La última fantasía final de Nintendo DS se narra a dos pantallas que muestran la reinvención gráfica de un clásico con ganas de triunfar. Amor, justicia, valor, amistad... Los valores comunes de la saga se reúnen de nuevo para darnos un motivo más por el que redescubrir el poder de los cristales.
Nintendo DS sigue volcada en el arduo pero gratificante trabajo de rescatar viejas glorias. Lo hizo con Final Fantasy III y volverá a hacerlo tantas veces como sea necesario. Esto es más o menos lo que quiere demostrarnos gracias a compañías como Square Enix, dispuesta a dar a la "dual screen" un motivo realmente importante para traer una de las mejores fantasías finales de los japoneses. Concretamente, la cuarta, que vendrá con una serie de novedades que la harán prácticamente irreconocible con respecto al título que debutó hace dieciséis años en una Super Nintendo.
Sin duda, es un videojuego de otra época, pero con una trayectoria de "remakes" apreciable, ya que ha pasado por PlayStation, por Game Boy Advance e incluso por la no tan conocida WonderSwan Color. Con este historial, no era de extrañar que acabara llegando a la última portátil de Nintendo, mucho menos si tiene motivos para mejorar todo lo anterior, y es que Final Fantasy IV dejará por primera vez los gráficos bidimensionales y el conocido Modo 7 para adentrarse en unas posibilidades 3D tan reales como los simpáticos, poligonales y coloridos modelados de personajes y entornos.
Una lucha personal
Matrix Software (responsable de desarrollar el "remake" de Final Fantasy III) vuelve y lo hace manteniendo las claves jugables del videojuego original aunque mejorando el dramatismo de una historia donde el bien, el mal, el amor y la traición encuentran un sensacional vehículo de expresión en los numerosos vídeos y secuencias de introducción que pueblan la trama. La aventura de Cecil por reencontrar su camino como guerrero goza de un poder narrativo inusitado, casi tan potente como la antológica historia de amor que evoca, la cual sigue contando con un tema musical inolvidable.
Las famosas composiciones musicales que Nobuo Uematsu tuvo que terminar a altas horas de la madrugada han sido remasterizadas y llevadas a una doble pantalla que sorprenderá por la incorporación de voces (de momento, en japonés) en algunos diálogos. La factura visual y sonora hace pues claros indicios de encontrarse a un extraordinario nivel sólo superado por lo que es más importante en cualquier Final Fantasy: una mecánica de juego que presentó una gran innovación allá por el año 1991, consistente en la incorporación de un sistema de batalla inédito en los RPG.
Mismo contenido. Distinta forma.
Nos referimos al "Active Time Battle", basado en las clásicas batallas por turnos pero haciendo uso de un sistema de espera dinámico, donde no podíamos atacar hasta que una barra de energía se rellenase. De esta manera, se quitaba algo de espacio a la estrategia y a las acciones reflexionadas, pero por otro lado se ganaba en velocidad, además de que se aportaba más dinamismo a los encuentros, que hoy en día seguirán siendo aleatorios. Realmente, Final Fantasy IV no ha cambiado nada en lo que se refiere a su contenido, aunque sí vemos notables optimizaciones en la forma.
Para empezar, todos los escenarios (los pueblos, las mazmorras, los castillos, las casas...) están en tres dimensiones, incluidos los recorridos a través del mapa del mundo. Sólo hay una excepción, que corresponde a unas batallas donde, sobre un fondo prerrenderizado (aunque con síntomas de cierto movimiento), lucharán unos protagonistas bajo la forma de modelados lo suficientemente detallados como para permitirnos hablar de una más que prometedora caracterización de personajes. Cecil, Rosa y compañía no se merecían menos de acuerdo a sus profundos sentimientos y convicciones.
Preparados para recibir el “cuatro”
Con todo este montaje audiovisual no es de extrañar que la mezcla entre exploración, aventura y combates se convierta en prácticamente una nueva experiencia que sabe mantener sus señas de identidad. Esto es, en parte, porque el título ha sido supervisado por antiguas figuras que participaron en la obra original, pero hay algo más: la "dual screen". Las dos pantallas de Nintendo DS no estarán de adorno para contemplar la inspirada historia que escribió Takashi Tokita, sino que tomarán cierto protagonismo, aunque moderado, para justificar su existencia.
Nos dejarán ver vídeos a doble pantalla, nos permitirán apreciar un mapa de la zona que estemos visitando e incluso se nos dejará usar el stylus para que guiemos a nuestro personaje si es que no queremos usar la clásica cruceta digital y los botones. No pasará a la historia por hacer el mejor aprovechamiento de la pantalla táctil, pero qué duda cabe de que este juego va camino de convertirse en el mejor Final Fantasy que haya visto la "dual screen" hasta la fecha. Ya no quedan dudas de que este año el cuatro sea el número de la suerte para Square Enix. Habrá que ver si lo puede aprovechar...