La reconocida serie estratégica Anno se lanza a la conquista de un nuevo mundo, Nintendo Wii. En su camino encontrará sus reconocidas huellas: gestión de recursos, clase, estilo y una pizca de contenido histórico. ¿La novedad? Su modo de conquista. Adaptarse con éxito a los jugadores de Wii y su control.
La serie ANNO ha demostrado durante la última década su gran habilidad para combinar gestión económica y territorial en un videojuego que añade a la mezcla una pizca de contenido histórico. La conocida saga no ha podido dar antes el salto a consolas por la sencilla razón de no contar con un control adecuado, si bien es cierto que hace dos años Nintendo DS se benefició de la entrega ANNO 1701 dejando al lápiz táctil como protagonista.
Ahora tanto para la mencionada NDS como para Wii ha llegado este ANNO: La creación de un nuevo mundo, un título que simplifica las benevolencias del recién estrenado en PC ANNO 1404. Esta versión para Wii, tal como hemos dicho, simplifica el juego de PC para adaptarlo tanto al control de la consola como a sus requisitos técnicos, presentando un videojuego que se aleja de complicadas labores de gestión en beneficio de ejecución rápida sin demasiados pasos intermedios.
En busca de la felicidad
Anno: La creación de un nuevo mundo nos pone en la piel de uno de los hijos del Rey de unas tierras castigadas por la sequía y la falta de fertilidad. Nuestra misión es descubrir nuevo mundo y colonizarlo para abastecer de alimentos a nuestro castigado pueblo que se enfrenta a una ola de catástrofes de difícil solución. Para empezar, el juego nos propone desenvolvernos bajo dos modos de juego distintos: el modo campaña y el modo sin fin.
El modo campaña consta de 7 capítulos con varias escenas cada uno, y con una duración que se acentúa conforme avanzamos. Este modo actúa de principio a fin como un largo tutorial, aprendiendo a realizar un trabajo determinado en cada uno de ellos para combinarlos finalmente todos en las fases más avanzadas. En lo referente a crear una ciudad no nos llevará más de 10 minutos, aunque mantenerla y hacerla crecer ya es otra historia. El Wiimote actúa a modo de puntero en la pantalla, dando una increíble facilidad de manejo que poco tiene que envidiar el teclado y ratón del PC. Su combinación con la palanca del wiimote nos proporcionará un eficaz sistema control.
Con estos sencillos controles, que se aprenden de forma natural, podremos crear rápidamente un pueblo con sus casas, sus caminos, su almacén, su mercado y granjas para hacerlo funcionar y que se nutra de nuevos huéspedes. Los distintos habitantes de nuestra recién creada ciudad tendrán un nivel social determinado, diferenciándose cinco: pioneros, colonos, ciudadanos, patricios y aristócratas. Cada nivel de civilización puede conseguirse cumpliendo una serie de requisitos tales como construir una iglesia en un vecindario, ordenar el cultivo de un alimento en particular o bien dar un tipo de ocio a una de las clases más exigentes. Cumplir sus demandas nos hará gastar dinero, pero eso nos va a permitir hacer una ciudad más prospera y jugar con los impuestos, nuestra principal fuente de ingresos.
A cada clase de residente se le puede exigir un tipo de impuesto distinto, ya que no es normal que pague lo mismo un simple colono que un aristócrata que demanda más cosas. Si el nivel de la ciudad es alto y su prosperidad también, podemos mantener los impuestos en lo más alto para no vernos obligados, en el caso contrario, a tener que pedir un crédito al rey.
Conquista de un nuevo mundo
Otra de las esencias de la serie es, llegado el momento, descubrir un nuevo mundo. Para ello debemos encomendarnos a la búsqueda de nuevas islas que sean fértiles para un tipo determinado de cultivo, ya que las exigencias de nuestro pueblo irán creciendo y los tributos que deberemos pagar al Rey serán más exigentes. En esta versión para Wii no necesitaremos mayor complicación que maniobrar un barco de exploración hacía otra isla y crear, ya en nueva tierra, un almacén. A partir de ahí, como los recursos se comparten entre islas, no nos molestaremos en crear los mismos edificios, sólo en potenciar las plantaciones y las labores principales de nuestra colonización, pudiendo abandonar la isla tras haber conseguido nuestro objetivo.
Por otra parte, no todo en la serie ANNO es sólo asentarse y vivir apaciblemente, de hecho también surgirán enemigos a derrotar si se entrometen demasiado en nuestros asuntos. Crear un ejército de hombres es tan sencillo como tener nuestro barracón y entrenar a las unidades, posicionándolos en astilleros o almacenes para evitar la entrada del enemigo. También podemos subirlos en barcos de guerra y visitar otras islas enemigas para hacernos con ellas, donde además podremos construir un asentamiento allí sin más.
Cada escenario tiene una serie de misiones que cumplir, aunque podemos optar por trabajos secundarios como pueden ser la recolección de cofres del tesoro si compramos sus mapas o incluso el desbloqueo de logros. Estos logros nos otorgarán cartas marítimas para desbloquear partes del escenario inaccesibles en un principio, donde encontraremos nuevas islas o especialistas. Los logros van desde reunir X cantidad de recursos hasta llegar a un nivel social determinado o bien descubrir una cantidad dada de tesoros.
Un papel importante en la aventura lo desempeñan los mencionados especialistas, barcos gobernados por un personaje capaz de dar un impulso a nuestra civilización. Al encontrarlo y convencerle de que se una a nosotros, podremos invitarle a que se establezca en alguna de nuestras islas para que, de forma automática, nos favorezca con una característica especial: mayor fertilidad de nuestra tierra o un aumento de las riquezas en general.
No estamos solos
El otro modo de juego llamado modo libre o modo sin fin, nos permitirá, sin tutoriales de por medio, crear una partida a nuestra medida. Los parámetros a definir van desde el tamaño del escenario, el número de islas, el porcentaje de catástrofes o la habilidad de nuestros enemigos. Aquí pondremos en práctica todo lo aprendido en el modo campaña anterior que puede superar las 20 horas fácilmente.
En esta ocasión se ha apostado por ofrecer un aspecto gráfico que recoge el testigo de los dibujos animados, apartándose de ese carácter de trazo serio visto en ANNO 1404 para PC. Ni que decir que se complementa a la perfección con la sutileza y sencillez que desprende el juego, y con las acertadas escenas introductorias. Lo que parece incomprensible, tras ver la versión de PC, es que en la versión de Wii tengamos un juego con voces en inglés, francés o alemán, pero no en castellano, debiéndonos conformar con unos subtítulos en nuestro idioma para seguir el hilo argumental.
El título se acaba haciendo muy largo, con muchas horas de juego por delante, y de hecho apuesta por la experiencia infinita en su modo sin fin donde además un segundo jugador puede acompañarnos en las tareas de gestión y construcción.
ANNO: La creación de un nuevo mundo simplifica el reciente juego aparecido en PC y coloniza Wii de una manera notable en cada uno de sus aspectos. Que sea un juego simplificado no quiere decir que sea peor, sino que se ha adaptado al público mayoritario de la consola y complementado con la capacidad técnica de Wii. Un juego tan adictivo como sorprendente en varias facetas que funciona a la perfección gracias al control y a la buena compenetración llevada en todas las líneas. Uno de los pocos -y mejores- juegos de estrategia que se pueden encontrar en el catálogo de la consola.
Comprar ANNO: La Creación de un Nuevo Mundo