Los juegos de rol de talante japonés siguen reverdeciendo viejos laureles. Y lo hacen gracias a la llegada mensual de un buen puñado de títulos de esa misma categoría, obras como la que acaba de firmar el estudio Lancarse, el cual está conformado por antiguos miembros del staff de esa gran franquicia que es Shin Megami Tensei.
Gracias a las últimas entregas, las cuales son especialmente buenas en mi opinión, las franquicias de Atlus Shin Megami Tensei y Persona (el spin-off de la primera) han conseguido acaparar la atención de multitud de seguidores de esta clase de aventuras JRPG. Un grupo de usuarios que debería probar esta nueva obra del estudio Lancarse, Monark. ¿Y por qué? Pues porque ha sido concebida por antiguos miembros que participaron en la creación de SMT, y eso se deja notar en diversos elementos. Eso sí, también debo adelantar que el juego que nos ocupa no alcanza (de hecho, ni se acerca) a la perfección lograda tanto en Persona 5 (y Persona 5 Royal) como en Shin Megami Tensei V, dos de los mejores JRPGs de los aparecidos en los últimos años. Pero a pesar de eso, sigue siendo un título bastante disfrutable y muy extenso.
La historia nos traslada al centro japonés Shin Mikado Academy, una escuela en la que tiene lugar un fenómeno extraño y sobrenatural que da pie a todo lo que tiene que ver con la narrativa. Una niebla se ha adueñado de prácticamente la totalidad del recinto, y una extraña barrera impide la entrada y salida a las instalaciones, por lo que todos los estudiantes se han visto retenidos en su interior… y eso incluye al protagonista. Recurriendo a un cliché muy habitual en este tipo de obras, dicho personaje (al cual podemos bautizar con el nombre que deseemos) ha perdido la memoria, por lo que nos toca acompañarle en su odisea para conseguir que vaya recobrando su memoria… entre otros muchos otros objetivos.
Al igual que sucede en otros títulos de este mismo estilo, la jugabilidad que posee Monark acapara todos los elementos tradicionales del género. La interacción con decenas de personajes que van desfilando a lo largo de la aventura es una de nuestras tareas primordiales, dado que es un juego que acumula una gran cantidad de diálogos. Y en este punto es necesario advertir que dichas charlas no han sido traducidas a nuestro idioma, encontrándose únicamente en inglés, hecho que seguramente no será bien recibido por aquellos usuarios que no dominen dicho idioma.
Un viaje entre dos mundos
La aventura tiene lugar en el interior del citado colegio Shin Mikado, pudiendo desplazarnos de una zona a otra a medida que progresamos. Unos fondos que, honestamente, a veces cuesta distinguir unos de otros. Y para agilizar las cosas, podemos usar los viajes rápidos desde ciertos puntos hasta otros que ya hayamos visitado previamente. Pero uno de los aspectos más interesantes tiene que ver con la posibilidad de ir a parar a una realidad alternativa (y bastante siniestra) llamada Otherworld. Este mundo está habitado por unos monstruos llamados Daemons (los hay de todo tipo), unos seres comandados por los llamados Pactbearers, los principales responsables del desaguisado y a los que debemos eliminar a lo largo de las casi incontables horas (más de 50 o 60) que es necesario invertir para llegar a uno de los diversos finales que alberga el juego.
Además de esta duración tan extensa, se trata de una obra muy rejugable. Y es que en función de los personajes que decidamos que nos acompañen, tomaremos algunas “rutas” diferentes. Por esto mismo, si queréis exprimir a conciencia todo lo que nos ofrece esta producción, ya podéis ir despejando vuestra agenda durante bastantes semanas.
Las llamadas de teléfono son las que nos permiten visitar el mencionado Otherworld, lugar en el que es necesario encarar las batallas correspondientes, incluyendo los clásicos combates contra jefes finales. Estos enfrentamientos tienen lugar por turnos y resultan bastante tácticos, pudiendo efectuar numerosas acciones durante los mismos. Gozamos de cierta capacidad de movimiento determinada por la movilidad de cada personaje, y la colocación de los mismos (así como la de los adversarios) sobre el campo de batalla adquiere bastante relevancia. El problema es que a medida que transcurre la aventura, las contiendas van perdiendo frescura, y en algunos casos acaban siendo meros trámites.
