Nintendo nos invita a regresar al pasado con el renacimiento del clásico Excitebike, título que trae todo lo inolvidable del original y se aprovecha de la jugabilidad e infraestructura online de Wii. Como resultado tenemos una de las experiencias más enriquecedoras del catálogo. Melancolía y diversión se fusionan en un renovado clásico en pequeñas proporciones.
El catálogo de WiiWare poco a poco se va nutriendo de títulos imprescindibles como World of Goo, Swords & Soldiers, Lost Winds: Winter of the Melodias o el reciente Max & the Magic Maker, todos juegos de tremenda calidad. Pero en el catálogo había una carencia, y era la conducción, un género tan antiguo como insaciable y que logra crear las cotas de diversión más altas gracias a la competitividad que destila. ExciteBike: World Championship es el juego que necesitaba el catálogo, un homenaje al pasado de Nintendo, un guiño a muchos jugadores y una demanda por saciar.
El comienzo de la serie
Muchos de nuestros lectores -sobre todo los de la generación de mediados de los ochenta-, habrán crecido con los sistemas de 8 bits, con la viva representación de la NES. Habría que remontarse a uno de esos primeros exponentes inolvidables que sacó Nintendo en su primera consola de sobremesa para entender la situación, porque Excitebike existe desde aquel lejano 1984 cuando saliera la primera versión del juego en Japón -1986 en nuestro país-. Un juego que bajo una apariencia sencilla escondía el pistoletazo directo hacia la diversión por el camino más corto, y que triunfó a pesar de la dificultad del título. Su característica primordial es que ofrecía lo que se valoraba más en aquella época: una cuidada creatividad que daba una diversión sin precedentes. Lo anterior se valoraba mucho más gracias a que además permitía que el propio jugador se sumara creando sus propios circuitos, algo que en esa época era visto como un gran aliciente.
Desde siempre un gran número de jugadores se han preguntado porqué Nintendo no ha aprovechado más aquella franquicia que nació para triunfar, si bien es cierto que en Japón sí que tuvo una continuidad posterior. Aunque en occidente resulte desconocido, hay que señalar que salieron otras versiones del juego con el nombre Vs. Excitebike, tanto para arcade como para la Famicom Disk System, un periférico que no llegó a salir de Japón y que se apoyaba en disquetes de doble cara en lugar de cartuchos comunes. Ya en la etapa de Super Nintendo, la propia Nintendo probó con otro periférico llamado Satellaview, un satmodem que se acoplaba a Super Famicom y que ofrecía experiencias adicionales para los juegos del momento. En este periférico salió un remake del primer Excitebike pero con los propios personajes de Nintendo sobre las motos.
Pero mucho tuvimos que esperar los europeos para recibir otra entrega de Excitebike, y es que desde 1986 la franquicia había desaparecido por estos lugares. Fue con la Nintendo 64 en el 2001 cuando Left Field Productions (NBA Courtside) -en aquellos momentos Nintendo tenía participaciones sobre el estudio-, sacó ExciteBike 64, un juego que no trató de ser ningún remake pero que consiguió devolver a la vida a la serie tras un vacío generacional importante. Más recientemente con Wii han aparecido dos secuelas espirituales creadas por Monster Games: Excite Trucks y ExciteBots que bien podrían enseñar a Nintendo cómo adaptar un nuevo Excitebike a los tiempos actuales. Son sus mismos creadores los encargados de realizar este remake en WiiWare, un juego que hereda absolutamente todo del original y que lo combina con ciertas características jugables y técnicas inherentes de la consola de Nintendo.
Un campeonato de pequeñas proporciones
Conviene señalar el límite de memoria que Nintendo tiene para estos juegos de Wiiware y que se proyecta sobre los distintos contenidos del juego. Por ello Excitebike: World Championship no es una excepción y se nota en los escasos y sencillos modos de juego que presenta. La sencilla interfaz nos ofrece un modo campeonato con cuatro tipos de copa de cuatro circuitos cada una. Los circuitos intentan representar distintos países y ciudades del mundo, con ciertos cambios en el diseño; y nuestro objetivo es superar todos los obstáculos presentes por el circuito llegando a la meta en el menor tiempo posible y superando el tiempo base impuesto. El protagonismo de los demás corredores es meramente anecdótico y únicamente entorpecerán nuestra labor sobre la moto, porque en el resultado final de carrera no tienen relevancia alguna.
