Call of Duty no podía faltar a su cita anual con la GamesCom, y lo ha hecho con Black Ops, la nueva entrega a cargo de los chicos de Treyarch. Nos sumergimos en el conflicto bélico en toda su crudeza y descubrimos algunas de las nuevas incorporaciones que traerá consigo el título.
Treyarch quiere hacer cambios en Call of Duty pero, ante todo, quiere mantener intacta la estructura que tan extraordinarios resultados ha reportado a la franquicia hasta ahora. Esto es, una campaña intensa repleta de momentos espectacularmente cinematográficos, y cargada de puntos scriptados que construyan una ambientación extraordinaria.
A partir de ahí la saga bélica es un lienzo en blanco, y con Black Ops Treyarch está pintándolo completamente a su gusto, aunque sin que una sola pincelada se salga de los límites de la tela. El Vietnam de 1968 se entremezcla ágilmente con conflictos de la actualidad en una trama compleja pero de la que sus responsables no dan todavía ni una pista.
Alta Tensión
El ojo que todo lo ve. En la demostración de la GamesCom para Black Ops hemos asistido a una misión en la que somos guiados desde los cielos por una aeronave que pilotaremos y con la que podremos dar órdenes a nuestros hombres de tierra para que éstos sepan qué tipo de acción deben llevar a cabo.
Por supuesto el manejo del avión está ahí únicamente para dotar de variedad al videojuego, de modo que incluso en este sentido el título está constantemente saltando entre la perspectiva desde los cielos y la de los propios soldados para que experimentemos la acción desde los dos ángulos. Cuando la cámara baja a ras de suelo para seguir las evoluciones de la infantería, lógicamente, pasaremos a manejar directamente al héroe, uno de los soldados; aunque lo cierto es que la demostración de este nivel no ha sido lo suficientemente prolongada como para saber cuántas veces se llevarán a cabo este tipo de cambios de perspectiva entre uno y otro protagonista.
Las armas vuelven a ser las verdaderas reinas de la experiencia, con una enorme variedad de opciones como es tradicional en las series. Particularmente útiles nos han parecido el rifle de francotirador para los clásicos disparos a larga distancia y la ya anunciada ballesta, que nos permitirá acabar con los oponentes en silencio.
Por otra parte nos ha llamado especialmente la atención la espectacularidad que se deriva de los diferentes momentos que protagonizaremos como soldados. Aquí, por ejemplo, encontraremos abundantes secuencias de cámara lenta para acompañar determinados momentos como la entrada en un edificio a través de su ventana o el visionado de cómo nuestro personaje principal esquiva los disparos que tratan de abatirlo.
Precisamente esa última escena pertenece también a las misiones de Vietnam en la década de los 60, aunque dentro de un segundo nivel que comenzaremos con una sobrecogedora secuencia en la que, a bordo de un helicóptero, sufriremos un escalofriante accidente que dará con nuestros huesos y los de nuestros acompañantes en las aguas de un río que recorre la zona. Algunos de los nuestros caerán, pero aprovecharemos el desconcierto general para bucear hasta una lancha enemiga y acabar a cuchillo con los enemigos que nos han derribado.
Poco habla Treyarch sobre el guión del videojuego, y poco estaríamos dispuestos a contar sobre ello en un avance, pero la acción rápidamente se traslada a un poblado cercano con algunas lapidarias líneas de diálogo a cargo de los supervivientes de nuestra patrulla. Las alarmas saltan y los soldados vietnamitas hacen acto de presencia, organizándose una escena de acción monumentalmente cargada de explosiones y violencia en apenas unos segundos. El título demuestra una vez más su variedad de situaciones y localizaciones moviéndose nuevamente en pocos minutos a una serie de túneles que circundan la población y que nos sumergirán en la más claustrofóbica vertiente de la campaña del título.
Call of Duty: Black Ops se lanzará el 9 de noviembre en PC, Xbox 360, PlayStation 3, Wii y DS.