Starfield es mucho más que un The Elder Scrolls o Fallout en el espacio. Es un canto a los juegos 'clásicos' de ciencia ficción que invita al jugador a explorar el universo desconocido combinando lo mejor de los elementos vistos en esas sagas con lo que han traído otros juegos como No Mans Sky, Elite Dangerous y Star Citizen.
Visto lo visto en los trailers con los que Todd Howard nos ha puesto los dientes largos en este Xbox & Bethesda Showcase, el que recientemente se haya retrasado Starfield al año que viene escuece más ahora... mucho, pero también me invita a soñar. Como jugador que se crió con los Space Sims, no puedo evitar sentir cierto cosquilleo cada vez que veo que un juego me propone viajar por el espacio y ver otros mundos. En los últimos años esta ansia ha sido satisfecha por juegos como Elite Dangerous, No Man's Sky o Star Citizen. Todos ellos únicos en su ámbito.
Starfield me ha hecho pensar en la mezcla de lo mejor que ofrecen esos tres titanes de la ciencia ficción en videojuegos, con la progresión y flexibilidad propios del estudio responsable Skyrim o los últimos Fallout. Cambiamos los parajes y nuestros corceles (o armaduras) por el universo y nuestra propia nave estelar que nos permite enfrentarnos a otros combatientes ahí arriba. Y es que ahora mismo mi mente calenturienta de fan de este tipo de ambientaciones y juegos está en un estado de fisión nuclear.
¿Cómo, me pregunto, han hecho en Bethesda para conseguirlo? ¿Será que efectivamente pueden acceder a los infiernos para pactar con el diablo y lograr todo esto? Cientos de planetas, personajes, formas de vida, sistemas de juego, economía, naves personalizables... Son cosas que muchos juegos nos han prometido, y que los que ya he citado en mayor o menor medida consiguen, pero a este nivel, con esta presentación y lo que ofrece no lo creía posible hasta que lo he visto.
Suscríbete al canal de 3DJuegos en YouTube
Los 15 minutos que nos han mostrado me han hecho imaginarme cómo debe ser el estar en un universo como el que plantea: poder hacer mi vida como piloto estelar, enfrentarme a piratas e infiltrarme en sus bases, explorar mundos con una fauna fascinante y aterradora a la vez, descubrir sus recursos para ayudarme en mis viajes, y eso que todavía no conocemos gran cosa sobre por qué estamos ahí como jugadores. Sí, se nos han dado las pinceladas propias del sistema de elección y moralidad de todo título de Bethesda, pero de manera muy difusa, y considerando que el juego no tardará mucho en salir -por favor, no más retrasos, no lo aguantaría tras ver esto- sólo sabemos el nombre de las lunas y planetas que hemos podido ver en estos minutos de metraje; una luna y un planeta de mil según han dicho.
Me ha hecho pensar en una mezcla casi perfecta de Elite Dangerous, No Mans Sky y Star Citzien
Uno solo puede soñar con que efectivamente sea de planteamiento tanto o más abierto como con lo que nos deleitamos en juegos anteriores del estudio. Lo visto en la parte de combate, exploración y sobre todo de personalización invita a pensar en eso. Cierto, no es una representación 1:1 de nuestra galaxia como en Elite Dangerous, tampoco parece haber un sistema de recolección y crafteo como en No Man's Sky, y el combate entre naves seguramente sea muy “arcade” si lo comparamos con el de Star Citizen... pero a veces menos es más; si sabes coger lo justo y aplicarlo en la medida necesaria con eso basta, y eso es lo que me ha transmitido este juego.
Starfield se está revelando como un juego que no sólo podría suponer la evolución de los mundos abiertos -y mi GOTY personal de momento, lo admito- en los videojuegos de ciencia ficción, tanto en el terreno jugable como en el técnico. Incluso si juega bien sus cartas y está bien programado también podría motivar el retorno de los space sims como uno de los géneros referentes en la industria como hace 25 años. Y sí, soy consciente de que estamos hablando de Bethesda, cuyos juegos no siempre salen perfectos, pero creo que el nivel de detalle y lo que han propuesto amerita un voto de confianza. Además, tengo ganas de probar si alguna criatura alienígena ''crecidita'', al matarme, es capaz de ponernos a mi nave y a mi en órbita con los motores apagados. Aún queda algo para comprobarlo en ese 2023, pero repito: lo visto me invita a soñar con volver a las estrellas.