Durante las peleas es posible realizar acciones especiales que llevan por nombre Arts y Authorities. Las primeras son ataques más poderosos que, como moneda de cambio, nos cuestan parte de nuestros puntos de vida. Y por su parte, las habilidades Authorities nos permiten usar magia para potenciar nuestros ataques, recuperar salud y demás acciones a cambio de incrementar el medidor de locura (Madness) de nuestro personaje. Esta curiosa característica aporta más salsa al juego en su conjunto, dado que cuando uno de los protagonistas (o enemigos) se vuelve loco, este pierde el control durante varios turnos en los cuales ve potenciado su poder mientras ataca como un pollo sin cabeza… para, después, besar la lona. Una mecánica que aporta personalidad al título pero que, como sucede con los combates en sí, termina perdiendo gracia al cabo de las horas.
La jugabilidad de Monark es densa y bastante lenta, sobre todo durante las primeras horas
También hay lugar para pequeños puzles, aunque más que rompecabezas en sí son pequeñas trabas que es necesario ir resolviendo de cuando en cuando para conseguir alcanzar una nueva zona de los escenarios. Dar con un código, acceder a una cuenta de email, conseguir que un personaje nos deje pasar y demás tareas son algunos ejemplos de ello, siendo necesario investigar bien los fondos para dar con objetos o personajes que nos aportan información clave. Y en algunos casos, la solución a dichos problemas son bastante complicados de dilucidar…
La mejora de las habilidades de los personajes está ligada a un recurso muy concreto, el espíritu, el cual también actúa como la moneda del juego. A medida que eliminamos demonios vamos acaparando más cantidad de espíritu, el cual nos permite ir aprendiendo nuevas aptitudes en el correspondiente árbol de habilidades y, también, potenciando las estadísticas de los personajes. Es decir, que a medida que los protagonistas asimilan nuevas acciones, también van volviéndose más poderosos, un toque bastante original.
La jugabilidad que ofrece Monark es densa y bastante lenta, sobre todo durante las primeras horas, las cuales pueden resultar demasiado “pesadas” para aquellos que no estén acostumbrados a este tipo de JRPGs. El diseño de cada una de las “mazmorras” tampoco es que sea el mejor que he experimentado nunca en un título de estas características, pero el hecho de poder visitarlas en el orden que desee el jugador es un punto a su favor. Las batallas resultan bastante tácticas y, de inicio, se hacen bastante entretenidas, pero a la larga cansan un poco y se tornan reiterativas… y bastante complicadas en ocasiones, dado que en ciertos momentos me he encontrado con picos de dificultad bastante pronunciados. Pero a pesar de no ser perfecto, es una aventura disfrutable si sabes lo que ofrece y, por supuesto, si se domina el inglés, dado que como ya he mencionado, en el juego aparece mucho texto en dicho idioma.
Para terminar y centrándonos en su vertiente técnica, lo cierto es que no hay mucho que destacar. Estamos ante una obra bastante humilde, y eso se deja notar de manera especial en su acabado visual. Si bien su línea estética es bastante acertada y el aspecto que muestran los monstruos no está mal, la sensación que transmite Monark en ese sentido es la de estar ante un juego perteneciente a pasadas generaciones de consolas. Texturas, carga poligonal, efectos especiales, animaciones y demás elementos se muestran claramente desfasados, aunque por fortuna ninguno de ellos afecta lo más mínimo a la vertiente jugable.
En contraposición, el sonido está bastante más trabajado en general, destacando tanto el doblaje dual de las voces de los personajes (inglés y japonés) como la banda sonora, que lleva la firma de Tsukasa Masuko (Macco).
Se nota a la legua la influencia de la saga de Atlus Shin Megami Tensei en esta nueva producción JRPG. Se trata de una obra bastante similar en muchos de sus conceptos básicos, desde su predisposición jugable a su ambientación y línea estética. Esta falta de originalidad ha sido suplida por una jugabilidad atractiva y bien perfilada así como por una historia que, dejando de lado bastantes clichés, resulta atrayente. Una aventura que posee un elenco de personajes amplio aunque poco interesante, una ambientación estimable y un notable apartado sonoro… si bien al tratarse de una obra humilde, sus valores de producción son bastante modestos.
Comprar Monark- La aventura tiene lugar a caballo entre dos zonas principales: la escuela Shin Mikado y el Otherworld.
- Sus creadores, Lancarse, son desarrolladores de la saga Shin Megami Tensei.
- Se estrenó hace unos meses en Japón, donde fue bien recibido por la crítica.
- Los combates tienen lugar por turnos y son bastante tácticos, aunque acaban resultando algo monótonos al cabo del tiempo.
- Desgraciadamente, el juego no ha sido traducido y los textos están en inglés (voces en inglés y japonés).
