Durante la pandemia, aunque ya se que es acotar demasiado, podríamos decir que hubo dos tipos de personas: los que terminaron desquiciados y los que terminaron viendo cómo su creatividad estaba más viva que nunca. Animal Crossing fue un refugio digital para muchos de nosotros, donde pudimos dar rienda suelta a ese venazo creativo que nos invadió de pronto. Además de convertirse en un refugio, lo vimos convertido en sitio de quedada con amigos, lugar de celebración de bodas... y pasarela de moda de alta costura.
Lo que empezó como una juego donde se podían, entre otras miles de cosas, compartir diseños personalizados se convirtió, casi sin quererlo, en un escaparate digital donde los grandes nombres de la moda encontraron un nuevo público en tiempos de pandemia. Jugadores de todo el mundo comenzaron a vestir a sus vecinos protagonistas con atuendos que, fuera de la pantalla, solo se encontrarían en las capitales de la moda como París, Milán o Nueva York.
Marcas como Marc Jacobs y Valentino vieron en Animal Crossing una oportunidad única: la de llegar a millones de personas, en un contexto relajado y creativo, donde la moda se convierte en un juego y en una forma más de expresión personal. Así, la alta costura desembarcó en nuestras islas virtuales llevando consigo texturas, siluetas y logotipos que se adaptaron al estilo pixelado del juego, pero sin perder ni un poquito de su reconocida identidad.
De las pasarelas al pixel art
En la primavera de 2020, en plena pandemia y con eventos presenciales cancelados, Marc Jacobs decidió apostar por lo digital. En colaboración con la cuenta de Instagram Animal Crossing Fashion Archive, dirigida por la artista visual Kara Chung, la firma adaptó seis de sus diseños reales al entorno del juego. Los resultados fueron una auténtica monada: vestidos florales, jerséis estampados y blusas oversize aparecieron en nuestras islas como una forma de llevar la moda a un espacio seguro.
Más allá del impacto visual que tuvo, lo importante fue la decisión de Marc Jacobs de "democratizar" sus prendas, ya que a través de códigos personalizados cualquier jugador podía vestir a su personaje con estos diseños, sin pagar nada. Lo que normalmente es inaccesible para muchos —efectivamente, para mi también— se volvió algo normal en el mundo digital. Esta estrategia no solo reforzó la imagen de la marca como innovadora, sino que también les abrió un nuevo canal de comunicación con las generaciones más jóvenes, que descubren la moda desde la pantalla.
Poco después, Valentino se sumó a esta revolución digital subiendo la apuesta de Marc Jacobs. La marca italiana presentó una colección de 20 piezas inspiradas en sus líneas Primavera/Verano y Pre-Otoño 2020. Los diseños, que estaban repletos de colores, formas geométricas bastante atrevidas y referencias artísticas sutiles, fueron cuidadosamente adaptados para respetar la estética del juego sin perder la esencia de la marca. Desde vestidos hasta prendas deportivas reinterpretadas, sus atuendos demostraban que la elegancia podía convivir con el lenguaje de Animal Crossing.
Hay que destacar aquí que esta iniciativa no se quedó solo en algo anecdótico, sino que fue un paso consciente hacia la exploración de nuevas formas de presentar moda en entornos virtuales. Valentino apostó por dejar que los jugadores reinterpretaran sus piezas, mezclándolas con sombreros, gafas o peinados del juego, haciendo que la ropa " de pasarela" tuviera una nueva vida a través de la personalización.
Kara Chung y la moda como lenguaje de comunidad
Gran parte del mérito de esta fusión entre moda y videojuego lo tiene Kara Chung, fotógrafa y, como decíamos hace nada, creadora de la cuenta Animal Crossing Fashion Archive. Lo que comenzó como un proyecto artístico pequeñito creció hasta convertirse en una plataforma de referencia que llamó la atención de grandes diseñadores. Gracias a su trabajo, surgió un nuevo lenguaje visual donde el estilo y la cultura pop se dieron la mano dentro del propio juego.
Su archivo se convirtió en una especie de " Vogue digital" para jugadores, donde se compartían capturas de pantalla, sesiones de fotos, desfiles virtuales y códigos de diseño. Con su apoyo, marcas como Marc Jacobs y Valentino no solo tradujeron sus prendas al formato pixelado sino que también aprendieron a moverse dentro de la lógica propia del juego, una lógica de colaboración, apertura y juego libre.
