inmensa en el pináculo de BioWare antes de su descenso y su posterior caída. Si tengo que elegir, el primer juego es la mejor historia. Mass Effect 2 tiene grandes misiones secundarias, que profundizan en los personajes y lo enlaza toda con su famosa misión suicida, pero su trama principal es menos relevante, algo más expositiva, añadiendo a los recolectores y perdiendo un poco esa sensación de peligro inminente que presentó el primero y retoma el tercero. Y Mass Effect 3 rescata esa inminencia, eleva las apuestas y lo hace todo épico y espectacular, como todo final de trilogía; pero (ese gran pero) el final es difícil de encajar. Quizá, como decía antes, por las expectativas. Quizá porque parte del equipo se había ido marchando de una BioWare cada vez más metida en la maquinaria de EA, entre ellos el propio Karpyshyn. Pero en cómputos globales, cuando inviertas 100 horas en ella con todos sus DLCs, creo que es imposible no ver el hito que supuso esta trilogía incluso desde los estándares modernos. En su momento, supimos que tardaríamos en volver a ver una aventura espacial como Mass Effect. Casi una década desde su finalización, me atrevería a decir que todavía no lo hemos hecho.

El remaster que merecía

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Por: El equipo de 3DJuegos
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Mass Effect Legendary Edition forma parte de esas remasterizaciones que van mucho más allá de los mínimos. Se nota que ha habido un trabajo con el mimo suficiente que se merecía la icónica trilogía. Se ha hecho mucho trabajo gráfico, pero no solo se queda ahí. Toca y retoca esquemas de control, de juego, calibraciones de todo tipo e incluso busca reforzar escenarios más vacíos o que se construyeron así por limitaciones técnicas. Sigue siendo hijo de su tiempo, con un combate que se fue mejorando, pero que resulta poco fluido y unos diseños de niveles en sus mazmorras algo sencillos. Importa poco, la verdad, cuando te ves absorbido por su mundo, su historia y sus personajes. Además, incluye (casi) todos los contenidos descargables de los tres juegos, mejorando su aparición en la aventura principal. No hay mejor oportunidad para entrar en él si lo dejaste escapar, y de repasarlo de nuevo si ya lo jugaste.

Comprar Mass Effect: Legendary Edition
5 Cosas que debes saber:
  • Una remasterización cuidada que va más allá de lo tradicional, para añadir cambios gráficos y jugables.
  • Una construcción de mundo excelsa, con una trama absorbente y personajes que quedan en el recuerdo.
  • Buena presentación con opciones para transferir partidas o empezar cualquier juego resumiendo decisiones.
  • La inclusión de casi todos los DLCs y la forma de integrarlos con naturalidad.
  • El combate no es su fuerte, aunque fue ganando consistencia y el diseños de mazmorras es bastante sencillo.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 70 horas (100 horas con DLCs)
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