Si existieran dogmas en esta industria, uno de ellos sería que Ori and the Blind Forest es de las obras más bonitas que cualquier jugador puede vivir. Ahora, a poquísimos días del lanzamiento de Will of the Wisps, hemos tenido el privilegio de aguantar las lágrimas mientras lo probábamos en Londres y venimos con un cargamento de luz y belleza, que es lo que llegará a nuestras pantallas el 11 de marzo.
No es broma: durante el evento de prueba estuvimos al borde del llanto en varias ocasiones. Pero es lo que tiene que Moon Studios haga trampas. Qué fácil es manipular nuestras emociones cuando tienes una orquesta de 72 componentes y grabas en los mismos estudios en los que nacieron bandas sonoras como las de Interestellar, Suspiria, Midsommar o, leñe, Moulin Rouge…. La saga Ori se hace mayor, vaya, y el estudio ha tomado la sabia decisión de recomponer algunos esquemas para encontrar una identidad más abierta, más clemente y más sólida. Blind Forest era un juego de plataformas, pero Will of the Wisps se acerca más a la idea clásica del "modelo metroidvania" con un sistema de combate más presente.
Esta vez tenemos armas de combate cuerpo a cuerpo, como la espada con la que comenzamos la partida, y eso hace que la sensación a la hora de enfrentarnos a los enemigos sea mucho más gratificante que antaño. Moon Studios ha optado también por liberar los botones de nuestro mando y permitirnos asignar las habilidades que queramos a cada uno. Con esto, también dejamos atrás el sistema de guardado, ese Vínculo de alma, con el que debíamos elegir si gastar nuestra energía en un punto de guardado o seguir adelante. Al parecer, según nos comentó Dan Smith, productor senior de Microsoft para el juego, el objetivo del equipo en todo momento ha sido el de afrontar abiertamente las críticas, y por ello optaron por evitarle al jugador cualquier frustración propiciada por el sistema de guardado.
Ori and the Will of the Wisps es una propuesta más abierta, más clemente y más sólida
El otro gran cambio es la inclusión de un sistema de progresión más plano, en el que seamos nosotros los que elijamos qué habilidades pasivas queremos equiparnos, ya sea para adaptar el juego a nuestro estilo de combate o control, o para adaptarnos nosotros a cada situación. Seguro que alguno ya se está acordando de Hollow Knight, y el propio estudio no tiene miedo en reconocer que aparte de escuchar a la comunidad, se sienten parte de una familia de "metroidvanias", por lo que no dejan de ser conscientes de lo que funciona en otras casas para aplicarlo. Además, han asumido nuevos tipos de movimiento para permitirnos acceder a las nuevas zonas de formas distintas.
No queremos entrar en detalles de la trama, pero sí que queremos entrar en un último detalle antes de cerrar el texto, y es que en Will of the Wisps encontraremos muchísimos más personajes con los que podremos interactuar, sea para escuchar sus historias personales, recibir encargos en forma de misiones secundarias o, incluso, pasar por caja para hacernos con mapas, habilidades y demás transacciones de utilidad.
Qué nos ha gustado de Ori and the Will of the Wisps
- El combate ha ganado enteros con un sistema competente y gratificante.
- Volvemos a un mundo que embelesa con sonidos e imágenes para llorar.
- Los modelados en 3D permiten que Ori se vea mucho más fluido.
- La exploración promete ganar en variedad y, sí, en extensión.
- Vuelven las fases de escape, pero también encontraremos jefes finales gigantescos.
- El sistema de guardado es menos arriesgado, pero está hecho a prueba de frustraciones.