El impacto de estas colaboraciones no tardó en llegar a las redes sociales. En medio del confinamiento, Animal Crossing sirvió como escenario para desfiles virtuales, eventos de moda y encuentros que intentaban imitar el glamour de los shows presenciales. Se organizaron semanas de la moda temáticas, donde los jugadores hacían de modelos enseñando sus mejores conjuntos sobre alfombras rojas digitales, con música ambiente y decorados personalizados que intentaban hacerlo todo lo más realista posible dentro, claro, de sus limitaciones.
Lo más interesante de todo esto es que no solo participaron marcas famosas sino que diseñadores independientes, artistas visuales y estudiantes de moda también encontraron en Animal Crossing una plataforma gratuita para mostrar su trabajo. Todo esto democratizó todavía más la moda, rompiendo con las barreras tradicionales de la industria.
Una de las razones por las que estas iniciativas tuvieron tanto éxito es porque Animal Crossing permite a los jugadores construir su propio mundo y su propia historia. Aquí cada jugador decide cómo quiere vivir en su isla, desde la decoración de su casa hasta la ropa que viste.
Por tanto, ponerle a nuestro personaje un conjunto de Marc Jacobs o un abrigo de Valentino no es solo una elección estética, sino también narrativa. Refleja nuestro gusto personal, nuestro estado de ánimo e incluso las aspiraciones que, como jugadores, proyectamos a través de nuestro personaje. En un contexto donde las conexiones y el contacto humano estaban limitados, esa proyección virtual tuvo un valor emocional todavía mayor.
2025: ¿Dónde estamos ahora?
Cinco años después de aquel boom inicial, el fenómeno de la moda virtual no ha desaparecido. Aunque las colaboraciones con grandes marcas han sido menos frecuentes (también que la fiebre de Animal Crossing ha pasado), el interés por el diseño digital ha crecido. La comunidad sigue activa creando piezas inspiradas en tendencias actuales, reinterpretando colecciones recientes o incluso intentando anticipar la que será la moda real.
El hecho de que Animal Crossing: New Horizons continúe siendo actualizado con eventos temáticos, nuevos objetos y mejoras estéticas, permite que el juego se mantenga como espacio de expresión creativa, aunque hay quien dice que lo están dejando morir poco a poco (¿Veremos nueva entrega ahora que ha llegado la Switch 2?). Algunas marcas como H&M han seguido explorando la moda digital desde una perspectiva ecológica, proponiendo campañas de reciclaje y sostenibilidad que también tuvieron un espacio dentro del juego.
H&M creó una isla dentro del juego, Looop Island, para intentar reflejar sus valores sostenibles y pro reciclaje
Todo apunta a que el interés por el vestuario digital no es una moda pasajera, sino parte de un movimiento mayor que integra videojuegos, arte y cultura pop. Para muchos jugadores, los códigos de diseño (y no solo de ropa, sino también de patrones de suelos y demás) se han convertido en algo tan importante como el propio progreso del juego.
Lujo, juego y expresión
El desembarco del lujo en Animal Crossing fue mucho más que una estrategia de marketing, fue un experimento exitoso sobre cómo la moda puede adaptarse a nuevos formatos sin perder su esencia. Las islas virtuales se convirtieron en pasarelas, los jugadores en estilistas, y los personajes en modelos de una nueva era digital.
Hoy, mirar atrás y recordar aquellos primeros desfiles en plena pandemia es reconocer cómo el arte, la moda y los videojuegos encontraron un punto de encuentro totalmente inesperado. Un lugar donde, durante un tiempo, todos pudimos vestir como queríamos, sin restricciones, y con la libertad absoluta que solo un juego como este puede ofrecer. Porque en el fondo, si algo nos enseñó Animal Crossing, es que hasta el más pequeño rincón del mundo —incluso una islita digital desde el sofá de nuestra casa— puede convertirse en una capital de la moda, si le das a sus habitantes las herramientas necesarias para expresarse.
En 3DJuegos | He dejado el café y la meditación porque he encontrado algo mejor: cómo el lo-fi se ha convertido en mi lugar seguro emocional
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