Kasumi ya está aquí, y con ella no sólo un nuevo personaje para nuestro grupo de héroes, sino también una aventura a la altura de lo esperado. Infíltrate, roba y asesina porque ya sabes… en el universo de Mass Effect un favor se paga con otro.
Tras varios contenidos descargables de diverso interés, pero todos ellos gratuitos, Mass Effect 2 se enfrenta a la prueba de fuego de todo gran lanzamiento de los últimos años: Su salto a los DLC de pago. Kasumi: La Memoria Robada cumple con nota en este sentido, ofreciendo cerca de una hora de jugabilidad, así como un nuevo personaje y un arma SMG inédita.
BioWare vuelve a demostrar que prolongando la vida de sus videojuegos es también un estudio de gran maestría, y nos brinda con este añadido una expansión francamente notable. Suplantación de identidad, infiltración en cámaras de seguridad, robo… Lo que hay que hacer para salvar la galaxia.
Honor Entre Ladrones
Kasumi: La Memoria Robada da comienzo con un secretista mensaje en nuestro PDA que nos emplaza a citarnos en la ciudadela con Kasumi, una conocida ladrona del universo Mass Effect. Tras ponernos en contacto con ella mediante un anuncio publicitario pirateado nos contará que, para ayudarnos en nuestra causa uniéndose a nosotros, debemos en primera instancia ayudarla a ella.
¿La misión? Un conocido mercenario posee en su mansión algo que Kasumi ansía, y en una misión que no se parece mucho a lo que es Mass Effect 2, deberemos renunciar a nuestros compañeros de fatigas e infiltrarnos en la mansión del magnate del terror con la única ayuda de la experta Kasumi para hacernos pasar por un imaginario fuera de la ley.
Lo mejor de esta expansión es su interés por separarse de lo visto en Mass Effect 2. Principalmente porque la parte de la suplantación de identidad y la investigación y exploración de la mansión de Hock son partes francamente interesantes. Deberemos hacernos con una serie de elementos para poder sortear las medidas de seguridad, y ésta acaba resultando la parte más interesante de todo el DLC, con una serie de acciones simples pero ingeniosas para recoger una grabación de la voz del individuo, averiguar la clave de acceso o interrumpir el circuito eléctrico y sortear las puertas de seguridad.
Más adelante el juego abandona este tono algo más pausado y da el salto a los clásicos tiroteos al más puro estilo Mass Effect, donde ya podremos probar con nuestras propias manos la nueva y poderosa Ametralladora Locust M-12 que se oculta entre la cámara de tesoros del propio Hock –mención especial a algunos de los artefactos curiosísimos que éste guarda en la sala de seguridad-.
Cabe destacar que no sólo la misión es ciertamente interesante, sino que también lo es la nueva arma y, sobre todo, la propia Kasumi. Con ella tenemos un nuevo personaje para nuestro grupo de héroes, y un utilísima figura para el combate que a buen seguro no abandonará nuestro grupo fijo en ningún momento de la partida.
Resulta chocante que, al igual que el resto de los personajes que debutan gracias a DLCs, no es posible comunicarse con Kasumi de motu propio puesto que no hay opciones de diálogo más allá de las preestablecidas, ni tan siquiera en los aposentos de ella. Esto, sin embargo, tiene sentido desde el momento en que como el resto de nuevos acompañantes las misiones de lealtad son una constante desde la descarga de los añadidos.
Nada que comentar en lo gráfico, tecnológico o sonoro, puesto que el juego cuenta con las mismas virtudes y defectos que el original en este campo. Únicamente rescatar que el añadido pesa algo más de 700 megas y que puede ser adquirido por 560 Microsoft Points.
Kasumi: La Memoria Robada es un muy interesante DLC que trae consigo una hora de juego, así como un nuevo personaje para nuestro equipo y un arma inédita. Kasumi tiene carisma, y el estilo de la jugabilidad es lo suficientemente fresco y apasionante como para no parecer más de lo mismo. Altamente recomendable para los fans de Mass Effect 2.
