Recuperando la esencia de los mejores momentos de la franquicia, Dirt 5 pega un volantazo hacia el terreno de la conducción más desenfadada, dejando vía libre a Dirt Rally para la simulación. Probamos una pequeña muestra de lo que nos espera en octubre con una quinta entrega que busca de nuevo el espectáculo en la competición.
Puede que el Rally sea una disciplina muy específica, pero queda claro que tiene dos tipos de jugadores. Uno que prefiere disfrutar de la espectacularidad de sus escenarios y de los derrapes y otro que quiere comprender la complejidad del terreno y lo difícil que es dominar el coche en su vertiente más simulador. No hay uno mejor que otro, solo gustos y apetencias. La franquicia Dirt ha tenido que lidiar con esto prácticamente desde el principio, pero después de que Dirt Rally se decantara tan fuerte por el segundo camino, la franquicia principal tenía que encontrar una identidad mejor de la que consiguió con Dirt 4. Y ahora que con Dirt Rally 2 se continúa la fórmula del simulador, esta quinta entrega tiene vía libre para volver a ser ese juego de conducción algo más desenfadado, menos “oficial”; que también tiene su público.
Solo hay que echar un vistazo a los vídeos e imágenes del juego para comprobarlo. Dirt 5 recoge el espíritu de Dirt 2 y Dirt 3, que son los juegos más llamativos y accesibles de la marca, más centrados en la experiencia del festival y el placer del derrape que en la competición extrema por etapas en circuitos realistas. Aquí se da rienda suelta al confeti, a las máquinas de humo de colores y los escenarios exóticos, que te llevan de Grecia a las tierras brasileñas de Río de Janeiro; de la ciudad de Nueva York a las bucólicas colinas de China; de la cálida Arizona a la fría Noruega.
No se olvida, sin embargo, de la competición. La demo que hemos podido probar deja entrever su carácter accesible, pero basta con elevar un poco las opciones de realismo para empezar a notar mejor los estímulos del asfalto y el barro; para que tengamos que tener más cuidado con la tracción y la trazada. Sigue siendo una experiencia mucho más desenfadada que su hermano Dirt Rally, pero no por ello bien medida, de forma que, a lo largo de su modo Carrera, podamos dominar los diferentes tipos de vehículos que van más allá de los coches de rally: buggies, camiones, monster trucks, rock bouncers y hasta un tipo de vehículo con un alerón superior que dificulta el control al extremo, aunque este último resulte algo anecdótico.
De momento, todo lo que he podido probar está sujeto a cambios, pero me ha parecido relativamente sencillo. Nada de complejos circuitos por etapas, sino centrados en las clásicas tres vueltas con un recorrido no muy extenso y con unas superficies amplias que tampoco nos ponían en mucho apuro. Y supongo que aquí es donde Codemasters Cheshire va a tener que demostrar su sello propio, compuesto por buena parte de lo que fue Evolution Studios, creadores de Motorstorm y Driveclub, a los que se les suma su trabajo previo en Onrush ya con el sello Codemasters. Es por ese bagaje por lo que le pido a este Dirt 5 que, ya que va a apostar por circuitos más exóticos y alejados del Rally oficial, despliegue esa imaginación que demostró en todos sus otros trabajos, porque en comparación con ese currículum, los cuatro circuitos por los que he rodado en este Dirt 5 son, por el momento, muy sencillos en sus trazadas. Esto no tiene que ser un Motorstorm, ni mucho menos, pero la muestra que he podido jugar carece del intrincado diseño que puede ofrecer el género cuando lo llevas a cotas más libres y menos constreñidas del Rally profesional, que es lo que pretende Codemasters.
El más completo de la franquicia
Por todo ello Dirt 5 no reinventa la rueda, sino que la hace más y más grande. El modo Carrera es la estrella del juego, conteniendo cinco capítulos y más de 130 eventos en total diseñados en nueve categorías. Esto, como decía antes, supone una vuelta a los orígenes y al circuito prediseñado en vez de ese experimento de Dirt 4 en el que el juego creaba sus circuitos mediante un original algoritmo, pero que los hacía demasiado parecidos entre sí y poco artesanales. Los que hemos podido disfrutar aquí nos devuelven a esa segunda y tercera entrega de llamativos circuitos, divididos según la clase de vehículo y que aquí tienen la especial característica de culminar en un gran evento principal que supone una prueba más compleja.
Esta atención en el modo carrera se deja ver también en la búsqueda por establecer una cierta narrativa, de la que se encargan Troy Baker y Nolan North, que prestan sus voces a Alex Janièek y Bruno Durand. Dos pilotos que tendrán una historia entrelazada y que servirá para amenizar las etapas de cada disciplina de la competición. Poco a poco, iremos consiguiendo patrocinios, gracias a las marcas y sellos que nos permitirán acceder a esos eventos especiales.
Todavía no lo sabemos todo de este Dirt 5 y por ello hay que pisar el acelerador con cautela. El juego pretende ser el más completo de la saga, no solo incluyendo un multijugador competitivo, del que sabremos más cosas en los próximos meses, sino que promete que durante el verano se revelarán algunas características nuevas que, por el momento, permanecen secretas. Lo que sí está confirmado es el modo a pantalla partida para hasta cuatro jugadores y también se ha anunciado un modo centrado que, según comentan, se centrará en la creatividad y el juego social.
Técnicamente, la demo que he podido probar rinde a buen nivel, aunque nada sorprendente, al menos por el momento. El juego llegará en octubre y ha prometido versiones tanto para las consolas de actual generación como de la siguiente, cuando estén disponibles. La demo correspondía a la versión PC y dejaba entrever esa diversidad de entornos, entre los que se incluían circuitos en Noruega, Brasil, China y Estados Unidos. Están bien recreados y tienen ese colorido que se asemeja un poco al diseño visual propio de la saga Forza Horizon, con mucha partícula atravesando la pantalla; pero lo visto en la demo tampoco impresiona, sino que se trata más bien de una evolución del trabajo que Codemasters ha estado realizando con su motor Ego. Habrá que esperar, no obstante a la versión final, en la que el juego no solo esté más pulido (puesto que ahora los pequeños tirones son hasta cierto punto normales), sino que podamos comprobar también cómo se comporta en las consolas de nueva generación tanto a altas resoluciones como a esos prometidos 120 fps en Xbox Series X.
Dirt 5 quiere recuperar esa hegemonía que mantuvo un tiempo en la pasada generación
Tras la demo, creo que Dirt 5 quiere recuperar esa hegemonía que mantuvo durante un breve periodo de tiempo en la pasada generación con Dirt 2 y 3. Este sobreviraje hacia la conducción más desenfadada y abierta a múltiples disciplinas es la adecuada, puesto que le ayudará a diferenciarse mucho más de la franquicia Dirt Rally. La seña de identidad parece haberla recuperado; el modo carrera expandido y profundo, también. Ahora tiene que hacer lo propio con unos circuitos complejos y llamativos que es donde este estilo de conducción brilla o patina. Lo sabremos el 9 de octubre, cuando el juego salga a la venta.