La estrategia más profunda y realista: Te contamos por qué nos entusiasma el RTS Falling Frontier

La estrategia más profunda y realista: Te contamos por qué nos entusiasma el RTS Falling Frontier
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Falling Frontier es una propuesta muy interesante dentro de la ciencia ficción y juegos de estrategia en tiempo real. Llegará el próximo mes de junio como acceso anticipado a Steam, y en 3DJuegos le hemos echado un vistazo, resultando ser un increíble descubrimiento que a buen seguro marcará un antes y un después dentro de su género en términos de profundidad e inmersión.

En el lejano espacio profundo, entre planetas y cuerpos celestes, se ambienta Falling Frontier. Explorar, colonizar y desarrollar tu tecnología son los pilares en los que se fundamenta la experiencia de este videojuego, sin perderle la cara en ningún momento a los combates. De una manera similar a lo que ocurre en otros juegos de su espectro como Stellaris, en Falling Frontier seleccionarás un linaje para determinar tu mundo natal. De esta selección obtendrás beneficios o limitaciones que estarán estrechamente relacionados con el trasfondo de cada facción. El viaje espacial se concentra en dos vertientes: el viaje a la velocidad de la luz, con los costes de combustible que acarrea en pro de la máxima rapidez o el desplazamiento por debajo de esta, más barato sí, pero mucho más costoso en términos de tiempo. Llama la atención que se han tenido en cuenta incluso los pozos de gravedad generados por los cuerpos celestes, lo que puede tener repercusiones en nuestro viaje.

Falling Frontier cuenta con alrededor de 20 tipos de naves que van desde transportes de civiles, hasta cruceros de batalla, pasando por fragatas o destructores. Por supuesto, cada uno de ellos da la opción de personalizar sus armas y módulos internos. Además, el apego a los almirantes y la tripulación que comandan estas naves va creciendo, por lo que el juego sabrá ponernos ante la dura decisión de, en caso de derrota, rescatarlos o verlos morir en la profundidad del universo. El enfoque de Falling Frontier es el de la ciencia ficción dura, respaldando todas sus ideas sobre una base científica coherente, sin que esto se traduzca, obviamente, en una experiencia menos entretenida. El equipo de Stutter Fox Studios reconoce también las influencias que han tenido de otras obras de ciencia ficción como la Trilogía de la Fundación de Isaac Asimov, así como los mundos de Dune, Blade Runner, Aliens o Battlestar Galactica.

El enfoque de Falling Frontier es el de la ciencia ficción dura, con ideas con base científica

Como buen RTS, en Falling Frontier debes preocuparte por establecer bases, investigar tecnologías y expandirte dentro del universo conquistando y colonizando nuevos planetas. Estos son el centro de la creación y producción de recursos, que conseguiremos a través de los espacio puertos que los orbitan, lugares estratégicos para el tráfico de mercancías y personas. Además de todo esto, tendremos la opción de minar asteroides, crear refinerías y sobre todo, depósitos de recursos, porque en Falling Frontier los recursos no son un bien que se acumula en un contador en la interfaz y se puede usar de manera indiscriminada. La aproximación realista de la que os he hablado antes hace aquí su aparición. Los recursos han de situarse en un punto cercano a quien los tenga que consumir. De esta forma, puedes optar por establecer rutas seguras y abastecidas de alimentos y combustibles, o decantarte por crear grandes y carísimas naves que sean capaces de transportar y conservar todos estos suministros. Esto requiere del jugador un proceso meditado de planificación para seguir expandiéndose.

Nuestra sombra nos delata en Falling Frontier

Falling Frontier ambienta su acción en torno al año 2200.
Falling Frontier ambienta su acción en torno al año 2200.

La posición de las naves también es importante, destaca un sistema de conos de visión al estilo Commandos. Estos detectan las variaciones de energía y espectros de luz, usando un sistema similar al que actualmente utilizan los radiotelescopios para detectar planetas en el universo lejano. Realmente no los estamos viendo, solo detectamos la sombra que producen en el haz de luz de sus cuerpos celestes. Por lo tanto, la mejor manera de pasar inadvertido es manteniéndonos “a la sombra” de otro planeta o asteroide. Pero claro, esta posición también afecta a nuestra “visión”, para solventar esto podemos construir estaciones de vigilancia que se pueden configurar para vigilar un ángulo más amplio a un corto rango, o una distancia más larga con un haz más estrecho, pudiendo operarse en modo activo o pasivo. El modo pasivo es sigiloso, pero solo pueden detectar firmas de energía de saltos que tienen lugar dentro de su cono de visión, mientras que el modo activo puede obtener mucha más información, siendo, por desgracia, mucho más fácil de detectar para nuestros enemigos.

La estrategia más profunda y realista: Te contamos por qué nos entusiasma el RTS Falling Frontier


Las opciones de personalización de nuestra flota son ricas en variedad y profundidad.
Las opciones de personalización de nuestra flota son ricas en variedad y profundidad.

El grado de profundidad de Falling Frontier es enfermizo (en el buen sentido). Una cosa que me ha encantado es que podemos ocultar la firma del calor de nuestras naves y estaciones acampando cerca de un cuerpo celeste caliente, a riesgo de que el casco se debilite lentamente o que desaparezca si te acercas demasiado. Volviendo al sistema de economía y recursos, este sistema de simulación realista y de cadena de suministros es algo que se aplica también para las facciones rivales por lo que se pueden asaltar sus puntos de abastecimiento, planetas y estaciones. La línea de suministros puede bloquearse, e incluso destruirse. Algo que abre la puerta a la piratería y guerra de guerrillas, especialmente útil cuando partimos de una posición de desventaja. ¿Acabas de perder una batalla importante pero aún tienes algunas naves a mano? Explora rápidamente y toma las líneas de suministro enemigas impidiendo su capacidad para producir o reabastecer combustible y municiones. Si no pueden disparar, no pueden matarte.

