En el año 2019, el lanzamiento de la plataforma Apple Arcade fue recibido con curiosidad por parte de algunos y arqueamientos de ceja por parte de otros. Apple y videojuegos nunca han ido muy de la mano y, aunque el tiempo haya ido desinflando el globo también con esta iniciativa, lo cierto es que la plataforma ha sabido dejarnos algunas pequeñas joyas.
Una de ellas es Assemble with Care, un pequeñito juego de puzles narrativo desarrollado por el estudio británico Ustwo Games, desarrolladores del también brillante Monument Valley. Aunque sus días de Apple Arcade quedaron atrás cuando dejó la plataforma a finales del año pasado, el juego ha encontrado una nueva casa de forma independiente en iOS, Android y en un port posterior a Steam.
Atención al detalle
Estamos en el pueblo ficticio de Bellariva, un lugar soleado y tranquilo en el que Maria, nuestra protagonista, es una restauradora de antigüedades que pasa el tiempo haciendo lo propio para ayudar a los habitantes. Desde nuestra primera toma de contacto, a la vez que la llegada de la protagonista al lugar, nos topamos con un juego de atmósfera y presentación exquisitas, que sabe atrapar con sus sencillas pero efectivas mecánicas.
Y es que aquí entras por la estética, pero te quedas por lo que hay dentro. Descubrir precisamente el interior de artefactos mundanos es la mecánica principal que mueve la aventura. El juego se estructura en niveles en los que vamos arreglando objetos, y cada uno de ellos es una pequeña muñeca rusa de componentes y engranajes que tendremos que saber montar y desmontar, a menudo con el uso de otras herramientas y materiales con las que nos familiarizaremos bien.
Desde un reproductor de cassettes a una estatuilla de porcelana, pasando por una consola portátil, cada uno de estos objetos es muy diferente a los demás y tiene un valor especial para sus dueños. Además de la satisfacción de resolver el pequeño puzles que supone arreglarlos, escuchar sus historias, y cómo se ponen en contraste con las propias experiencias de Maria es una de las claves del juego.
Su narrativa, como todo lo demás, es sencilla pero agradable. Cada uno de sus 13 episodios nos emplaza a arreglar un objeto diferente. En total nos llevará alrededor de una hora y media terminar esta historia que aunque no revele grandes ideas o sea especialmente memorable, es entrañable y sirve su propósito en un juego que tiene un único interés: ser una experiencia inmersiva y relajante.
Y es que hay un gran esfuerzo por parte de los desarrolladores en conseguir una jugabilidad fluida, intuitiva y atractiva para los sentidos. Los fragmentos de historia están acompañados de preciosas ilustraciones hechas a mano. Los menús son minimalistas y los controles son responsivos, con un gran ojo al detalle para lograr un gran feedback sensitivo. Trabajando con los objetos sientes cada tornillo que quitas, cada tapa que colocas o cada circuito que montas. Y ver estos artilugios reaccionando en tiempo real a los cambios que hacemos es un auténtico gustazo.
Aunque la experiencia sea perfectamente disfrutable en su versión posterior de ordenador, con un adaptado diseño horizontal que mantiene la preciosa estética, es uno de esos casos donde el móvil se siente el hogar perfecto para el juego. La pantalla vertical es ideal para su interfaz minimalista, y el control táctil se siente increíblemente responsivo e intuitivo. Sea cual sea la plataforma, las sensaciones que genera esta aventura se quedan contigo.
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