Dependiendo del tiempo que hagamos al finalizar los circuitos obtendremos un rango que va desde la S -el mejor- hasta el D -el peor-. Para desbloquear la siguiente copa debemos conseguir un mínimo de una B en cada circuito. El hecho de mejorar nuestras puntuaciones nos permitirá optar a nuevos diseños (básicamente colores) para la moto. La rejugabilidad del título se basa en la superación de tiempos y en la consecución de los distintos rangos. El modo campeonato tiene una duración de apenas dos horas para un jugador experimentado con la serie, y es que todo el peso del juego recae sobre el multijugador online, el verdadero motor del título.
Un genuino heredero del clásico
Pero, ¿qué diferencias jugables encontramos respecto a la versión original de NES? Obviando que ahora el juego luce en 3D, el aspecto jugable es el punto más importante en la comparación. Monster Games ha optado por mantener la esencia del original, con un botón para acelerar y otro para el turbo. Un turbo que al usarlo hará que nuestro motor se sobrecaliente y que nos obligue a pasar por unas flechas situadas en el circuito para refrigerarlo, igualito que el de NES. También seguiremos haciendo los pertinentes caballitos sobre la moto para tomar mejor los distintos obstáculos o para pasar por encima de nuestros rivales.
Como novedad destaca la posibilidad de recibir un pequeño impulso si sabemos aterrizar bien sobre el terreno, para que también los jugadores más técnicos se vean favorecidos. Además, a la hora de caernos en la versión original se nos hacía pulsar repetidamente un botón para que el corredor fuera hacia la moto, aquí simplemente agitaremos el wiimote para que la secuencia se acelere y perdamos el menor tiempo posible. En esencia se trata del mismo control pero con ligeros retoques para los tiempos actuales.
Cabe mencionar que el juego nos invita a adoptar dos tipos de control: el moderno y el clásico. Con el moderno debemos girar el propio wiimote para enderezar la moto en el aire y para hacer los caballitos. Con el control clásico todo se hace con la cruceta. El Wiimote debe ponerse de forma horizontal, en ningún momento necesitaremos un nunchuk para jugar.
Un online impagable
Pero, como dijimos, es el modo multijugador online el verdadero aliciente del título. El juego nos ofrece la posibilidad de disputar carreras con amigos o con cualquier jugador del globo con hasta cuatro jugadores compitiendo por los alocados circuitos. Es aquí donde la diversión alcanza las cotas más altas, ya que la rivalidad y la competición alcanzan unos niveles poco vistos en otros juegos. Sin embargo, no se ha incluido ningún tipo de multijugador local, lo que sin duda es uno de los puntos oscuros de este remake y algo impensable viendo el contenido online que sí se ofrece.
Como ya ocurría en el juego original, el editor de niveles sigue estando presente, en esta ocasión bastante más complicado de manejar y que puede dar ciertas dificultades para entenderlo en un primer momento. Lo positivo del tema es que podemos enviar estos circuitos a cualquiera de nuestros amigos para invitarles a que lo superen.
Tanto los gráficos como el sonido guardan una intencionada visión de homenaje al juego original, aunque en esta ocasión los primeros están en 3D pero apostando por el consabido desarrollo en horizontal, variando su perspectiva pulsando el botón A. Las músicas cambian respecto a las distintas localizaciones, aunque quedan como una mera anécdota por la escasa diferenciación que sufren durante el juego.
Excitebike: World Challenge es un homenaje tanto al juego original como a aquellos jugadores clásicos. A pesar de la limitación de memoria en su concepción de juego WiiWare se nos ofrece un modesto campeonato, un interesante editor de circuitos y un apasionante modo online, aunque sin multijugador local. Obviando las carencias técnicas de la propuesta, sí que consigue su propósito de despertar sentimientos, ofrecer sencillez y darnos una diversión casi inagotable bajo un producto de los de antes, con creatividad como principal garantía.