Otra de las promesas que me ha dejado con la boca abierta de Falling Frontier es que la extracción de recursos de los planetas y satélites van a tener un impacto directo sobre las fuerzas gravitacionales generadas por el cuerpo, debido a la pérdida de masa, y esto a su vez tendrá unas repercusiones sobre los cuerpos que estén dentro de su órbita. La economía no solo se basa en los recursos, también hay impuestos a la población, destaca la idea de aplicar tipos impositivos más bajos a la soldadesca de las naves. Los peligros y las incomodidades de los viajes espaciales también traen consigo de la mano que las personas han aceptado estos trabajos a cambio de obtener una especie de pago por riesgo. Pero eso no es todo: las naves tienen oficiales al mando, como puedes imaginar, estos cargos también se reclutan entre la población.

Sin embargo, el costo de contratar a un oficial al mando es extremadamente alto; por ejemplo, podrían llegar a necesitarse mil personas para reclutar un oficial. La implicación es que los 999 restantes morirán durante el intenso proceso de entrenamiento. El universo de Falling Frontier es duro e implacable.

Olvídate de grandes flotas, en Falling Frontier cada nave es un tesoro

La estrategia más profunda y realista: Te contamos por qué nos entusiasma el RTS Falling Frontier

El combate en Falling Frontier es muy profundo, con muchos sistemas que se unen a la vez, pero a pesar de eso, todo está destinado a ser fácil de controlar. Los enfrentamientos entre las naves de guerra cuentan con un gran nivel de detalle que está íntimamente relacionado con sus inmensos costes de producción. Cada nave requiere de muchísimos recursos para su creación por lo que los combates no se basan en la participación de flotas masivas sin preocuparse por las pérdidas. El juego se centra más en enfrentamientos entre flotillas dirigidas por almirantes. Estamos hablando de grupos de cuatro o cinco naves, con almirantes “reales” que se pueden subir de nivel y que pueden morir, al igual que los oficiales al mando a bordo de cada nave y su tripulación. Esto hace que el combate sea íntimo, preciso y tenso, importando cada pequeño detalle.

Aunque aún queda mucho trabajo por delante, Fallin Frontier luce de maravilla.
Aunque aún queda mucho trabajo por delante, Fallin Frontier luce de maravilla.

En las batallas hay que tener en cuenta muchos detalles: los asteroides se pueden usar para esconderse detrás y hacer que una nave sea invisible, existen puntos débiles dentro de cada acorazado que se pueden utilizar para optimizar el uso de diferentes tipos de munición y producción de daños. Cada disparo es importante, no solo porque las municiones deben reponerse en sus líneas de suministro, sino también porque cada proyectil tiene su propio sistema de físicas.

Hay que tener en cuenta la trayectoria de vuelo de cada disparo, ya que un proyectil podría destruir un asteroide o golpear un objetivo no deseado. Este sistema de físicas va más allá de impactar y fallar: cada nave tiene subsistemas propios, y cuando se produce el impacto, este afecta a distintas funciones de la nave. Elegir entre un ángulo u otro de ataque puede marcar la diferencia entre incapacitar los motores o propulsores evitando que una nave escape, por lo que podemos hacernos con ella para repararla y comandarla en un futuro. De la misma forma, si hacemos impacto en el almacenamiento de municiones, podemos hacer saltar todo el complejo por los aires de un solo golpe, este sentimiento de pavor y tensión es algo que Falling Frontier quiere imprimir a sus partidas constantemente. Uno de los elementos centrales del espíritu de diseño aquí es la idea de riesgo y recompensa, y el equilibrio entre las decisiones que tomas y las consecuencias que tienen en la partida. Esta mentalidad se aplica en todos los aspectos de Falling Frontier; cada mejora y cada nuevo recurso implica la movilización de otros tantos, nada es instantáneo y hay que calcular si merece realmente la pena centrarse en algunas mejoras por encima de sus costes más allá de lo económico.

La estrategia más profunda y realista: Te contamos por qué nos entusiasma el RTS Falling Frontier

Este tipo de enfoque de ciencia ficción dura estableciendo las limitaciones reales de la guerra, de las físicas y del universo es algo poco común. Casi a modo de simulador Falling Frontier apuesta en confiar al usuario todos y cada uno de los eslabones que conforman su cadena. Obviamente, existen aún muchos conceptos que se han de desarrollar más en profundidad, otros han de ser equilibrados, pero al fin y al cabo esa es la naturaleza del desarrollo en acceso anticipado. Sin duda el proceso de retroalimentación con la comunidad es algo que le suele ir de perlas a este tipo de proyectos.

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Las partidas de Falling Frontier imprimen un sentimiento de pavor y tensión en sus partidas

Hemos de tener en cuenta que el desarrollo comenzó alrededor de abril o mayo de 2019, convirtiéndose en el trabajo a tiempo completo de Todd D'Arcy, que desarrolla el juego en solitario. Al comienzo del acceso anticipado, veremos un modo de escaramuza contra la IA en un sistema prediseñado, pero hay planes para que esto se expanda hacia campañas más complejas si hay suficiente interés en el juego. La generación procedural de galaxias y universos más grandes es otro de los puntos en los que se centrará este acceso anticipado.

Me ha sorprendido el nivel de profundidad que tiene Falling Frontier, en este texto tan solo he pasado por la superficie de todo lo que tiene para ofrecer, así que tengo muchas ganas de ponerle las manos encima y comprobar de primera mano qué tal funciona todo lo que he podido ver del juego. Os animo a seguirle la pista, nosotros desde luego lo haremos.

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